Tratamiento psicológico para niños con problemas de conducta ¿qué podemos hacer?

Como se ha comentado en otro de los artículos publicados sobre los problemas de conductas en niños y adolescentes, tanto el trastorno negativista desafiante como el trastorno disocial, se caracterizan por un patrón recurrente de comportamiento desafiante, desobediente y hostil, dirigido a las figuras de autoridad y a los otros, siendo en ambos casos, la detección precoz un factor fundamental para el buen pronóstico y evolución de este trastorno.

Una vez que los padres son conocedores de esta problemática y se ha realizado un buen diagnóstico, la pregunta que surge a continuación es, y ahora, ¿qué podemos hacer? ¿qué tratamiento debemos seguir?

En el momento actual, los estudios han demostrado que el tratamiento de primera elección que se utiliza para este tipo de problemática, es la terapia cognitivo-conductual (Luiselli, 2002). Dicha intervención está basada en el entrenamiento y estrategias para padres y terapia individual con el menor.

Por lo general, el objetivo general del tratamiento es el de eliminar o disminuir la frecuencia de las conductas disruptivas, así como instaurar o potenciar la emisión de conductas adecuadas. Para ello, las estrategias y el plan de tratamiento a trabajar es el siguiente:

- Conciencia de problema y motivación al cambio. Este es uno de los primeros pasos dentro de la terapia en este tipo de problemática, ya que generalmente, en los problemas de conducta de corte negativista- desafiante la adherencia y la motivación al cambio y al tratamiento suele ser bastante baja por parte de los menores, por lo que suele ser uno de los primeros aspectos a trabajar. Posteriormente y de forma paralela y gradual se intenta trabajar tanto con el menor como con los padres y el resto de personas implicadas en la educación del menor.

- Entrenamiento con los padres. En este entrenamiento se trabaja con los padres varios aspectos esenciales. Por un lado, el desarrollo y aprendizaje de estrategias para el manejo de contingencia, habilidades sociales, pautas de negociación y de solución de problemas. Entre estas técnicas, se trabaja principalmente con el refuerzo positivo para fortalecer las conductas adecuadas ya existentes, y, por otro lado, la extinción, el tiempo fuera y el coste de respuesta para reducir la frecuencia y/o eliminar las conductas desadaptativas que el menor presenta. Otra parte importante en la intervención con los padres, es la del manejo y gestión emocional, así como la modificación de pensamientos y creencias desadaptativas, que complican y favorecen en muchos casos los problemas de conducta de los menores.

- Terapia individual con el menor. La terapia individual con el menor se realiza para ayudar y enseñar al menor a gestionar sus propias emociones, como la ira o la frustración, también se utiliza la restructuración cognitiva para que el menor pueda cambiar los patrones erróneos de pensamiento, que le lleva a tener interpretaciones erróneas de las conductas de los demás y a aumentar las conductas agresivas. Por otro lado, se trabaja con ellos el entrenamiento en habilidades sociales y de comunicación para mejorar la relación con la familia y con los iguales, con el fin de aprender a interactuar de forma más positiva y eficaz dentro de su entorno. Por último, también se trabaja en el entrenamiento del autocontrol, y el desarrollo de conductas prosociales y empáticas, con el objetivo de que el menor pueda identificar y modificar sus propias conductas disruptivas.

- Trabajo en familia. En muchos casos, una parte importante para cerrar el proceso terapéutico es el trabajo en familia, en la que se persigue fortalecer la nueva identidad adquirida por el menor y las habilidades aprendidas por los padres. Así mismo, se fortalecen las estrategias trabajadas a lo largo de todo el proceso terapéutico, con el fin de favorecer el mantenimiento de los cambios mediante la prevención de recaídas.


Autora: Dra. Natalia Moreno
Coordinadora y Responsable
Unidad Atención Psicológica Personalizada
HM Hospitales
Para más información o citación podéis llamar al teléfono 900 10 29 24 o escribir un correo electrónico a: psicologia.hmps@mail.hmhospitales.com

Teléfono atención al paciente: 800 088 050

To Top