¿Qué es la depresión prenatal?

Los datos sobre la depresión en España, señalan que somos el 4º país en Europa con más casos de depresión, y en las mujeres la incidencia supera en más de dos veces al de los hombres (Ministerio de sanidad, consumo, bienestar social, 2018 y WHO, 2018).

En el caso de las mujeres embarazadas, la maternidad conlleva grandes cambios importantes, cambios biológicos, sociales, personales, físicos, de relación… todo esto unido al estrés por el embarazo, parto y post-parto, puede hacer que la mujer en este momento sea especialmente vulnerable y por tanto, que los datos de prevalencia de la depresión aumenten.

Dentro de los problemas psicológicos que pueden darse en el embarazo, el más conocido es la depresión postparto, aunque la depresión prenatal o antenatal, también es bastante común y frecuente. Esta depresión es la que se inicia en el embarazo y suele estar bastante asociada a la ansiedad y a la depresión. Es una depresión clínica y temporal, cuyas consecuencias si no se tratan adecuadamente pueden prolongarse en el tiempo. Actualmente, se estima que entre el 14 y el 23% de las mujeres embarazadas pueden padecer este tipo de depresión. Además, dependiendo de la edad de la gestante los datos se pueden incrementar, siendo las gestantes adolescentes y las de edad más avanzada las que tienen una incidencia más alta de sufrir esta depresión.

Dentro de sus síntomas, los más comunes son: bajo estado de ánimo, desinterés por actividades que antes le gustaban, tristeza, irritabilidad o falta de concentración. Al mismo tiempo, suelen aparecen alteraciones en el sueño y/o apetito, ganas recurrentes de llorar, preocupaciones excesivas por las cosas, inquietud, aislamiento de amigos y familiares y sentimientos de desesperanza o culpa, especialmente ligados a su nuevo rol de ser madre o a la llegada del nuevo bebé.

Dentro de las preocupaciones, o pensamientos anticipatorios negativos, suelen ser frecuentes las dudas sobre su capacidad para ser buena madre o para atender a las necesidades del bebé. A veces, poco a poco estas dudas impiden la felicidad de llegar a ser madre y pueden llegar a provocar sentimientos de vergüenza o deseos de salir corriendo y escapar.

Por todo ello, y por el sufrimiento emocional que causa a la mujer y también la interferencia en otros ámbitos de su vida, es importante que este tipo de problemas psicológicos se detecten lo antes posible, que no se minimicen los síntomas y que se trate rápidamente pidiendo ayuda a un especialista, ya que si no se evalúa y trata adecuadamente los síntomas pueden durar, semana, meses, incluso años. En este sentido, y dentro de los diferentes tratamientos psicológicos existentes, para esta problemática, los estudios señalan que la terapia psicológica cognitivo- conductual es la que se recomienda especialmente para la depresión durante el embarazo, ya que incluso en los casos más graves, donde se puede aconsejar el uso de psicofármacos, la terapia psicológica mejora la adhesión al tratamiento y a minimizar las dosis.

 

Autora: Dra. Natalia Moreno

Coordinadora y Responsable

Unidad Atención Psicológica Personalizada

HM Hospitales

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