Madrid, 17 de julio de 2015. Durante décadas se pensó que era peligroso bañarse después de comer porque se cortaba la digestión. El Dr. Luis Moreno Almazán, jefe de Servicio de Aparato Digestivo de los Hospitales Universitarios HM Montepríncipe, HM Torrelodones y HM Puerta del Sur, aclara que la propia expresión “corte de digestión” es poco acertada, ya que realmente es una “hidrocución”.
Consiste en un cuadro sincopal producido por el cambio brusco de temperatura al entrar nuestro organismo en contacto con el agua fría. “Es decir, no es un problema digestivo, sino cardiocirculatorio. El contacto brusco con el agua fría produce una disminución de la frecuencia cardiaca con disminución del flujo de sangre al cerebro que puede llevar a la pérdida de conocimiento e incluso a la parada cardiorrespiratoria”, explica.