Llegan las ansiadas vacaciones y, a veces, cuesta disfrutarlas. Los motivos pueden ser muy diversos y tienen connotaciones diferentes entre los adultos, jóvenes y los niños, pero lo que está claro es que son una necesidad para el bienestar físico y mental de todos. Los especialistas de la Unidad de Salud Mental Infanto-juvenil del Hospital HM Nens establecen una serie de recomendaciones y pautas a seguir que, aunque cada persona es diferente y posee una realidad única que debe abordarse de manera especializada, sí pueden servir para ayudar a tomar conciencia de la situación individual de cada uno y disponer de herramientas para afrontarla y conseguir disfrutar del verano.
Para conseguirlo es muy importante ser consciente de que no todos somos iguales y, por tanto, hay que evitar compararse con los demás. En este sentido, hay que tomar con mucha precaución lo que se ve en las redes sociales porque tal y como explica Silvia Fernández, jefa de la Unidad de Salud Mental Infanto-juvenil HM Nens, reflejan “un mundo ideal, muchas veces inalcanzable. En ellas, se publica sólo lo bueno que nos pasa, lo bien que nos lo pasamos, lo magnífico que sienta tal bañador o bikini, lo estupendos que estamos con tal maquillaje o lo agradable que es determinada terraza, pero nadie expone sus problemas y ‘sombras’ y las tienen, todos las tenemos. Este aspecto es especialmente importante para los adolescentes, quienes en esta época del año pueden sentirse más solos al separarse de su círculo habitual de amistades o disfrutar de menos actividades de ocio”.
Tiempo a solas
Es fundamental no tener unas expectativas muy altas de lo que haremos durante las semanas de vacaciones o querer aprovecharlas al máximo, ya que puede generar una ansiedad innecesaria que nos impida disfrutar del momento. Es recomendable ajustarse a la realidad de cada uno y saber ‘escucharse’ para hacer lo que realmente se necesita y se desea. Permanecer constantemente activo y compartiendo el tiempo con familiares y amigos no es una ‘obligación’ y pasar tiempo a solas nos sirve para pensar y reformular nuestras prioridades y motivaciones, lo que nos permitirá volver con ideas y objetivos más claros.
Por otra parte, las vacaciones comportan un parón de la rutina laboral y la salud puede resentirse debido a la bajada de defensas que genera el descenso de cortisol a causa del estrés, favoreciendo que se pueda contraer alguna enfermedad. “El estrés es un conjunto de reacciones fisiológicas que se ponen en marcha cuando se sufre un estado de tensión nerviosa e impacta en los sistemas inmunitario, nervioso y endocrino activando los mecanismos bioquímicos existentes entre ellos. De entrada, el estrés no es malo, incluso puede resultar beneficioso, el problema viene cuando los factores estresantes se repiten o se alargan en el tiempo, haciendo que el cuerpo se mantenga en alerta constante”, indica Silvia Fernández.
Entre los más pequeños, de la misma forma que sucede con los jóvenes, el verano puede comportar una mayor soledad o una menor calidad del tiempo de ocio provocando un aumento del consumo de pantallas y del sedentarismo.
Rutinas saludables
Para proteger el sistema inmunológico y conseguir que el tiempo libre sea realmente provechoso y placentero, la responsable de la Unidad de Salud Mental Infanto-juvenil del Hospital HM Nens considera que “en la medida de lo posible, hay que eliminar todo lo que hacemos que se percibe como estresante y si resulta imposible pedir ayuda, seguir una alimentación sana y equilibrada, practicar deporte de manera regular o hacer ejercicios de meditación, intentar mantener buenas relaciones sociales y tener un descanso adecuado”.
Para conseguir mantener en niños y jóvenes el equilibrio entre descanso, diversión y bienestar en vacaciones, seguir una serie de rutinas saludables puede ser clave:
• Es importante dormir las horas adecuadas en un ambiente relajado y sin pantallas desde 30-60 minutos antes de acostarse. Se aconseja mantener horarios regulares para acostarte y levantarte, aunque se debe ser un poco más flexible que durante el año. Los niños deben dormir entre 9-12 horas si tienen entre 6 y 12 años y los adolescentes, alrededor de 8-10 horas.
• Se recomienda realizar ejercicio físico moderado o intenso al menos una hora diaria porque ayuda a liberar la mente y a mejorar el estado de ánimo reduciendo el estrés. Además, fortalece los huesos, los músculos y el corazón y fomenta la creatividad y la socialización. Ha de tratarse de una actividad divertida, por lo que son válidas las caminatas, ir en bicicleta, bailar o nadar. Entre los niños, no tiene por qué ser estructurada, jugar, correr o saltar también se contabilizan.
• Se aconseja un uso consciente y no excesivo de las pantallas, pues influyen negativamente en el sueño, el aumento de la irritabilidad, el bajo rendimiento emocional, el sedentarismo y el aislamiento social. Hay que establecer tiempos claros de uso diario, fomentando un contenido de calidad, educativo o creativo y es importante evitar las pantallas en la playa o la piscina o durante las comidas y tiempo de compartir con las amistades. Es ideal combinar su utilización con otras actividades como leer, cocinar, pintar o jugar al aire libre y teniendo en cuenta que los adultos son quienes tienen que regular el uso de dispositivos, han de dar ejemplo cumpliendo las pautas marcadas, ya que los padres son el referente de sus hijos.
Estar de vacaciones no significa dejar las rutinas de lado, sino ser flexibles y ajustarlas. Un buen equilibrio entre descanso, juego, movimiento y tecnología favorecerá una vuelta al trabajo y al colegio más tranquila y sosegada.
Barcelona, 12 de agosto de 2025