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Vacunas, verdades y mentiras

07/12/2015 1:00

Gracias a los avances de la Medicina, la supervivencia y la calidad de vida de la población es mucho mayor que en épocas anteriores. Gran parte del éxito en la lucha contra las enfermedades la tiene el desarrollo de nuevos fármacos, entre los que se encuentran las vacunas.

​​​​​La Dra. Isabel Romero, coordinadora del Servicio de Pediatría de HM Hospitales, hace las siguientes aclaraciones ante los argumentos que a menudo utilizan los que no son partidarios de la vacunación:

 

1. "Es mejor pasar la enfermedad que vacunarse"

Con la vacunación se evita la enfermedad o, en el caso de que ésta se contraiga, que sea siempre mucho más leve. Incluso las enfermedades consideradas tradicionalmente benignas pueden tener complicaciones gravísimas (por ejemplo, varicela, gastroenteritis por Rotavirus…) por lo que la vacunación es siempre recomendable.

 

2. "Mi hijo no está vacunado y nunca se ha puesto enfermo".

Cuando las coberturas vacunales son muy altas, la enfermedad no puede propagarse y "desaparece". Los niños vacunados protegen al que no lo está. Sin embargo, si aumenta el número de niños no vacunados, o lo que es lo mismo, disminuyen las coberturas de vacunación, la enfermedad volverá a resurgir  porque se facilita el contagio entre niños no protegidos por la vacuna.

 

3. "Las vacunas no producen inmunidad duradera"

Muchas enfermedades tampoco. Por eso es preciso vacunarse y repetir dosis cada cierto tiempo, es decir, cumplir la pauta que los profesionales recomendamos.

 

4. "Las vacunas no son seguras, puede ser peor el remedio que la propia enfermedad".

En la actualidad el desarrollo de los medicamentos y, en especial de las vacunas, es muy riguroso y pueden pasar muchos años antes de que se comercialice (siempre es preciso contrastar la eficacia contra la enfermedad y la ausencia de reacciones adversas).

 

5. "Las vacunas tradicionalmente se han relacionado con enfermedades como autismo y encefalopatía".

Los avances en el campo de la Medicina (pruebas genéticas, determinaciones de laboratorio, estudios de neuroimagen)  han permitido poner "nombre y apellido" y conocer la causa  de muchas enfermedades que hace años desconocíamos, y que por ser niños vacunados se relacionaba de forma incorrecta con la vacunación.

 

6. "La industria farmacéutica tiene intereses comerciales"

No hay industria o actividad empresarial que no tenga intereses comerciales, pero no por ello hay que desconfiar de la profesionalidad, de la seriedad, de la eficacia y de la utilidad indiscutible de las vacunas.

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