Problemas visuales, ¿cuándo aparecen?
Como explica el Dr. Gonzalo Bernabéu Arias, jefe del Servicio de Oftalmología de HM Vallés, las consecuencias de una exposición excesiva e inadecuada a las múltiples pantallas que la tecnología pone actualmente a nuestra disposición aparecen a edades cada vez más tempranas. En este sentido, apunta cómo “nos hemos encontrado casos de niños de 24 y 48 meses que ya presentaban estos problemas por la instalación de equipos de DVD en los coches”. En estos casos, asegura, no se trata sólo de la pantalla sino del hecho de que esta se encuentra en una posición elevada que obliga al niño a mirar hacia arriba, haciendo que el esfuerzo visual sea mayor y en consecuencia aparezca la fatiga.
Por otro lado, advierte, “el uso constante de esta tecnología, el exceso de uso de visión cercana a lo largo del día y la ausencia de falta de luz natural están favoreciendo la miopización en los niños”. Hace años, explica, los casos de miopía magna o alta (más de 6 dioptrías) solo se daban en niños con antecedentes familiares directos, “hoy, sin embargo, no es inusual encontrar niños miopes a la edad de 5 ó 6 años”.
Y es que la mayoría de los niños empiezan a interactuar con las tabletas antes de cumplir su primer año de vida. A medida que van creciendo, se va incrementando el tiempo de exposición y sus hábitos y juegos tienden a tener lugar en espacios cerrados y basarse en el uso de la tecnología.
Además, en niños miopes estos hábitos aceleran la progresión del defecto refractivo. Otras consecuencias pueden ser la aparición ambliopías (ojo vago) o la sequedad ocular e incluso, aunque esto aún no ha sido demostrado científicamente, se ha relacionado la radiación de las pantallas LED con daños en la retina.
Prevenir
Para prevenir su aparición, el Dr. Bernabéu Arias recomienda hacer “un uso racional, sin excesos, con buena luz ambiente e incluso, si es posible, con luz natural”. Además, hay una serie de factores relacionados con el propio dispositivo que influyen en la fatiga visual como la calidad de la imagen, la intensidad de la luz o el tamaño de la pantalla.
El adolecente
Ambos especialistas coinciden en que “no existe una edad específica para el desarrollo de estos trastornos”, sin embargo, “sí existe un pico de incidencia en torno a la adolescencia, probablemente en relación con un mayor acceso a estos dispositivos, un menor control parental sobre las horas dedicadas al mismo y un esqueleto ‘en riesgo’ asociado a la fase de crecimiento acelerado”.
En estos casos, el motivo de consulta más frecuente es el dolor muscular en la columna vertebral, especialmente en las regiones cervical y dorsal, así como en la cintura escapular. “Afortunadamente, en la inmensa mayoría de los casos se trata tan solo de contracturas musculares temporales que no suponen un problema a largo plazo”, explican los especialistas. Sin embargo, “debemos mantenernos alerta, puesto que en algunos casos la suma de estas malas posturas y las otras consecuencias de pasar demasiado tiempo frente a la pantalla (sedentarismo, obesidad y un desarrollo muscular insuficiente del tronco) pueden favorecer que estos dolores se cronifiquen y mantengan a lo largo de la edad adulta”.
Detectar el problema
Aunque se recomienda hacer una revisión oftalmológica cuando el niño cumpla los 5 ó 6 años de edad, existen determinados síntomas que deben llevarnos a consultar en cualquier momento:
• Acercarse demasiado a la pantalla (la distancia nunca debe ser inferior a la de su antebrazo).
• Una posición inadecuada de la cabeza.
• Guiñar un ojo.
• Frotarse los ojos.
• Observar que los ojos no están rectos.
• Si los profesores nos informan de un bajo rendimiento escolar.
Problemas posturales
Más allá de nuestra vista, estas tecnologías favorecen que adoptemos posturas incorrectas que pueden prolongarse durante horas.
“Existe una tendencia a mirar la pantalla con la cabeza gacha y los hombros adelantados, pudiendo aparecer entonces desequilibrios musculares que desembocan en dolorosas contracturas”, subrayan el Prof. Pablo Palacios Cabezas, jefe de equipo de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario HM Sanchinarro, y el Dr. Pablo Crespo Hernández, médico especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología del mismo hospital.
Adoptar una buena postura
Además de limitar el tiempo que dedicamos a estos dispositivos, durante su uso debemos mantener una correcta higiene postural, para ello recomiendan:
• Siempre que sea posible, la tableta o portátil debe reposar sobre una mesa y el niño estar sentado a una altura adecuada, de tal forma que pueda teclear o interactuar con la pantalla sin encorvarse ni girar el cuerpo.
• En cuanto a los smartphones, los antebrazos deberían reposar igualmente sobre una superficie estable para evitar sobrecargar los hombros y el cuello.