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HM Fertility Center ofrece todas las modalidades de transferencia embrionaria

18/11/2019 11:00

Se calcula que de los cerca de 9 millones de nacidos a través de las distintas técnicas de fecundación in vitro (FIV), alrededor de un 35% (aproximadamente unos 3.150.000) lo han hecho a partir de la transferencia de embriones congelados. El nacimiento de Zoe Leyland el 28 de marzo de 1984 en Australia supuso un hito histórico en la medicina de reproducción al ser la primera concepción derivada de la transferencia de embriones criopreservados. El Dr. Isidoro Bruna, director de HM Fertility Center (los centros de Fertilidad de HM Hospitales), nos explica en qué consiste esta técnica.


Lo cierto es que hoy en día más de la mitad de las transferencias embrionarias que se realizan en los centros de Fertilidad del mundo se hacen de forma diferida, es decir, no se transfieren los embriones en fresco, congelándose todos, para ser transferidos en un ciclo posterior. "Las tasas de éxito gestacional son similares, pero en el momento actual algunas parejas se muestran preocupadas cuando la transferencia embrionaria no se realiza en el mismo ciclo de FIV en el que se ha llevado a cabo la punción folicular y se han obtenido los embriones", señala el Dr. Bruna.

 

La implantación embrionaria representa uno de los pasos cruciales en el éxito de los tratamientos de reproducción asistida (TRA). "La importancia de un adecuado medio ambiente endometrial en los TRA se pone de relieve por la observación de los ciclos de donación de ovocitos (Ovodon), en los que la transferencia de embriones de buena calidad a mujeres receptoras tiene una probabilidad más alta de implantar que si se transfieren a las propias donantes", afirma el Dr. Bruna.

 

Ventana de implantación

El proceso de implantación de un embrión requiere una interacción recíproca entre éste y el endometrio durante una pequeña 'ventana de días', que es un período autolimitado tanto del ciclo natural como del estimulado para FIV-ICSI, en el que el endometrio adquiere una morfología y un estado funcional adecuados para la nidación. "En un ciclo natural, el endometrio se va progresivamente remodelando, para exhibir un reducido período de receptividad. En el embarazo espontáneo, el embrión alcanza la cavidad uterina unas 80 horas después de la ovulación. El endometrio se vuelve receptivo a la implantación endometrial al cabo de 6-8 días después de la ovulación y permanece receptivo durante aproximadamente 4 días (entre los días 20º-24º del ciclo natural)", explica el director de HM Fertility Center.

 

Tres elementos

La culminación apropiada de una implantación depende de la concurrencia de tres elementos fundamentales: la calidad del embrión, la receptividad endometrial durante la 'ventana de implantación' y una correcta interacción embrio-endometrial, lo que implica un buen 'diálogo' embrio-endometrial. En ese sentido, existe una clara evidencia que la estimulación ovárica en algunos ciclos de FIV-ICSI puede afectar a la receptividad endometrial. "Está demostrado que en pacientes que presentan niveles hormonales elevados de Estradiol/E2 y Progesterona/P4 al final de la fase de estimulación, se produce una asincronía endometrial (microambiente endometrial subóptimo). Es, en este tipo de casos, cuando se hace necesario cancelar la transferencia embrionaria en fresco, para no reducir el éxito de la implantación", destaca el Dr. Bruna.

 

En los ciclos de transferencia de embriones congelados el endometrio se desarrolla bien de forma espontánea o bien se prepara mediante una administración secuencial suave de E2 y P4 (en comprimidos o en administración trasdérmica), con lo que el desarrollo endometrial presenta una mayor sincronía. Los embriones se transfieren a un entorno más parecido al del ciclo natural. "Hasta la fecha, gracias a los avances de las técnicas de criopreservación embrionaria (y fundamentalmente, a la vitrificación) los resultados clínicos de los embriones congelados y su potencial de implantación resultan similares a los observados con la transferencia de embriones frescos. Además, existe un cuerpo de evidencia aplastante señalando que la criopreservación de todos los embriones y su posterior transferencia en diferido, ha hecho prácticamente desaparecer el temido síndrome de hiperestimulación ovárica (SHEO), con lo que ofrece un gran espectro de seguridad", asevera el director de HM Fertility Center.

 

En resumen, en aquellos casos en los que está indicada, la criopreservación embrionaria y la transferencia diferida aportan a los ciclos de FIV-ICSI dos elementos cruciales: eficiencia y seguridad. Eficiencia porque posibilita un mayor número de transferencias embrionarias por ciclo de estimulación folicular y por punción folicular, lo que deriva en un incremento de la tasa acumulada de embarazos y nacidos vivos. Además, incrementa la probabilidad de alcanzar un embarazo cuando no se ha logrado desarrollar un endometrio adecuado para la transferencia en fresco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 





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