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Cambios físicos y emocionales durante el embarazo

30/09/2016 2:00

El embarazo supone un gran cambio físico y emocional que se produce de forma brusca en un corto periodo de tiempo y todos estos miedos y síntomas corporales no son más que mecanismos de adaptación. Los expertos en Obstetricia y Ginecología de HM Hospitales explican cuáles son.

En el primer trimestre podrás percibir que deseas dormir más de lo habitual. También es posible que disminuya tu apetencia sexual, por temor a dañar al bebé o por molestias corporales. No te alarmes, estos temores se irán atenuando a medida que avance el embarazo.

El segundo trimestre se caracteriza por la estabilidad y la adaptación. Ya estás segura de que hay un ser en tu interior y comienzas a notar sus movimientos. Aquí la preocupación se suele centrar en si tu hijo estará bien o no.

El tercer trimestre se caracteriza por el rápido crecimiento del bebé, lo que implica una sobrecarga para tu cuerpo. La incertidumbre se centra en cómo será el parto o en si sabrás cuidar de tu hijo.

Físicamente, los cambios son:

Útero: fuera de la gestación pesa unos 50-70 g y al final de ésta pesará unos 1000 g. Se palpa sobre el pubis a partir de la semana 12, en la semana 22 está a nivel del ombligo y en la 36 llega al reborde de las costillas.

Vagina: aumenta la secreción vaginal (flujo), sobre todo al final de la gestación y es de color blanquecino. Asimismo, aumenta la propensión a las infecciones por hongos debido al cambio del pH.

Mamas: al principio del embarazo puede aparecer tensión en las mamas y posteriormente los pezones y la areola aumentan de tamaño, se pigmentan y se hacen más sensibles. Hacia la mitad de la gestación puede observarse la salida del calostro.

Cambios en el aparato urinario: los riñones aumentan de tamaño y hay tendencia al mal vaciamiento de la vejiga debido al crecimiento del útero, por lo que aumenta la probabilidad de infecciones de orina y la aparición de cálculos renales.

Cambios digestivos: las encías tienden a sangrar con más facilidad y es recomendable una higiene oral estricta. En los vómitos del primer trimestre influyen causas tanto hormonales como psicológicas y aparecen con mayor frecuencia al despertar. Para atenuarlos es aconsejable ingerir algún alimento sólido y azucarado, como galletas, antes de levantarse de la cama. Si los vómitos son muy intensos, tu ginecólogo de podrá indicar el tratamiento más adecuado. Hay tendencia también al estreñimiento debido a los cambios hormonales, por lo que es aconsejable que consumas alimentos ricos en fibras.

Cambios circulatorios: se produce un aumento del volumen circulatorio, por lo que hay tendencia a fatigarse al realizar actividades que requieran pequeños esfuerzos. La tensión arterial tiende a disminuir en el primer y segundo trimestre y a estabilizarse en el tercero. Algunas mujeres desarrollan hipertensión, que es muy importante tratar para evitar complicaciones. Pueden aparecer varices en las piernas y la vulva debido a que el útero, al crecer, comprime vasos sanguíneos y dificulta el drenaje. Estos síntomas mejoran una vez finalizado el embarazo. A partir de la semana 30 no es recomendable tumbarse boca arriba, pues puede producir hipotensión debido a la compresión del útero sobre los vasos sanguíneos, por lo que se recomienda dormir de lado, preferiblemente sobre el izquierdo.

Cambios en los análisis sanguíneos: es común que se detecte anemia, por lo que es probable que tu ginecólogo te prescriba hierro para corregirla o para reforzar el aporte que requiere el embarazo. También pueden verse alterados los resultados de otras pruebas, como las del colesterol, del que pueden encontrarse niveles altos.

Ganancia de peso: lo normal durante todo el embarazo suele oscilar entre los 9 y 15 kilos, dependiendo de tu índice de masa corporal. Con este incremento de peso se favorece el correcto aporte al bebé y la pérdida del peso ganado al finalizar la lactancia.

Cambios esqueléticos: Debido al cambio de la posición de la curvatura de la columna ocasionada por el crecimiento del útero, pueden aparecer molestias de espalda o de extremidades inferiores, sobre todo en personas que ya tuvieran problemas previamente.

Cambios dermatológicos: es frecuente sufrir caída del cabello, generalmente tras el parto, y aumento del vello corporal tras la gestación; son fenómenos transitorios. También pueden aumentar la pigmentación en la cara (cloasma) y en el abdomen, lo que desaparece tras el parto. Para minimizar la aparición de estas manchas es recomendable utilizar cremas solares con alto índice de protección. Igualmente, podrás notar mayor sudoración de la habitual y detectar la aparición de estrías en abdomen, piernas y mamas. La mejor prevención es una buena hidratación de estas zonas.

Cambios oftalmológicos: en mujeres portadoras de lentillas puede aparecer una mala tolerancia al uso de las mismas debido al edema corneal.

 

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