Ahogamientos y traumatismos asociados a zambullidas
La asfixia por ahogamiento es la segunda causa de mortalidad en niños de 1 a 4 años, y es más frecuente en piscinas privadas que en públicas. Por eso deben estar siempre y constantemente vigilados y es recomendable que aprendan a nadar cuanto antes.
En adultos, este tipo de accidentes se suele asociar a la imprudencia y a la desobediencia de banderas que indican la peligrosidad del baño.
Hay que evitar las zonas no vigiladas y las prácticas peligrosas como empujones, los saltos de cabeza cuando no se conoce la profundidad y entrar bruscamente en el agua después de haber
estado al sol mucho tiempo.
“En el caso de que alguien esté en peligro de ahogamiento, nunca debemos arriesgarnos a salvarle si ponemos en peligro nuestra seguridad. Debemos saber nadar y conocer las técnicas de salvamento”, insiste el Dr. Córdoba. Cuando saquemos al accidentado del agua debe aplicarse el protocolo de RCP (Reanimación Cardiopulmonar).
Traumatismos craneales o cervicales por zambullirse en aguas poco profundas
Saltar desde rocas o trampolines cuando no sabemos la profundidad que tiene el agua puede producir traumatismos craneales, cervicales e incluso lesiones cerebrales y medulares.
“Ante un accidentado de este tipo debemos avisar a los Servicios de Emergencia y evitar en lo posible moverle la cabeza y el cuello.
Si es necesario, la movilización se hará en bloque y sujetando la cabeza y el cuello con ambas manos, manteniendo la alineación con el resto del cuerpo”, señala el Dr. Córdoba.
Picaduras
En verano son frecuentes las picaduras no sólo de insectos, también de medusas, erizos o peces araña.
- Cuando pica una medusa los síntomas son dolor, quemazón, eritema y leve sangrado. Hay que limpiar la zona con agua salada o suero fisiológico. Se debe aplicar frío y no usar vinagre ni amoniaco. Se puede tomar un analgésico o antihistamínico.
- En el caso de que la picadura sea de un erizo, hay que limpiar la zona con agua caliente para eliminar las espinas y sumergir la zona en agua lo más caliente posible durante 30 minutos para destruir la toxina. Además, hay que realizar una cura diaria de la zona.
Golpe de calor
Supone un aumento de la temperatura corporal tras una exposición solar prolongada o por realizar ejercicio en un ambiente caluroso sin ventilación. Suelen afectar a personas mayores y niños, pero se pueden prevenir evitando la actividad física en las horas centrales del día, beber mucha agua aunque no se tenga sed, mojarse con frecuencia y buscar sitios bien ventilados. El Dr. Córdoba indica que los síntomas de alarma son:
- Sensación de calor sofocante y temperatura de más de 39 grados.
- Sed intensa y sequedad de boca incorregible.
- Agotamiento excesivo, calambres musculares.
- Cefalea, mareo, desmayo, confusión e incluso convulsiones.
- Dolor de estómago y vómitos.
- En los bebés, llanto inconsolable.
En el caso de que se cumplan estos síntomas:
- Llamar a los Servicios de Emergencia.
- Poner a la persona a la sombra o en una zona con aire acondicionado y levantarle las piernas.
- Quitarle la ropa y mojarle la piel para intentar bajarle la temperatura.
- Si la persona está consciente y en sus plenas facultades se le puede dar agua o bebidas isotónicas.