Pensar que debemos
recurrir a los antibióticos siempre que haya
una infección es un error que, a pesar de las campañas de sensi- bilización, aún persiste en muchos casos. Como explica el Dr. José Felipe Varona Arche,
médico adjunto del Servicio de Medicina
Interna del Hospital
Universitario HM Montepríncipe, “la inmensa
mayoría de agentes antibióticos
solo son operativos
en las infecciones causadas por bacterias, mientras
que en las infecciones causadas por virus (las viriasis, vulgarmente denominadas catarros o gripes/pseudo-gripes) los antibióticos resultan ineficaces.
Otros errores frecuentes asociados a los antibióticos suelen ser no respetar las dosis indicadas por el médico o
la duración del tratamiento y recurrir, cada vez más, al empleo rutinario de los antibióticos de amplio espectro, en lugar de a aquellos
más específicos, dirigidos al agente que causa la infección.
Consecuencias
Estos tres errores no están exentos de riesgos. El primero, apunta el Dr. Varona, la aparición de efectos adversos que, en ocasiones, pueden llegar a ser graves como determinadas reacciones alérgicas y toxicidad hepática o renal.
Pero el riesgo más importante, desde un punto de vista microbiológico, es el desarrollo de resistencias bacterianas. "Podemos acabar encontrando microorganismos para los que dispongamos de muy pocas opciones terapéuticas por el desarrollo de resistencias de alto nivel. Esto lo estamos viendo ya desde hace varios lustros en pacientes hospitalizados en los que la necesidad de emplear múltiples antibióticos de amplio espectro selecciona cepas de bacterias realmente complicadas de tratar".
Aprender del error
En los últimos años, gracias a las políticas de gestión de antibióticos que restringen su dispensación en la farmacia a la prescripción médica, se ha conseguido mejorar la situación. Reflejo de esto es que "las tasas de resistencia a microorganismos frecuentes como el neumococo se han mantenido estables durante los últimos años".