En el mundo, una de cada cuatro personas, o lo que es lo mismo, cerca de 1.700 millones, padecerá un trastorno mental a lo largo de su vida– y sus familiares, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A nivel mundial, aproximadamente un 15% de la carga global de las enfermedades, puede ser atribuido a trastornos neuropsiquiátricos. Su déficit contribuye a enfermedades afectivas u orgánicas como depresión y ansiedad, la tolerancia a la frustración y el pensamiento, y pueden afectar a niños, jóvenes, especialmente adolescentes, pero también a maduros o ancianos.
Además, según los datos aportados por la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud de 2006, un 9% de españoles tiene actualmente algún tipo de trastorno mental y, en el caso de los trastornos mentales graves, la cifra es de un millón de personas, es decir, entre el 2'5-3% de la población.
La depresión es el trastorno mental más frecuente y una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, con mayor prevalencia en las mujeres que en los hombres, ya que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, con un aumento de casi el 20% en la última década.
Desde 1992 todos los 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, un aniversario impulsado por la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH) con los auspicios de la OMS, con el objetivo de sensibilizar e informar a la población sobre los trastornos mentales y sobre la realidad y necesidades de los pacientes.
En esta presente edición de 2017, el principal lema es reinsertar en la sociedad a los pacientes de salud mental y con especial relevancia en el entorno laboral.