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Neurología

Ataxias

La ataxia es un trastorno neurológico que afecta la coordinación del movimiento. Su prevalencia varía según la causa subyacente.
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¿Qué es la ataxia? 

La ataxia se define como la pérdida de coordinación muscular, lo que afecta el equilibrio, la marcha, el habla y los movimientos oculares. Dificulta la realización de actividades diarias, desde caminar hasta escribir. Imagina intentar tocar tu nariz con el dedo, pero fallar repetidamente: esta es la dificultad que experimentan quienes padecen ataxia.

Mujer mayor sufre un mareo

Síntomas de la ataxia

Los síntomas de la ataxia pueden ser muy diversos y su intensidad varía de una persona a otra. Algunos experimentan síntomas leves, mientras que otros pueden tener dificultades significativas para realizar tareas cotidianas. A continuación, se enumeran algunos de los síntomas más comunes:

Falta de equilibrio:

la inestabilidad es un síntoma frecuente, que puede manifestarse como dificultad para mantenerse de pie, caminar en línea recta o girar sin tambalearse.

Marcha inestable (ataxia de la marcha):

la marcha puede parecer inestable, vacilante o similar a la de una persona ebria. Las personas con ataxia pueden tener dificultades para iniciar o detener la marcha, así como para mantener el equilibrio al caminar.

Dificultad para hablar (disartria):

el habla puede ser lenta, arrastrada o confusa. Las personas con ataxia pueden tener dificultades para articular palabras o controlar el volumen y el tono de su voz.

Temblores al realizar movimientos precisos (temblor intencional):

los temblores empeoran al intentar realizar movimientos precisos, como tocarse la nariz con el dedo o abotonarse la camisa.

Problemas con los movimientos oculares (nistagmo):

 los ojos pueden moverse de forma involuntaria, rápida y repetitiva, lo que puede afectar la visión y el equilibrio.

Clasificación de la ataxia

La ataxia se clasifica en función de su causa, la edad de inicio y los síntomas específicos. Esta clasificación ayuda a los médicos a comprender mejor el tipo de ataxia y a determinar el tratamiento más adecuado. Las principales categorías son:

  • Ataxias adquiridas: causadas por factores externos como lesiones, infecciones o enfermedades.
  • Ataxias hereditarias: causadas por mutaciones genéticas que se transmiten de padres a hijos. Dentro de este grupo, se encuentra la Ataxia de Friedreich, una de las ataxias hereditarias más comunes.
  • Ataxias esporádicas: de causa desconocida.

Dentro de estas categorías, existen diferentes tipos de ataxia, como la ataxia cerebelosa (que afecta al cerebelo), la ataxia sensorial (que afecta a los nervios sensoriales) y la ataxia vestibular (que afecta al sistema vestibular del oído interno).

Causas de la ataxia

Comprender la causa de la ataxia es crucial para un tratamiento efectivo. Las causas pueden ser diversas y abarcan desde lesiones cerebrales hasta enfermedades genéticas: 

  • Daño al cerebelo: el cerebelo es la parte del cerebro responsable de la coordinación del movimiento. El daño a esta área, causado por un ictus (interrupción del flujo sanguíneo al cerebro), un traumatismo craneal, esclerosis múltiple (enfermedad autoinmune que afecta el cerebro y la médula espinal) o tumores, puede provocar ataxia.
  • Trastornos genéticos: algunas ataxias, como la ataxia de Friedreich, son causadas por mutaciones genéticas que se heredan de los padres.
  • Deficiencias vitamínicas como la vitamina E o B12 pueden causar ataxia. 
  • Exposición a toxinas: el alcohol, ciertos medicamentos o metales pesados puede dañar el sistema nervioso y provocar ataxia.
  • Enfermedades autoinmunes.
  • Infecciones: ciertas infecciones, como la varicela o la enfermedad de Lyme, pueden causar ataxia.

Factores de riesgo de la ataxia

Los factores de riesgo para desarrollar ataxia varían según la causa subyacente. Algunos factores de riesgo comunes incluyen:

  • Antecedentes familiares de ataxia.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Ciertas enfermedades autoinmunes.
  • La exposición a toxinas como metales pesados o ciertos medicamentos aumentan el riesgo.

Complicaciones de la ataxia

La ataxia puede tener diversas complicaciones que afectan la calidad de vida del paciente. Es importante buscar atención médica si se sospecha de ataxia para minimizar estas complicaciones:

  • Caídas frecuentes: la falta de equilibrio y la marcha inestable aumentan el riesgo de caídas, que pueden provocar lesiones.
  • Dificultad para comer y tragar (disfagia): la ataxia puede afectar los músculos involucrados en la deglución, lo que dificulta la alimentación y aumenta el riesgo de atragantamiento o neumonía por aspiración.
  • Problemas respiratorios: la ataxia puede afectar los músculos respiratorios, lo que dificulta la respiración, especialmente durante el sueño.
  • Deterioro cognitivo: algunas formas de ataxia pueden estar asociadas con deterioro cognitivo, que afecta la memoria, la atención y la capacidad de razonamiento.

Diagnóstico de la ataxia

El diagnóstico de la ataxia es un proceso complejo que requiere una evaluación exhaustiva por parte de un neurólogo. Se utilizan diversas pruebas y procedimientos para determinar la causa subyacente y la gravedad de la ataxia:

  • Evaluación neurológica completa: el neurólogo realizará un examen físico completo, incluyendo pruebas de equilibrio, coordinación, marcha, habla y movimientos oculares. También evaluará la función de los nervios craneales y la sensibilidad.
  • Pruebas de imagen: la resonancia magnética (RM) del cerebro, pueden ayudar a identificar anomalías estructurales en el cerebelo, el tronco encefálico u otras partes del cerebro que puedan estar causando la ataxia. La RM utiliza campos magnéticos y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cerebro.
  • Pruebas genéticas: si se sospecha una ataxia hereditaria, se pueden realizar pruebas genéticas para identificar mutaciones específicas en los genes asociados con la ataxia. Estas pruebas implican un análisis de sangre o saliva.
  • Estudios de conducción nerviosa y electromiografía (EMG): evalúan la función de los nervios y los músculos. Los estudios de conducción nerviosa miden la velocidad y la fuerza de las señales eléctricas que viajan a través de los nervios. La EMG mide la actividad eléctrica de los músculos.
  • Análisis de sangre: pueden ayudar a identificar deficiencias vitamínicas, exposición a toxinas, infecciones u otras afecciones médicas que puedan estar causando la ataxia.
  • Punción lumbar: en algunos casos, se puede realizar una punción lumbar para analizar el líquido cefalorraquídeo (LCR), que rodea el cerebro y la médula espinal. El análisis del LCR puede ayudar a identificar infecciones, inflamación u otras afecciones que puedan estar causando la ataxia.

Tratamientos para la ataxia

El tratamiento para la ataxia se centra en abordar la causa subyacente y controlar los síntomas. No existe una cura para la mayoría de las ataxias, pero el tratamiento puede ayudar a mejorar la calidad de vida del paciente:

  • Fisioterapia: es fundamental para mejorar el equilibrio, la coordinación, la fuerza muscular y la marcha. Los fisioterapeutas pueden enseñar ejercicios específicos y técnicas para ayudar a los pacientes a compensar la pérdida de coordinación. En HM Hospitales contamos con un servicio de fisioterapia en el que se diseñan programas de ejercicios personalizados. 
  • Terapia ocupacional: ayuda a los pacientes a adaptar sus actividades diarias y su entorno para facilitar la realización de tareas cotidianas, como vestirse, comer y bañarse. Los terapeutas ocupacionales pueden recomendar dispositivos de asistencia, como bastones, andadores o sillas de ruedas, para mejorar la movilidad y la independencia.
  • Medicamentos: algunos fármacos pueden ayudar a controlar los síntomas específicos de la ataxia, como los temblores, la espasticidad o la depresión. Los medicamentos específicos utilizados dependerán de la causa y los síntomas de la ataxia.
  • Cirugía: en algunos casos, la cirugía puede ser necesaria para corregir problemas estructurales que contribuyen a la ataxia, como la hidrocefalia (acumulación de líquido en el cerebro) o los tumores cerebelosos.
  • Tratamiento de la causa subyacente: si la ataxia es causada por una afección médica subyacente, como una deficiencia vitamínica, una infección o una enfermedad autoinmune, el tratamiento de esa afección puede ayudar a mejorar los síntomas de la ataxia.
  • Apoyo nutricional y del habla: los pacientes con ataxia pueden tener dificultades para comer y tragar, por lo que pueden necesitar apoyo nutricional, como dietas modificadas o alimentación por sonda. La terapia del habla puede ayudar a mejorar la comunicación y la deglución.

En HM Hospitales, ofrecemos tratamientos adaptados a las necesidades individuales de cada paciente. Un enfoque multidisciplinario, que involucra a neurólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, nutricionistas y otros especialistas, a menudo es el más efectivo para el manejo de la ataxia.

Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes ataxia, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.

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