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Cardiología

Insuficiencia cardíaca

Se calcula que una de cada cinco personas podría padecer insuficiencia cardíaca en alguna etapa de su vida.
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¿Qué es la insuficiencia cardíaca?

La insuficiencia cardíaca es una enfermedad crónica y progresiva que afecta la capacidad del corazón para bombear sangre eficientemente. A diferencia de lo que su nombre indica, la insuficiencia cardíaca no implica que el corazón deje de latir. Se refiere a la incapacidad del músculo cardíaco para bombear la cantidad de sangre suficiente para satisfacer las necesidades del organismo. Esta condición puede llevar a la acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar) y en las extremidades (edema periférico).

Hombre con dolor en el corazón

Síntomas de la insuficiencia cardíaca

Los síntomas de la insuficiencia cardíaca pueden variar en intensidad y manifestarse de forma gradual o repentina. Es importante destacar que la intensidad de los síntomas no siempre se correlaciona con la gravedad de la enfermedad. Algunos pacientes pueden experimentar síntomas leves incluso con una función cardíaca significativamente comprometida, mientras que otros pueden presentar síntomas graves con una función cardíaca relativamente preservada. Algunos de los más comunes son:

Dificultad para respirar (disnea):

puede presentarse al realizar esfuerzos, al acostarse o incluso en reposo.

Fatiga y debilidad:

sensación constante de cansancio y falta de energía.

Hinchazón en tobillos, pies y piernas (edema):

causada por la acumulación de líquidos.

Tos persistente o sibilancias:

especialmente al estar acostado.

Aumento rápido de peso:

debido a la retención de líquidos.

Falta de apetito y náuseas:

asociadas a la congestión del sistema digestivo.

Confusión o dificultad para concentrarse:

por la falta de oxígeno en el cerebro.

Aumento de la frecuencia cardíaca (palpitaciones):

el corazón late más rápido para compensar su insuficiencia.

Clasificación de la insuficiencia cardíaca

La insuficiencia cardíaca se clasifica en función de la fracción de eyección, que mide el porcentaje de sangre bombeada por el ventrículo izquierdo en cada latido. Esta clasificación es fundamental para determinar el pronóstico y guiar el tratamiento. Conocer la fracción de eyección permite al médico determinar el tipo de insuficiencia cardíaca y adaptar el tratamiento a las necesidades específicas del paciente. En función del porcentaje de sangre que el corazón es capaz de bombear, se distinguen principalmente dos tipos de insuficiencia cardíaca:

  • Insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida (IC-FEr): el corazón no bombea suficiente sangre con cada latido (menos del 40%). Esta forma de insuficiencia cardíaca se asocia con un mayor riesgo de complicaciones y mortalidad.
  • Insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada (IC-FEp): el corazón bombea una cantidad normal de sangre, pero el ventrículo izquierdo no se relaja adecuadamente durante la diástole, dificultando el llenado. Aunque la fracción de eyección es normal, la rigidez del ventrículo izquierdo dificulta el llenado y reduce la cantidad de sangre que el corazón puede bombear.

Causas de la insuficiencia cardíaca

La insuficiencia cardíaca suele ser el resultado de otras afecciones que dañan o debilitan el corazón. Identificar la causa subyacente de la insuficiencia cardíaca es crucial para un tratamiento efectivo. 

Factores de riesgo de la insuficiencia cardíaca

Diversos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca. Es importante conocerlos para poder tomar medidas preventivas y reducir la probabilidad de desarrollar la enfermedad. Algunos factores de riesgo son modificables, como el tabaquismo, la obesidad y la hipertensión arterial, mientras que otros, como la edad y los antecedentes familiares, no se pueden modificar. Entre los más frecuentes se incluyen:

  • Edad avanzada: el envejecimiento natural del corazón puede debilitarlo con el tiempo, reduciendo su capacidad para bombear sangre eficientemente.
  • Antecedentes familiares: un historial familiar de insuficiencia cardíaca aumenta el riesgo, sugiriendo una predisposición genética.
  • Tabaquismo: daña los vasos sanguíneos, aumenta la presión arterial y reduce la cantidad de oxígeno disponible para el corazón, aumentando significativamente el riesgo de insuficiencia cardíaca.
  • Obesidad: el exceso de peso obliga al corazón a trabajar más para suministrar sangre al cuerpo, aumentando la carga de trabajo del músculo cardíaco.
  • Diabetes: daña los vasos sanguíneos y los nervios que controlan el corazón, aumentando el riesgo de enfermedad coronaria e insuficiencia cardíaca. El control adecuado de la glucosa en sangre es esencial para reducir el riesgo.
  • Apnea del sueño: interrumpe la respiración durante el sueño, reduciendo los niveles de oxígeno en sangre y estresando el corazón. El tratamiento de la apnea del sueño puede mejorar la función cardíaca.
  • Consumo excesivo de alcohol: puede debilitar el músculo cardíaco con el tiempo y en el grado de consumo, llevando a una forma de miocardiopatía conocida como miocardiopatía alcohólica.
  • Enfermedad renal crónica: puede afectar el equilibrio de líquidos y electrolitos, sobrecargando el corazón y aumentando el riesgo de insuficiencia cardíaca. El manejo adecuado de la enfermedad renal crónica es importante para prevenir la insuficiencia cardíaca.

Complicaciones de la insuficiencia cardíaca

La insuficiencia cardíaca puede dar lugar a diversas complicaciones que pueden afectar significativamente la salud y la calidad de vida del paciente. Estas pueden requerir hospitalización y tratamientos adicionales. Es fundamental un seguimiento médico regular para detectar y tratar precozmente estas complicaciones. Algunas de las más frecuentes son:

  • Edema pulmonar: acumulación de líquido en los pulmones, dificultando la respiración y pudiendo provocar insuficiencia respiratoria. El edema pulmonar agudo es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato.
  • Daño renal: la reducción del flujo sanguíneo a los riñones puede afectar su función, llevando a insuficiencia renal. La insuficiencia renal puede requerir diálisis.
  • Arritmias cardíacas: latidos cardíacos irregulares pueden comprometer la función cardíaca y aumentar el riesgo de eventos tromboembólicos. Algunos tipos de arritmias pueden ser potencialmente mortales.
  • Daño hepático: la acumulación de líquido puede afectar la función hepática, llevando a insuficiencia hepática. La insuficiencia hepática puede tener consecuencias graves para la salud.
  • Muerte súbita cardíaca: en casos graves, la insuficiencia cardíaca puede provocar un paro cardíaco repentino. La muerte súbita cardíaca es una de las principales causas de muerte en pacientes con insuficiencia cardíaca.

Diagnóstico de la insuficiencia cardíaca

El diagnóstico de la insuficiencia cardíaca requiere una evaluación médica exhaustiva que incluye una variedad de pruebas y procedimientos. Un diagnóstico preciso es esencial para determinar el mejor curso de tratamiento y mejorar el pronóstico del paciente. El proceso diagnóstico puede involucrar a diferentes especialistas, como cardiólogos, radiólogos y técnicos de laboratorio. Las pruebas diagnósticas incluyen:

  • Historia clínica y examen físico: el médico revisará los síntomas, antecedentes médicos y realizará una exploración física, buscando signos como hinchazón, ritmo cardíaco irregular y sonidos anormales en los pulmones.
  • Análisis de sangre: permiten evaluar la función renal, hepática y tiroidea, así como detectar anemia o infecciones. El péptido natriurético tipo B (BNP) es un biomarcador que se eleva en la insuficiencia cardíaca y es útil para confirmar el diagnóstico. Otros biomarcadores, como la troponina, pueden ser útiles para descartar otras afecciones cardíacas.
  • Electrocardiograma (ECG): registra la actividad eléctrica del corazón, detectando arritmias, infartos previos y otros problemas cardíacos.
  • Radiografía de tórax: muestra el tamaño y la forma del corazón y los pulmones, pudiendo revelar congestión pulmonar.
  • Ecocardiograma: ecografía del corazón que proporciona imágenes detalladas de su estructura y función, incluyendo el tamaño de las cavidades, el grosor de las paredes y la fracción de eyección. Es crucial para el diagnóstico y la clasificación de la insuficiencia cardíaca. 
  • Prueba de esfuerzo: evalúa la respuesta del corazón al ejercicio, pudiendo revelar limitaciones en su capacidad de bombeo y diagnosticar enfermedad coronaria. La prueba de esfuerzo puede realizarse en una cinta de correr o en una bicicleta estática.
  • Gammagrafía cardíaca: utiliza pequeñas cantidades de material radiactivo para evaluar el flujo sanguíneo al corazón, detectando áreas de isquemia o daño miocárdico. La gammagrafía cardíaca puede realizarse en reposo o durante el ejercicio.
  • Resonancia magnética cardíaca (RMC): proporciona imágenes detalladas del corazón y los vasos sanguíneos, ayudando a identificar la causa de la insuficiencia cardíaca y evaluar la viabilidad del miocardio. La RMC es una prueba no invasiva que proporciona imágenes de alta resolución del corazón.
  • Cateterismo cardíaco y angiografía coronaria: procedimiento invasivo que permite visualizar las arterias coronarias y medir las presiones en el corazón, diagnosticando enfermedad coronaria y evaluando la función de las válvulas cardíacas. El cateterismo cardíaco se realiza introduciendo un catéter a través de una arteria en la ingle o el antebrazo.

Tratamiento de la insuficiencia cardíaca

El tratamiento de la insuficiencia cardíaca se adapta a cada paciente y busca aliviar los síntomas, mejorar la calidad de vida y frenar el avance de la enfermedad. El plan de tratamiento se individualiza en función de la gravedad de la insuficiencia cardíaca, la causa subyacente, la presencia de otras enfermedades y las preferencias del paciente. El tratamiento puede involucrar una combinación de cambios en el estilo de vida, medicamentos, dispositivos y cirugía. 

  • Cambios en el estilo de vida: una dieta baja en sodio, restricción de líquidos, ejercicio regular, control del peso y abandono del tabaco son fundamentales para controlar los síntomas y mejorar la función cardíaca. Estos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir la carga de trabajo del corazón y mejorar la salud en general.
  • Rehabilitación cardíaca: programas supervisados de ejercicio y educación para mejorar la capacidad física, la tolerancia al ejercicio y el bienestar emocional. La rehabilitación cardíaca puede ayudar a los pacientes a recuperar la confianza en sí mismos y a retomar sus actividades cotidianas.
  • Tratamiento farmacológico: los medicamentos para la insuficiencia cardíaca actúan a través de diferentes mecanismos para mejorar la función cardíaca, reducir los síntomas y prevenir complicaciones. Algunos de los medicamentos más utilizados son los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), los antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA-II), betabloqueantes, antagonistas de los receptores de mineralocorticoides (ARM), inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2), diuréticos, bloqueadores de canales activados por la hiperpolarización y modulados por nucleótidos cíclicos y los estimuladores de la guanilato ciclasa.
  • Tratamiento quirúrgico: las opciones quirúrgicas para la insuficiencia cardíaca se reservan para casos específicos en los que el tratamiento médico no es suficiente o cuando existe una causa subyacente tratable quirúrgicamente. Los procedimientos quirúrgicos pueden incluir:
    • Cirugía de revascularización coronaria: mejora el flujo sanguíneo al corazón mediante injertos que puentean las arterias obstruidas.
    • Reparación o reemplazo valvular: corrige las válvulas cardíacas dañadas.
    • Dispositivos de asistencia ventricular (DAV): bombas mecánicas que ayudan al corazón a bombear sangre.
    • Trasplante cardíaco: reemplazo del corazón dañado por uno sano de un donante. 

El tratamiento de la insuficiencia cardíaca a menudo requiere un enfoque multidisciplinar que involucra a cardiólogos, enfermeras especializadas en insuficiencia cardíaca, nutricionistas, fisioterapeutas y trabajadores sociales. HM Hospitales cuenta con una unidad de insuficiencia cardíaca, donde se trabajan diferentes aspectos como la educación al paciente y cuidador principal, se realiza un seguimiento estructurado por un especialista en cardiología y un abordaje de otros problemas frecuentes en estos pacientes. También supone la inclusión de estos pacientes en el programa de rehabilitación cardíaca.  

Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes insuficiencia cardíaca, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.

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