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Oncología

Glioblastoma

El glioblastoma representa un desafío significativo para la salud debido a su complejidad y alta tasa de recurrencia.
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¿Qué es el glioblastoma?

El glioblastoma es el tumor cerebral maligno primario más común y agresivo en adultos, representando un desafío significativo para la salud debido a su rápida progresión y alta tasa de recurrencia. Su naturaleza invasiva y la dificultad para tratarlo hacen que el glioblastoma sea una enfermedad con un pronóstico generalmente desfavorable.

Para comprender la gravedad del glioblastoma, es esencial entender qué es y cómo se origina. El glioblastoma es un tipo de tumor que se origina en las células gliales, las cuales son células de soporte del cerebro que rodean y protegen a las neuronas. A diferencia de las neuronas, las células gliales pueden dividirse y multiplicarse. En el glioblastoma, este proceso de división celular se descontrola, dando lugar a un crecimiento tumoral rápido e invasivo que se infiltra en el tejido cerebral sano circundante. Esta infiltración dificulta la extirpación completa del tumor mediante cirugía y contribuye a su alta tasa de recurrencia.

Paciente hombre oncológico

Síntomas del glioblastoma

Los síntomas del glioblastoma son variados y pueden manifestarse de forma gradual o repentina, dependiendo de la ubicación y el tamaño del tumor. A medida que el tumor crece, la presión dentro del cráneo aumenta y se ejerce presión sobre el cerebro, lo que provoca una serie de síntomas neurológicos.

Síntomas tempranos:

  • Dolores de cabeza, a menudo peores por la mañana: estos dolores de cabeza pueden ser persistentes y no responder a los analgésicos comunes.
  • Náuseas y vómitos: las náuseas y los vómitos pueden ser frecuentes y no estar relacionados con otras enfermedades.
  • Cambios en la personalidad o el comportamiento: el tumor puede afectar las áreas del cerebro responsables de la personalidad y el comportamiento, causando cambios notables.
  • Problemas de memoria: la pérdida de memoria, especialmente la memoria a corto plazo, puede ser un síntoma temprano.

Síntomas tardíos:

  • Dolores de cabeza, a menudo peores por la mañana: estos dolores de cabeza pueden ser persistentes y no responder a los analgésicos comunes.
  • Náuseas y vómitos: las náuseas y los vómitos pueden ser frecuentes y no estar relacionados con otras enfermedades.
  • Cambios en la personalidad o el comportamiento: el tumor puede afectar las áreas del cerebro responsables de la personalidad y el comportamiento, causando cambios notables.
  • Problemas de memoria: la pérdida de memoria, especialmente la memoria a corto plazo, puede ser un síntoma temprano.

Síntomas tardíos:

  • Convulsiones: las convulsiones son episodios de actividad eléctrica anormal en el cerebro y pueden manifestarse como movimientos involuntarios, pérdida de conciencia o alteraciones sensoriales.
  • Debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo: el tumor puede afectar las vías nerviosas que controlan el movimiento, causando debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo.
  • Problemas de visión: el tumor puede presionar el nervio óptico, causando visión borrosa, doble visión o pérdida de visión.
  • Dificultad para hablar: el tumor puede afectar las áreas del cerebro responsables del lenguaje, causando dificultad para hablar o comprender el habla.

Es importante recordar que estos síntomas pueden ser causados por otras afecciones, por lo que es fundamental consultar a un médico para un diagnóstico preciso.

Clasificación del glioblastoma

El glioblastoma se clasifica dentro del grupo de los gliomas, que son tumores que se originan en las células gliales. Específicamente, el glioblastoma es un glioma de grado 4, el grado más alto, lo que indica su alta malignidad y rápido crecimiento. Esta clasificación se basa en la apariencia de las células tumorales bajo el microscopio y en la velocidad a la que se dividen y multiplican. Además de la clasificación histológica, el glioblastoma también se subclasifica según sus características moleculares, como la presencia alteraciones en genes específicos, como la metilación de MGMT. Estas alteraciones pueden influir en el pronóstico y la respuesta al tratamiento. Los glioblastomas se caracterizan por no tener mutaciones ni en IDH1 ni en IDH2, al contrario que los gliomas de más bajo grado, que sí tienen mutaciones en dichos genes. 

Causas del glioblastoma

A pesar de los avances en la investigación, las causas exactas del glioblastoma aún no se comprenden completamente. Se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales puede contribuir a su desarrollo, pero también puede ser fruto del azar. La investigación se centra en identificar genes específicos que puedan estar involucrados en el desarrollo del glioblastoma, así como en factores ambientales que puedan aumentar el riesgo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no se puede identificar una causa específica.

Factores de riesgo del glioblastoma

Aunque las causas del glioblastoma son en gran parte desconocidas, se han identificado ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad. Estos factores de riesgo no garantizan que una persona desarrolle glioblastoma, pero aumentan la probabilidad en comparación con la población general.

  • Edad: el riesgo de glioblastoma aumenta significativamente con la edad, siendo más común en adultos mayores, especialmente a partir de los 65 años.
  • Exposición a la radiación: la exposición previa a altas dosis de radiación ionizante, como la utilizada en radioterapia para tratar otros tipos de cáncer, puede aumentar el riesgo de glioblastoma.
  • Antecedentes familiares: aunque es poco común, tener un familiar de primer grado, como un padre o un hermano, con glioblastoma puede aumentar ligeramente el riesgo.

Complicaciones del glioblastoma

El glioblastoma, debido a su crecimiento rápido e invasivo, puede causar una serie de complicaciones graves que afectan la función cerebral y la calidad de vida del paciente.

  • Aumento de la presión intracraneal: el crecimiento del tumor dentro del cráneo limitado aumenta la presión sobre el cerebro y otras estructuras, causando dolores de cabeza intensos, náuseas, vómitos y problemas de visión.
  • Daño neurológico: a medida que el tumor se infiltra en el tejido cerebral sano, puede dañar las áreas del cerebro responsables de funciones importantes, como el movimiento, el habla, la memoria, la personalidad y el comportamiento.
  • Convulsiones: la actividad eléctrica anormal causada por el tumor puede desencadenar convulsiones, que son episodios de actividad muscular involuntaria, pérdida de conciencia o alteraciones sensoriales.

Si experimentas alguno de estos síntomas, es crucial buscar atención médica de inmediato.

Diagnóstico del glioblastoma

El diagnóstico del glioblastoma requiere una evaluación exhaustiva por parte de un equipo médico especializado, que generalmente incluye neurólogos, neurocirujanos, oncólogos radioterapeutas y oncólogos médicos. El proceso de diagnóstico implica una serie de pruebas para confirmar la presencia del tumor, determinar su ubicación, tamaño y características, y descartar otras afecciones.

  • Examen neurológico: el neurólogo realizará un examen físico y neurológico completo para evaluar la función cerebral, incluyendo la memoria, el habla, la visión, el movimiento, la coordinación, los reflejos y el estado mental.
  • Resonancia magnética (RM): es la prueba de imagen más importante para diagnosticar el glioblastoma. Utiliza campos magnéticos y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cerebro, mostrando la ubicación, el tamaño y la forma del tumor. En HM Hospitales, ofrecemos servicios de RM de última generación, como la RM de 3 teslas, la cual ofrece una mayor resolución y claridad de las imágenes, lo que permite una mejor visualización del tumor y una evaluación más precisa de su extensión. También se puede utilizar la tomografía computarizada (TC) para obtener imágenes del cerebro, aunque la RM suele ser más precisa para detectar glioblastomas.
  • Biopsia: es un procedimiento en el que se extrae una pequeña muestra de tejido tumoral para su examen bajo un microscopio. Es la única forma de confirmar el diagnóstico de glioblastoma y determinar su grado y características moleculares, como la presencia de mutaciones en genes específicos. La biopsia se puede realizar mediante una aguja insertada a través del cráneo o durante una cirugía para extirpar el tumor.

Tratamiento del glioblastoma

El tratamiento del glioblastoma generalmente implica un enfoque multidisciplinario, adaptado a las necesidades individuales de cada paciente. El equipo médico, que incluye neurocirujanos, oncólogos radioterapeutas, oncólogos médicos y otros especialistas, trabajará en conjunto para desarrollar un plan de tratamiento personalizado.

  • Cirugía: la cirugía es el primer paso en el tratamiento del glioblastoma. El objetivo es extirpar la mayor cantidad posible de tumor sin dañar el tejido cerebral sano circundante. La extensión de la cirugía depende de la ubicación del tumor y del estado neurológico del paciente. En HM Hospitales, contamos con neurocirujanos expertos en la extirpación de tumores cerebrales, utilizando técnicas mínimamente invasivas y tecnología avanzada, como la neuronavegación y la cirugía guiada por imágenes. 
  • Radioterapia: la radioterapia utiliza rayos X de alta energía para destruir las células cancerosas. Se administra después de la cirugía para eliminar cualquier célula tumoral restante y reducir el riesgo de recurrencia. Existen diferentes técnicas de radioterapia, como la radioterapia conformacional, la radioterapia de intensidad modulada (IMRT) y la radiocirugía estereotáctica, que permiten administrar dosis precisas de radiación al tumor, minimizando el daño al tejido sano circundante.
  • Quimioterapia: la quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas. El medicamento más comúnmente utilizado para el glioblastoma es la temozolomida, que se administra por vía oral. La quimioterapia se puede administrar junto con la radioterapia o después de la misma.
  • Terapia dirigida: la terapia dirigida utiliza medicamentos que se dirigen a características específicas de las células cancerosas, como mutaciones genéticas o proteínas específicas. Algunos ejemplos de terapias dirigidas para el glioblastoma incluyen bevacizumab, un anticuerpo monoclonal que inhibe la formación de nuevos vasos sanguíneos que alimentan el tumor, y dabrafenib-trametinib, inhibidores de la vía de las MAP-kinasas para los casos con mutación en BRAF V600E, una proteína involucrada en el crecimiento y la proliferación celular.
  • Campos de tratamiento tumoral (TTFields): los campos de tratamiento tumoral son la terapia más novedosa en esta enfermedad, y se caracteriza por utilizar campos eléctricos alternantes que interfieren con la división celular y ralentizar el crecimiento del tumor. Se administran mediante un dispositivo portátil que se coloca en el cuero cabelludo. 

En HM Hospitales disponemos de todos estos tratamientos y, además, se lleva a cabo una intensa actividad investigadora a través de ensayos clínicos que buscan nuevas y mejores opciones terapéuticas para el glioblastoma. La participación en estos ensayos clínicos ofrece a los pacientes la oportunidad de acceder a tratamientos innovadores y contribuir al avance en la lucha contra esta enfermedad.

Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que puedes padecer un glioblastoma, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.

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