La fascia plantar es una estructura fibrosa que actúa como soporte de la bóveda plantar. La fascitis plantar se produce cuando esta estructura se inflama e irrita, generalmente debido a una tensión aumentada y mantenida del talón de Aquiles y/o gemelos. Esto puede provocar dolor intenso en el talón, especialmente al dar los primeros pasos por la mañana o después de un período de descanso. La fascitis plantar es el síntoma más conocido de una enfermedad más compleja, el síndrome gemelar.
Síntomas de la fascitis plantar
El dolor en el talón es un signo distintivo de la fascitis plantar. Sin embargo, la forma en que se manifiesta este dolor puede variar. La sobrecarga que los gemelos ocasionan en la fascia plantar, talón de Aquiles, calcáneo y tibia distal suelen ocasionar un dolor de inicio de la marcha en el talón (primeros pasos del día) que mejora con el estiramiento progresivo de los mismos cuando caminamos unos pasos. Cada vez que iniciamos la marcha o nos mantenemos a pie firme de forma continuada esta tensión excesiva ocasionará dolor, no solo en la inserción de la fascia sino también en las regiones anteriormente comentadas. Los síntomas más frecuentes son:
Dolor en el talón.
Sensibilidad al tacto.
Dolor en las caras laterales del calcáneo.
Dolor en la tibia distal a la exploración.
Molestias al estirar los gemelos y la planta del pie.
Causas de la fascitis plantar
La fascitis plantar a menudo se desarrolla gradualmente debido al uso excesivo y la tensión repetida en la fascia plantar. Las causas comunes incluyen:
El acortamiento gemelar: es la principal causa desencadenante. El acortamiento gemelar hace que cuando nos ponemos en pie y estiramos la rodilla a la vez que nos mantenemos la bipedestación, traslademos un exceso de tensión desde la zona gemelar al talón de Aquiles, calcáneo e inserción de la fascia plantar generando un aumento del dolor que cede con los primeros pasos o con el estiramiento mantenido de los gemelos. Por este motivo, cuando nos mantenemos mucho tiempo a pie firme generamos ese aumento de tensión que ocasiona el dolor. Es muy llamativo como el uso de tacón o cuñas es capaz de aliviar notablemente el dolor de la fascitis, pues no hace otra cosa que acortar el sistema gemelo-aquiles y por tanto deja de transferir tensión a la fascia.
Biomecánica anormal del pie: la sobrepronación (arco del pie plano) o la supinación (arco del pie alto) pueden alterar la distribución del peso y aumentar la tensión en la fascia plantar.
Obesidad o sobrepeso: el exceso de peso ejerce una presión adicional sobre la fascia plantar.
Enfermedades reumáticas: artropatías reumáticas tipo HLAB27+ presentan fascitis plantares de repetición que no concuerdan con los factores mecánicos anteriormente expuestos.
Causa neurógena: la irritación de una semana sensitiva de la zona (nervio de Baxter) puede ocasionar un dolor en el talón muy similar a la fascitis plantar.
Calzado inadecuado: cualquier calzado plano de suela delgada (sobre todo calzado de verano) puede desencadenar este tipo de dolor. También es típico el dolor por el calzado especial de trabajo por su superficie plana y dura.
Existen ciertos factores que pueden predisponer a una persona a desarrollar fascitis plantar. Estos factores pueden estar relacionados con el estilo de vida, la anatomía del pie o ciertas condiciones médicas. Algunos de los factores de riesgo más comunes son:
Edad: es más común en personas de entre 40 y 60 años.
Sexo: las mujeres tienen un riesgo ligeramente mayor.
Oficio: trabajos que requieren estar de pie o caminar mucho, como enfermeras, maestros o trabajadores de la construcción.
Deportes de alto impacto: correr, baloncesto, tenis, etc.
Obesidad: el exceso de peso aumenta la carga sobre la fascia plantar.
Pie plano o pie cavo: estas condiciones estructurales del pie pueden afectar la biomecánica y aumentar la tensión en la fascia plantar.
Enfermedades reumáticas HLAB27+.
Complicaciones de la fascitis plantar
Si no se trata adecuadamente, la fascitis plantar puede tener consecuencias a largo plazo, entre ellas destacan:
Dolor crónico en el talón: el dolor persistente puede afectar la calidad de vida y limitar la capacidad para realizar actividades diarias.
Espolones calcáneos: en algunos casos, la tensión continua en la fascia plantar puede provocar la formación de espolones óseos en el talón, que pueden ser dolorosos.
Dolor en otras partes del cuerpo: para compensar el dolor en el talón, se pueden adoptar posturas incorrectas al caminar, lo que puede provocar dolor en la rodilla, la cadera o la espalda.
Es fundamental buscar atención médica si el dolor en el talón persiste o interfiere con las actividades diarias.
Diagnóstico de la fascitis plantar
El diagnóstico de la fascitis plantar se basa fundamentalmente en una evaluación clínica exhaustiva realizada por un especialista. En HM Hospitales, nuestros expertos en Medicina y Traumatología Deportiva, así como en Traumatología, cuentan con una amplia experiencia en el diagnóstico preciso de esta patología. El proceso de diagnóstico generalmente incluye los siguientes pasos:
Historia clínica: es el primer paso en el diagnóstico de la fascitis plantar. El médico comenzará preguntando por los síntomas, incluyendo:
Localización del dolor: ¿Dónde siente el dolor? ¿En el talón, el arco o la planta del pie?
Intensidad del dolor: ¿Cómo describiría la intensidad del dolor? ¿Leve, moderado o severo?
Momento de aparición del dolor: ¿Cuándo comenzó el dolor? ¿Es peor por la mañana, después del ejercicio o después de un período de descanso?
Factores que agravan o alivian el dolor: ¿Qué actividades o situaciones empeoran o mejoran el dolor?
Historial de lesiones: ¿Ha tenido alguna lesión previa en el pie o el tobillo?
Actividades diarias: ¿Qué tipo de trabajo realiza? ¿Pasa mucho tiempo de pie? ¿Practica algún deporte?
Calzado habitual: ¿Qué tipo de calzado utiliza con más frecuencia?
Examen físico: esencial para confirmar el diagnóstico de fascitis plantar. El médico examinará el pie y tobillo, buscando:
Sensibilidad a la palpación: el médico presionará suavemente la fascia plantar para detectar áreas de sensibilidad. La presencia de dolor a la palpación en la inserción de la fascia plantar en el calcáneo (hueso del talón) es un signo característico de la fascitis plantar.
Rango de movimiento: el médico evaluará la flexibilidad del pie y tobillo, incluyendo la dorsiflexión (flexión del pie hacia arriba) y la flexión plantar (flexión del pie hacia abajo). Se valora también el nivel de acortamiento gemelar que presenta el paciente (mediante el test clínico deSilfverskiold) ya que puede ser su principal desencadenante.
Evaluación de la postura y la marcha: el médico observará tu postura y la forma en que camina para detectar posibles anomalías biomecánicas que puedan contribuir a la fascitis plantar.
Pruebas de imagen: en la mayoría de los casos, no se necesitan pruebas de imagen para diagnosticar la fascitis plantar. Sin embargo, en ciertas situaciones, el médico puede solicitar pruebas de imagen para descartar otras afecciones o para obtener más información sobre la fascia plantar. Las pruebas de imagen más comunes son:
Radiografías: pueden ayudar a descartar fracturas por estrés, espolones calcáneos y otras afecciones óseas. Aunque los espolones calcáneos a menudo se observan en las radiografías de personas con fascitis plantar, no son la causa del dolor y muchas personas con espolones calcáneos no tienen fascitis plantar.
Ecografía: es una prueba no invasiva que utiliza ondas sonoras para crear imágenes de los tejidos blandos del pie. Puede mostrar el grosor de la fascia plantar, la presencia de inflamación y desgarros.
Resonancia Magnética (RM): se utiliza con menos frecuencia que la ecografía, pero puede proporcionar imágenes más detalladas de la fascia plantar y las estructuras circundantes. Se puede solicitar una RM si se sospecha algun dato de complicación o si los síntomas no mejoran con el tratamiento convencional.
Diagnóstico diferencial: es importante descartar otras afecciones que pueden causar dolor en el talón, como:
Tendinitis de Aquiles, inflamación del tendón de Aquiles.
Radiculopatías: dolores provenientes de lesiones de la columna lumbar.
Fractura por estrés, una pequeña grieta en el hueso del talón.
Síndrome del túnel tarsiano, compresión del nervio que inerva el talón y la planta del pie.
Artritis, inflamación de las articulaciones del pie.
Tratamiento de la fascitis plantar
El objetivo del tratamiento para la fascitis plantar es aliviar el dolor, reducir la inflamación y restaurar la función normal del pie. El tratamiento suele ser conservador y enfocarse en medidas no quirúrgicas. Las opciones de tratamiento incluyen:
Reposo: evitar actividades que agraven el dolor, como correr o estar de pie durante largos períodos.
Hielo: aplicar hielo en la zona afectada durante 15 a 20 minutos, varias veces al día, especialmente después de la actividad.
Estiramientos: realizar ejercicios de estiramientos regulares de la fascia plantar y del sistema gemelar.
Fisioterapia: en HM Hospitales contamos con un servicio de fisioterapia que puede diseñar un programa de ejercicios personalizado para fortalecer los músculos del pie y mejorar la flexibilidad. Este es el tratamiento de elección.
Plantillas: si existe alguna condición en el pie que desencadene la fascitis.
Calzado adecuado: usar zapatos con buen soporte para el arco, amortiguación adecuada y que no sean demasiado planos.
Tratamientos farmacológicos: para aliviar el dolor se pueden utilizar algunos medicamentos como analgésicos de venta libre, AINEs (antiinflamatorios no esteroideos) con receta. De entrada, se desestima la infiltración dado que lo ocasiona una alteración mecánica y la infiltración de corticosteroides en la zona presenta complicaciones graves, tales como la atrofia de la almohadilla plantar.
Tratamiento quirúrgico: es el método de elección cuando la causa es mecánica (acortamiento gemelar) y los estiramientos seriados son efectivos parcialmente; es decir alivian, pero no se consigue una mejoría mantenida en el tiempo. La cirugía se dirige a tratar la causa, es decir el acortamiento de los gemelos, no a la víctima (la inserción de la fascia plantar) tras la cirugía ambulatoria y con anestesia local de alargamiento gemelar notamos como la tensión y el dolor del talón mejoran notablemente y de forma progresiva durante las 6 semanas siguientes.
Radioterapia: conocida por su uso en el tratamiento del cáncer, también puede ser beneficiosa para ciertas enfermedades benignas, como la fascitis plantar. En HM Hospitales, empleamos la radioterapia para eliminar el tratamiento de distintas enfermedades osteoarticulares y de los tejidos blandos. Se reserva para casos que no mejoran con terapias convencionales.
A menudo, se utiliza una combinación de tratamientos para obtener los mejores resultados. Un equipo multidisciplinar, que puede incluir traumatólogos, fisioterapeutas, podólogos y especialistas en rehabilitación, trabaja en conjunto para desarrollar un plan de tratamiento individualizado para cada paciente, considerando sus necesidades y estilo de vida.
Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes fascitis plantar, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.
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