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Oncología

Cáncer de Recto

El cáncer colorrectal es la tercera forma más común de cáncer en el mundo.
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¿Qué es el cáncer de recto?

El cáncer de recto se origina en las células que recubren el interior del recto, la parte final del intestino grueso. Representa aproximadamente un tercio de todos los casos de cáncer colorrectal. 

El recto es la parte del intestino grueso que se encuentra justo antes del ano, la apertura por donde salen las heces del cuerpo. El cáncer de recto se desarrolla cuando estas células comienzan a crecer y dividirse de manera descontrolada, formando un tumor. Este proceso puede ocurrir lentamente a lo largo de varios años. El cáncer de recto puede tener un impacto significativo en la calidad de vida del paciente, causando dolor, sangrado y dificultades para defecar. Además, si no se trata, puede propagarse a otras partes del cuerpo (metástasis). 

Médico sujeta carpeta con resultados de pruebas para paciente
Síntomas del cáncer de recto

Los síntomas del cáncer de recto pueden ser sutiles al principio y a menudo se confunden con otras afecciones benignas, como hemorroides o fisuras anales. Es importante recordar que los síntomas pueden variar considerablemente de una persona a otra, y algunas personas pueden no experimentar ningún síntoma en las etapas iniciales. Por lo tanto, es crucial consultar a un médico si experimenta alguno de estos síntomas para obtener un diagnóstico preciso y descartar la presencia de cáncer. Los síntomas más comunes del cáncer de recto incluyen:

Sangrado rectal:

es uno de los síntomas más comunes del cáncer de recto. La sangre puede ser de color rojo brillante o más oscura, y puede mezclarse con las heces o aparecer por separado.

Cambio en los hábitos intestinales:

los cambios en los hábitos intestinales, como estreñimiento, diarrea o heces delgadas, pueden ser un signo de cáncer de recto. Estos cambios pueden ser persistentes o intermitentes.

Dolor o presión en el recto:

el cáncer de recto puede causar dolor o presión en el recto, que puede ser constante o intermitente. El dolor puede empeorar al defecar.

Sensación de evacuación incompleta:

puede sentir que no puede vaciar completamente el recto después de defecar, lo que se conoce como tenesmo rectal.

Debilidad o fatiga:

la anemia causada por la pérdida de sangre puede provocar debilidad y fatiga. Estos síntomas pueden ser generales y no específicos del cáncer de recto.

 

Clasificación del cáncer de recto

El cáncer de recto se clasifica según el tipo de célula en la que se origina y el grado de diseminación del cáncer. El tipo más común es el adenocarcinoma, que se origina en las células glandulares que producen moco en el revestimiento del recto. Otros tipos menos comunes incluyen el carcinoma de células escamosas, que se origina en las células escamosas que recubren el canal anal, el carcinoma neuroendocrino, que se origina en las células neuroendocrinas, y otros tipos raros como el sarcoma y el linfoma.

La estadificación del cáncer de recto generalmente se basa en el sistema TNM, donde T describe el tamaño y la extensión del tumor primario, N indica si el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos y M indica si hay metástasis a distancia. Esta clasificación ayuda a los médicos a comprender la extensión del cáncer y a predecir el pronóstico del paciente.

Causas del cáncer de recto

El cáncer de recto, al igual que otros tipos de cáncer, se origina debido a mutaciones genéticas en las células que recubren el interior del recto. Estas mutaciones alteran el ADN de las células, provocando que crezcan y se dividan sin control, formando un tumor. Aunque las causas exactas de estas mutaciones no se conocen completamente, se sabe que ciertos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de recto.

Factores de riesgo del cáncer de recto

Existen diversos factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de recto. Algunos de estos factores son modificables, como la dieta y el estilo de vida, mientras que otros, como la edad y los antecedentes familiares, no se pueden cambiar. Conocer estos factores de riesgo es importante para tomar medidas preventivas y para la detección temprana de la enfermedad. Entre ellos destacan: 

  • Edad: el riesgo de cáncer de recto aumenta con la edad, siendo más común después de los 50 años. Esto se debe a la acumulación de mutaciones genéticas a lo largo del tiempo.
  • Antecedentes familiares: tener un familiar cercano con cáncer de recto aumenta el riesgo. Esto sugiere que la genética puede desempeñar un papel en el desarrollo de la enfermedad.
  • Pólipos en el recto: los pólipos son crecimientos anormales en el revestimiento del recto. Algunos tipos de pólipos, como los adenomas, pueden volverse cancerosos con el tiempo.
  • Enfermedad inflamatoria intestinal: la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son enfermedades inflamatorias crónicas del intestino que aumentan el riesgo de cáncer de recto. La inflamación crónica puede dañar las células del recto y aumentar el riesgo de mutaciones.
  • Dieta: una dieta rica en grasas y baja en fibra se asocia con un mayor riesgo de cáncer de recto. Una dieta saludable, rica en frutas, verduras y granos integrales, puede ayudar a reducir el riesgo.
  • Obesidad y sedentarismo: la falta de actividad física y el exceso de peso aumentan el riesgo de cáncer de recto. 
  • Tabaquismo: fumar aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer, incluido el cáncer de recto. 
  • Consumo excesivo de alcohol: el consumo excesivo de alcohol se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de recto. 

Complicaciones del cáncer de recto

El cáncer de recto puede causar diversas complicaciones, que pueden afectar la salud y la calidad de vida del paciente. Estas complicaciones pueden surgir como consecuencia del crecimiento del tumor, la propagación del cáncer a otros órganos o los efectos secundarios del tratamiento. Es fundamental buscar atención médica si se sospecha de cáncer de recto para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado, lo que puede ayudar a prevenir o minimizar estas complicaciones.

  • Obstrucción intestinal: el tumor puede crecer y bloquear parcial o completamente el paso de las heces a través del recto, causando dolor abdominal, distensión, náuseas y vómitos.
  • Metástasis: el cáncer de recto puede propagarse a otros órganos, como el hígado, los pulmones, los huesos y el cerebro. Las metástasis pueden causar una variedad de síntomas, dependiendo del órgano afectado.
  • Incontinencia fecal: el cáncer de recto puede dañar los músculos del esfínter anal, lo que puede provocar incontinencia fecal, es decir, dificultad para controlar las deposiciones.
  • Dolor crónico: el cáncer de recto y su tratamiento pueden causar dolor crónico en la pelvis, el abdomen o la espalda.

Diagnóstico del cáncer de recto

El diagnóstico del cáncer de recto se realiza mediante una serie de pruebas y procedimientos que permiten al médico evaluar la presencia, la ubicación y la extensión del cáncer. Estas pruebas pueden incluir un examen físico, pruebas de imagen y análisis de laboratorio. Un diagnóstico temprano es fundamental para un tratamiento exitoso.

  • Tacto rectal: el médico introduce un dedo enguantado y lubricado en el recto para palpar el área y detectar cualquier bulto, masa o anomalía. Esta prueba es rápida e indolora, y puede proporcionar información inicial sobre la presencia de un tumor.
  • Colonoscopia: durante una colonoscopia, se introduce un tubo flexible con una cámara (colonoscopio) en el recto y el colon. Esto permite al médico visualizar el revestimiento interno del recto y el colon, y tomar muestras de tejido (biopsias) si se encuentran áreas sospechosas. La colonoscopia es el método más preciso para detectar pólipos y cáncer de recto.
  • Biopsia: es la extracción de una pequeña muestra de tejido del área sospechosa para examinarla bajo un microscopio. El análisis microscópico de la muestra de tejido extraída durante la colonoscopia es esencial para confirmar el diagnóstico de cáncer de recto. Un patólogo examina la muestra para determinar si hay células cancerosas presentes.
  • Pruebas de imagen: las pruebas de imagen, como la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TC), proporcionan imágenes detalladas del recto, la pelvis y los órganos circundantes. Estas pruebas ayudan a determinar la extensión del tumor, la posible afectación de los ganglios linfáticos y la presencia de metástasis. La ecografía endorrectal, que utiliza ondas sonoras para crear imágenes del recto, también puede ser útil en el diagnóstico.
  • Análisis de sangre: aunque no son específicos para el cáncer de recto, los análisis de sangre pueden proporcionar información sobre el estado general de salud del paciente y detectar marcadores tumorales, que son sustancias producidas por las células cancerosas.

En HM Hospitales, entendemos la importancia de un diagnóstico temprano y preciso para el cáncer de recto. Por eso, contamos con un programa de Diagnóstico Hipertemprano del Cáncer que utiliza tecnología de vanguardia y un equipo multidisciplinar de especialistas para detectar la enfermedad en sus etapas iniciales. Además, nuestra Unidad de Patología Digestiva ofrece una atención integral y personalizada para el diagnóstico y tratamiento del cáncer de recto, con un enfoque en la prevención, la detección temprana y el tratamiento oportuno.

Tratamientos para el cáncer de recto

El tratamiento para el cáncer de recto se individualiza según las características específicas de cada paciente y el estadio de la enfermedad. El objetivo del tratamiento es eliminar el cáncer, prevenir la recurrencia y mejorar la calidad de vida del paciente. Las opciones de tratamiento pueden incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia y terapia dirigida, y a menudo se combinan para obtener los mejores resultados.

  • Cambios en el estilo de vida: adoptar un estilo de vida saludable es fundamental para el bienestar general y puede ser beneficioso durante el tratamiento del cáncer de recto. Esto incluye una dieta equilibrada, rica en fibra y baja en grasas, ejercicio regular y dejar de fumar. Estos cambios pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la tolerancia al tratamiento y reducir el riesgo de complicaciones.
  • Quimioterapia: utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas o detener su crecimiento. Puede administrarse antes de la cirugía (neoadyuvante) para reducir el tamaño del tumor y facilitar su extirpación, después de la cirugía (adyuvante) para eliminar las células cancerosas restantes y reducir el riesgo de recurrencia, o para tratar el cáncer metastásico que se ha propagado a otros órganos.
  • Radioterapia: utiliza radiación para destruir las células cancerosas. Se administra externamente, dirigiendo los rayos hacia el tumor desde una máquina fuera del cuerpo, La radioterapia puede utilizarse en combinación con la quimioterapia o la cirugía.
  • Resección local: es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa el tumor y una pequeña porción de tejido sano circundante. Esta opción se considera para cánceres en estadio temprano y ubicados en la parte inferior del recto, donde se puede acceder a través del ano.
  • Resección anterior baja: es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa la parte afectada del recto y se reconecta el intestino. Esta cirugía se realiza para cánceres ubicados en la parte superior o media del recto.
  • Amputación abdominoperineal: es una cirugía más extensa en la que se extirpa el recto y el ano, creando una colostomía permanente. Esta cirugía se realiza para cánceres ubicados cerca del ano o que involucran los músculos del esfínter anal.

El tratamiento del cáncer de recto a menudo requiere un enfoque multidisciplinar, en el que participan oncólogos médicos, cirujanos, oncólogos radioterápicos, gastroenterólogos y otros profesionales de la salud. Este enfoque garantiza que el paciente reciba la atención más completa y personalizada posible, considerando todos los aspectos de la enfermedad y las necesidades individuales del paciente.

En HM Hospitales, nos comprometemos a ofrecer las opciones de tratamiento más avanzadas y menos invasivas para el cáncer de recto. Nuestra experiencia en Cirugía Robótica, utilizando el sistema da Vinci, permite realizar procedimientos complejos con mayor precisión y control, minimizando el dolor y las complicaciones postoperatorias. Además, nuestro completo programa de Proctología ofrece una atención especializada para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del recto y el ano, incluyendo el cáncer de recto, con un equipo de expertos dedicados a brindar la mejor atención posible a nuestros pacientes.

Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes cáncer de recto, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.

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