Evitar que se cronifique el dolor lumbar, clave en abordaje de este problema de salud que afecta a uno de cada diez adultos

Madrid, 23 de febrero de 2018. El dolor lumbar es uno de los más frecuentes, pero no por ello hay que restarle importancia, ya que en episodios de dolor agudo o crisis puede llegar a impedir la actividad cotidiana. La Unidad del Dolor de HM Hospitales maneja esa patología desde un modelo biopsicosocial en el que se combinan medidas farmacológicas y no farmacológicas. Y cuando estas no funcionan, o la respuesta al fármaco no es la esperada, se recurre a procedimientos intervencionistas “que deben ser realizados por personal adecuadamente cualificado y que requieren de un seguimiento con una infraestructura especializada”, explica el Dr. Juan Pérez-Cajaraville, jefe de la Unidad del Dolor de HM Hospitales.

El Dr. Pérez-Cajaraville explica que el dolor lumbar afecta aproximadamente a una de cada diez personas en edad adulta en algún momento de su vida y no suele presentarse de forma aislada, sino en episodios repetitivos. Su elevada prevalencia, el impacto que provoca en la calidad de vida del paciente y su coste económico lo convierten en un problema de salud pública, ya que, según manifiesta el especialista, "el dolor puede llegar a cronificarse, suponiendo un grave problema para la vida cotidiana de quien lo sufre".

 

En estos casos, y también para pacientes complejos como los pluripatológicos o los que se encuentran en cuidados paliativos, se recomienda el manejo en unidades del Dolor. HM Hospitales dispone de ellas en todos sus centros hospitalarios de la Comunidad de Madrid, en el Hospital HM Belén (A Coruña), en el Hospital HM San Francisco (León) y en HM IMI Toledo.

 

El Dr. Pérez-Cajaraville explica que "el abordaje del dolor lumbar es complejo, ya que tanto en el pronóstico como en la respuesta al tratamiento intervienen factores físicos, psicológicos, sociales y laborales difíciles de valorar". El diagnóstico es difícil, puesto que hay múltiples causas que pueden producir la enfermedad, a lo que hay que sumar el riesgo de que el problema se convierta en crónico debido no solo a las características del proceso, sino a la idiosincrasia del paciente y al manejo se haga de la enfermedad. A todo ello se añaden otros condicionantes como la rapidez de actuación y la elección del tratamiento. Los riesgos son mayores en una sociedad envejecida y, en muchos casos, carente de una buena higiene postural.

 

Las estrategias intervencionistas van dirigidas normalmente a estructuras nerviosas que supuestamente actúan de mediadoras en la experiencia del dolor, desde bloqueos reversibles con anestésicos locales hasta la inducción con estimulación medular o la ablación con energía de radiofrecuencia. También se aplican otras técnicas de administración de medicación por vía intratecal que mejoran el índice terapéutico eficaz de los fármacos. Y en los casos más complejos se usa un enfoque terapéutico escalonado para obtener más eficacia con menos riesgos y costes, mejorando la calidad de vida de los pacientes y evitando el consumo de medicación de manera crónica.

 

Las unidades del Dolor de HM Hospitales están formadas por médicos especialistas, psicólogos, enfermeras, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y asistentes sociales expertos en el diagnóstico y tratamiento del dolor crónico.  "La formación de estos profesionales, su coordinación y su capacidad de trabajo en equipo hacen que estemos obteniendo unos resultados espectaculares", concluye el Dr. Pérez-Cajaraville.  

 

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