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Problemas comunes del primer trimestre de embarazo y cómo aliviarlos

Problemas comunes del primer trimestre de embarazo y cómo aliviarlos

¿Cuáles son los síntomas más comunes que experimentan las mujeres durante el primer trimestre del embarazo, y por qué ocurren?

Durante el primer trimestre del embarazo, las mujeres experimentan una serie de síntomas que son el resultado de los cambios hormonales y fisiológicos que ocurren en su cuerpo para apoyar el desarrollo del embrión y adaptarse a las nuevas demandas del embarazo. Si bien algunos de estos síntomas pueden ser incómodos, generalmente son temporales y disminuyen al llegar al segundo trimestre. Sin embargo, si algún síntoma es severo o preocupante, es importante que la mujer consulte con su obstetra.

Algunos de estos síntomas más comunes son:

  • Nauseas matutinas: las náuseas son de los síntomas más comunes del primer trimestre y está relacionado con el aumento de la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG), que se produce en grandes cantidades durante esta etapa. Aunque se llama «náuseas matutinas», pueden ocurrir en cualquier momento del día. Suelen aparecen en el 70-80% de las mujeres embarazadas y alrededor del 50% presenta vómitos.
  • Fatiga o cansancio extremo: los niveles altos de progesterona que aparecen en el primer trimestre inducen una sensación de cansancio extremo. Esta hormona tiene un efecto sedante natural y, junto con el mayor esfuerzo que el cuerpo realiza para formar la placenta y adaptarse al embarazo, contribuye a esta fatiga. Es un síntoma muy frecuente y puede ser debilitante para algunas mujeres durante el primer trimestre.
  • Sensibilidad e hinchazón de las mamas: los cambios fisiológicos que ocurren en las mamas son debido al aumento de los estrógenos y progesterona.  Las mamas comienzan a prepararse para la lactancia desde el inicio del embarazo. Esto puede causar sensibilidad, hinchazón y dolor en los senos.  La mayoría de las mujeres experimentan algún grado de sensibilidad en los senos durante las primeras semanas del embarazo.
  • Micción frecuente: Durante el primer trimestre, el aumento del volumen de sangre y la mayor actividad de los riñones para eliminar productos de desecho del cuerpo y del bebé en desarrollo llevan a una mayor producción de orina. Además, el útero en crecimiento empieza a presionar la vejiga, lo que también provoca micción más frecuente. Es un síntoma común que tiende a intensificarse con el avance del embarazo.
  • Cambios de humor: las fluctuaciones hormonales, particularmente los cambios en los niveles de estrógeno y progesterona pueden afectar los neurotransmisores en el cerebro, provocando cambios de humor, irritabilidad o sentimientos de ansiedad y tristeza.  Muchas mujeres experimentan algún grado de cambio emocional durante el primer trimestre.
  • Aumento o disminución del apetito: de nuevo las hormonas del embarazo son las responsables de alterar la percepción del hambre y el apetito. Algunas mujeres pueden notar un aumento del apetito, mientras que otras experimentan una disminución, especialmente si tienen náuseas severas. Este síntoma varía mucho, pero muchas mujeres refieren algún cambio en sus hábitos alimenticios durante el primer trimestre.
  • Aversiones alimentarias o “antojos”: los cambios hormonales también pueden alterar los sentidos del gusto y el olfato, lo que provoca aversiones a ciertos alimentos (que antes eran bien tolerados) y la aparición de antojos intensos por alimentos específicos. Este síntoma es común y puede presentarse en combinación con las náuseas.
  • Mareos: el aumento del volumen sanguíneo y la vasodilatación (dilatación de los vasos sanguíneos), junto con los cambios en la presión arterial, pueden provocar mareos, especialmente si la mujer se levanta de manera repentina o está de pie por largos períodos. Aunque es un síntoma común, no todas las mujeres lo experimentan de manera severa.
  • Estreñimiento: el aumento de los niveles de progesterona relaja los músculos del tracto digestivo, lo que desacelera el tránsito intestinal. Esto, junto con los suplementos de hierro que muchas mujeres toman, puede provocar estreñimiento.
  • Dolor abdominal: el útero comienza a crecer y los ligamentos que lo sostienen se estiran, lo que puede provocar sensaciones de tirantez leves en la parte baja del abdomen. Estos dolores son normales y generalmente no indican ningún problema. Muchas mujeres experimentan dolores, similares a los de la menstruación, durante el primer trimestre.

¿Qué estrategias o tratamientos son recomendables para aliviar las náuseas y vómitos matutinos, y cuándo es necesario buscar atención médica por estos síntomas?

Las náuseas y los vómitos matutinos, aunque comunes en el primer trimestre del embarazo, pueden variar en su severidad y afectar la calidad de vida de la mujer embarazada. Afortunadamente, existen varias estrategias y tratamientos que pueden ayudar a aliviar estos síntomas, pero es importante saber cuándo se debe buscar atención médica para evitar complicaciones.

Para aliviar las náuseas y vómitos es recomendable:

  • Comer pequeñas porciones y de forma frecuente (cada 2-3 horas), para ayudar a mantener los niveles de azúcar en la sangre estables y prevenir las náuseas. 
  • Evitar las grasas, pues pueden empeorar los síntomas.  
  • Comer galletas saladas, pan tostado o cereales secos antes de levantarse de la cama puede ayudar a estabilizar el estómago y reducir las náuseas matutinas.
  • Evitar alimentos y olores desencadenantes de náuseas y vómitos: la gestante debe identificar y evitar aquellos alimentos, olores y sabores que le provoquen náuseas.
  • Beber líquidos en pequeñas cantidades y a lo largo del día: la hidratación constante es primordial, pero para ello hay que hacerlo con sorbos pequeños de agua o líquidos hidratantes como caldos, o té de jengibre entre las comidas. Evitar beber grandes cantidades de líquido que sólo empeoraran las náuseas.
  • El jengibre ha demostrado ser eficaz para aliviar las náuseas en el embarazo. Puede consumirse en forma de té, caramelos o galletas de jengibre, siempre bajo la recomendación médica.
  • Mantener el aire fresco en casa o en el lugar de trabajo, y evitar ambientes cerrados y calurosos, puede ayudar a reducir los síntomas, ya que los olores fuertes y el calor pueden empeorar las náuseas.

Aunque las náuseas y vómitos son comunes durante el embarazo, hay casos en los que pueden ser señal de una condición más grave, como la hiperémesis gravídica, que requiere atención médica inmediata. Es necesario consultar al médico si los vómitos son persistentes y severos, impidiendo que la mujer retenga alimentos o líquidos, aparecen signos de deshidratación (como sequedad en la boca, mareos, orina oscura o disminución de la frecuencia de orina),  si aparece pérdida de peso significativa (más del 5% del peso corporal inicial), cuando los vómitos contengan sangre o bilis, o si  los vómitos se acompañan de un dolor abdominal intenso.

¿Cómo se puede manejar la fatiga extrema que muchas mujeres experimentan durante las primeras semanas de embarazo sin afectar su vida diaria?

Como ya hemos dicho, la fatiga extrema es uno de los síntomas más comunes que experimentan las mujeres durante las primeras semanas de embarazo, especialmente en el primer trimestre. Esta sensación de cansancio está relacionada principalmente con el aumento de la hormona progesterona, que tiene un efecto sedante, junto con los cambios metabólicos y el esfuerzo que el cuerpo hace para apoyar el desarrollo del bebé y la formación de la placenta. Aunque la fatiga es normal, hay estrategias para manejarla sin afectar significativamente la vida diaria:

  • Descanso adecuado y siestas cortas: es fundamental asegurarse de dormir al menos 7-9 horas por noche. Si es posible, tomar siestas cortas (de 15-30 minutos) durante el día puede ayudar a recargar energía sin interrumpir el ciclo de sueño nocturno.  
  • Es clave no ignorar la necesidad de descanso. El embarazo demanda mucha energía, por lo que es importante permitirse descansar cuando sea necesario.
  • Dieta equilibrada: ya hemos dicho que es recomendable hidratarse y comer de forma frecuente, y poca cantidad. La dieta debe incluir alimentos ricos en nutrientes importantes para el embarazo como hierro, ácido fólico, yodo…   Una dieta rica equilibrada, nutritiva y correcta hidratación mejorarán los síntomas de fatiga.
  • Ejercicio moderado:  es importante realizar actividad física regular. El ejercicio suave, como caminar, practicar yoga prenatal o nadar, puede aumentar los niveles de energía y reducir la sensación de fatiga. El ejercicio estimula la circulación, mejora el estado de ánimo y promueve un mejor sueño.  Sin embargo, no hay que olvidar, que, aunque el ejercicio es beneficioso, es importante no excederse. Si una actividad genera demasiada fatiga, es mejor reducir la intensidad o el tiempo.
  • Organizar el día y delegar tareas: es recomendable ajustar la rutina diaria para incluir descansos, y priorizar tareas importantes. Esto ayudará a reducir la sensación de sobrecarga. Delegar tareas en casa o en el trabajo, cuando sea posible, es recomendable para conservar energía.  Se debe ser realista, y aceptar que el cuerpo está en un proceso de cambio y que se pueden hacer ajustes para evitar agotarse es clave para mantener el bienestar.
  • Evitar la cafeína en exceso: aunque puedes consumir pequeñas cantidades de cafeína durante el embarazo (generalmente no más de 200 mg al día, aproximadamente una taza de café), es mejor evitar un consumo excesivo, ya que la cafeína puede interferir con el sueño y aumentar la ansiedad, lo que empeora la fatiga.
  • Controlar el estrés:  el estrés y la ansiedad pueden intensificar la fatiga. Practicar técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o el yoga prenatal puede ayudar a manejar el estrés y mejorar la sensación de bienestar. Buscar apoyo emocional como es hablar sobre las preocupaciones y desafíos del embarazo con una pareja, amigos o un terapeuta puede aliviar la carga emocional y reducir la fatiga mental.

Aunque la fatiga es un síntoma frecuente y común sobre todo en el primer trimestre del embarazo, si la fatiga es debilitante, no mejora con el descanso, o se acompaña de otros síntomas como mareos, dificultad para respirar o palpitaciones, es importante consultar al obstetra. Existen situaciones como la anemia o problemas de tiroides que pueden aparecer en el embarazo y contribuir a la fatiga extrema, por lo que en ese caso deben ser evaluadas y tratadas por un médico.

¿Qué consejos ofrece para aliviar el malestar en los senos y los cambios en el cuerpo que se producen durante el primer trimestre?

Ya hemos comentado que, durante el primer trimestre del embarazo, los senos y otras partes del cuerpo comienzan a experimentar cambios significativos en respuesta al aumento de las hormonas como el estrógeno y la progesterona. Estos cambios son normales y forman parte de la preparación del cuerpo para el embarazo y la lactancia, pero pueden causar incomodidades. ¿Cómo podemos aliviar algunos de estos cambios corporales típicos del primer trimestre?:

Malestar mamario:

  • Sujetador de soporte: Usar un sujetador cómodo y bien ajustado es esencial. Un sujetador de soporte sin aros, preferiblemente hecho de algodón y diseñado para el embarazo o deportes, puede ayudar a aliviar la sensibilidad y el dolor al reducir el movimiento de los senos.
  • Talla correcta: Es común que los senos aumenten de tamaño en las primeras semanas, por lo que puede ser necesario cambiar de talla. Se recomienda medir regularmente para asegurarse de usar el tamaño correcto.
  • Ropa suelta: Optar por ropa más holgada y suave que no presione ni roce los senos. Evitar telas irritantes y ajustadas que puedan aumentar la incomodidad.
  • Compresas frías o calientes: Aplicar compresas frías o bolsas de gel frío en los senos durante unos minutos puede ayudar a reducir la hinchazón y aliviar la sensibilidad.  Sin embargo, para algunas mujeres, una compresa tibia o una ducha caliente puede proporcionar alivio, ya que ayuda a relajar los tejidos mamarios.
  • Dormir con sujetador:  Para aquellas que experimentan malestar incluso al dormir, usar un sujetador suave para dormir, especialmente diseñado para el embarazo, puede proporcionar soporte adicional y aliviar la incomodidad nocturna.

Si bien el malestar en los senos y otros cambios son normales, es importante consultar al médico si hay un dolor muy intenso, cambios visibles preocupantes, o secreciones inusuales de los pezones

Cambios cutáneos

  • Hidratación diaria: El aumento de las hormonas del embarazo puede hacer que la piel se vuelva más seca o sensible. Aplicar cremas hidratantes o aceites, como aceite de almendra o cremas antiestrías, en áreas propensas a estirarse (abdomen, caderas, senos) ayuda a mantener la elasticidad de la piel y reducir la sensación de picazón.
  • Protección solar: Durante el embarazo, es común la aparición de melasma (manchas oscuras en la piel), por lo que el uso de protector solar es crucial para proteger la piel de los cambios pigmentarios.

Hinchazón y malestar abdominal

  • Ropa cómoda: A medida que el útero comienza a expandirse, algunas mujeres pueden experimentar hinchazón abdominal. Es recomendable usar ropa suelta o con cinturilla ajustable para evitar presión sobre el abdomen.
  • Hidratación y dieta adecuada: Beber suficiente agua y consumir alimentos ricos en fibra puede ayudar a combatir el estreñimiento y la hinchazón, que son comunes durante el primer trimestre.

¿Cómo pueden las mujeres lidiar con los cambios emocionales y el estrés durante el primer trimestre, y qué recursos de apoyo recomienda?

Durante el primer trimestre del embarazo, muchas mujeres experimentan una montaña rusa de emociones debido a los cambios hormonales, físicos y las nuevas responsabilidades que conlleva el embarazo. Estos cambios emocionales son normales, pero pueden ser abrumadores en algunos casos. Sin embargo, existen estrategias y recursos para lidiar con los cambios emocionales y el estrés durante este periodo:

  • Reconocer que los cambios emocionales son normales, pueden aliviar parte del estrés asociado. Las fluctuaciones hormonales, especialmente el aumento de estrógeno y progesterona, pueden causar altibajos emocionales, que pueden incluir irritabilidad, ansiedad, cambios de humor y llanto fácil. 
  • Hablar con la pareja: Mantener una comunicación honesta y abierta con la pareja acerca de los sentimientos, preocupaciones y emociones puede fortalecer el apoyo mutuo y ayudar a reducir el estrés.
  • Apoyo social: Compartir los pensamientos y emociones con amigos cercanos o familiares que puedan ofrecer consuelo y apoyo emocional puede hacer que la mujer embarazada no se sienta sola.
  • Priorizar el descanso: La fatiga física y emocional es común en el primer trimestre, por lo que es esencial asegurarse de dormir lo suficiente y descansar durante el día. No sentirse culpable por reducir el ritmo y dedicarse tiempo a sí misma es crucial.
  • Cuidado personal: Dedicarse momentos de autocuidado, como tomar baños relajantes, leer un libro o simplemente descansar, puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés.
  • Ejercicio regular: La actividad física ligera, como caminar, yoga prenatal o nadar, puede mejorar el bienestar emocional al liberar endorfinas, que son las hormonas que promueven una sensación de felicidad y bienestar. El ejercicio también ayuda a reducir la ansiedad y mejorar el sueño, lo que puede tener un impacto positivo en la salud emocional.
  • Técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda y el mindfulness pueden ser herramientas efectivas para calmar la mente y reducir el estrés. Practicar estas técnicas diariamente puede ayudar a manejar mejor las emociones cambiantes.
  • Una dieta nutritiva y equilibrada no solo es crucial para la salud física del bebé, sino también para la estabilidad emocional de la madre. Mantener niveles estables de azúcar en la sangre y asegurarse de consumir suficientes vitaminas, minerales y ácidos grasos omega-3 puede mejorar el estado de ánimo y la energía.
  • Planificación de tareas: Planificar el día a día y no sobrecargarse de tareas puede reducir la sensación de estar abrumada. Delegar responsabilidades cuando sea posible y ajustar expectativas puede ayudar a mantener un ritmo más manejable.
  • Educación sobre el embarazo: Informarse sobre lo que ocurre en el cuerpo y qué esperar durante el embarazo puede reducir la ansiedad relacionada con lo desconocido. Participar en clases prenatales también puede dar confianza y preparación para los meses venideros. 

Sin embargo, si los cambios emocionales son abrumadores o si hay síntomas de ansiedad o depresión, es recomendable hablar con un profesional de la salud mental. Un terapeuta especializado en embarazo puede ayudar a la mujer a procesar sus emociones y proporcionar herramientas para manejar el estrés.  De igual manera, unirse a grupos de apoyo para mujeres embarazadas, ya sea en persona o en línea, puede ser una excelente manera de conectarse con otras mujeres que están experimentando emociones similares. Esto puede brindar un sentido de comunidad y reducir el aislamiento.

En definitiva, los cambios emocionales y el estrés durante el primer trimestre del embarazo son normales, pero es importante que las mujeres aprendan a manejarlos a través de la comunicación, el autocuidado, la actividad física y, si es necesario, el apoyo profesional. Buscar redes de apoyo y utilizar recursos como grupos de apoyo y técnicas de relajación puede ser clave para sobrellevar este período de manera saludable.

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