Un tumor cerebral es una masa o crecimiento de células anormales en el cerebro. El cerebro controla funciones vitales como el movimiento, el pensamiento, las emociones y el habla, por lo que un tumor puede alterar estas funciones.
Los tumores cerebrales pueden ser cancerosos (malignos) o no cancerosos (benignos). Los tumores malignos pueden crecer rápidamente e invadir el tejido cerebral circundante, mientras que los tumores benignos tienden a crecer más lentamente y tienen límites más definidos. Sin embargo, incluso los tumores benignos pueden causar problemas graves si presionan áreas sensibles del cerebro.
La rapidez con la que crece un tumor cerebral varía mucho. La tasa de crecimiento, así como la ubicación del tumor cerebral, determina cómo afectará a la función del sistema nervioso.
Síntomas de los tumores cerebrales
Los síntomas de un tumor cerebral varían ampliamente dependiendo de su tamaño, tipo y ubicación. Algunos tumores pueden no causar síntomas notables al principio, mientras que otros pueden manifestarse rápidamente. Es importante recordar que estos síntomas también pueden ser causados por otras condiciones médicas. Los síntomas más comunes incluyen:
Dolores de cabeza:
pueden ser persistentes, intensos y a menudo peores por la mañana.
Convulsiones:
pueden ser el primer signo de un tumor cerebral.
Cambios en la personalidad o el comportamiento:
incluyen irritabilidad, depresión o dificultad para concentrarse.
Problemas de equilibrio o coordinación:
dificultad para caminar o realizar tareas motoras finas.
Problemas de visión:
visión borrosa, doble visión o pérdida de visión periférica.
Problemas del habla:
dificultad para encontrar las palabras correctas o entender el lenguaje.
Fatiga:
sensación de cansancio persistente y falta de energía.
Náuseas y vómitos:
especialmente por la mañana.
Entumecimiento u hormigueo.
La gravedad y la presentación de estos síntomas pueden variar significativamente de una persona a otra.
Clasificación de los tumores cerebrales
Los tumores cerebrales se pueden clasificar como benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos suelen crecer lentamente y no se diseminan a otras partes del cuerpo. Los tumores malignos pueden crecer rápidamente y diseminarse a otras partes del cuerpo. Los tumores cerebrales se clasifican según varios factores, incluyendo:
Grado: el grado indica la rapidez con la que es probable que el tumor crezca y se disemine. Los tumores se clasifican en grados I a IV, según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS):
Grado I: tumores de crecimiento lento, con células de aspecto casi normal. Suelen ser benignos y pueden extirparse mediante cirugía.
Grado II: tumores de crecimiento lento, pero que pueden invadir el tejido circundante o reaparecer después del tratamiento. Algunas células tienen un aspecto anormal.
Grado III: tumores de crecimiento rápido, con células de aspecto anormal. Es probable que invadan el tejido circundante.
Grado IV: tumores de crecimiento rápido y muy agresivos, con células de aspecto muy anormal. Tienen tendencia a diseminarse a otras partes del cerebro y son difíciles de tratar.
Ubicación: la ubicación del tumor en el cerebro, los tumores primarios se originan en el cerebro, mientras que los tumores metastásicos se diseminan al cerebro desde otras partes del cuerpo.
Los tumores cerebrales también se clasifican según el tipo de célula en la que se originan. Los tipos más comunes de tumores cerebrales son:
Gliomas: se originan en las células gliales, que son células de soporte del cerebro. El glioblastoma es el glioma más agresivo.
Meningiomas: se originan en las meninges, las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal. Suelen ser benignos, pero pueden causar problemas si presionan el tejido cerebral.
Tumores de la hipófisis: se desarrollan en la glándula pituitaria, que controla las hormonas. Pueden afectar la producción hormonal y causar diversos síntomas.
Neuromas acústicos: se desarrollan en el nervio vestibulococlear, que conecta el oído interno con el cerebro. Pueden causar pérdida de audición, mareos y problemas de equilibrio.
Metástasis cerebrales: son tumores que se han diseminado al cerebro desde otras partes del cuerpo, como los pulmones, las mamas o la piel.
Causas de los tumores cerebrales
La mayoría de los tumores cerebrales primarios se deben a mutaciones genéticas que ocurren en las células del cerebro. Se desconoce la causa de estas mutaciones.
Los tumores cerebrales secundarios se deben a la diseminación del cáncer desde otras partes del cuerpo. Cualquier tipo de cáncer puede diseminarse al cerebro, pero los tipos más comunes de cáncer que se diseminan al cerebro son el cáncer de pulmón, el cáncer de mama, el cáncer de piel (melanoma), el cáncer de riñón y el cáncer de colon.
En la mayoría de las personas con tumores cerebrales primarios, se desconoce la causa del tumor. Pero hay algunos factores que pueden aumentar el riesgo de un tumor cerebral, entre ellos:
Edad: el riesgo de la mayoría de los tumores cerebrales aumenta con la edad.
Exposición a la radiación: la exposición a altas dosis de radiación, como la utilizada en tratamientos contra el cáncer, puede aumentar el riesgo de tumores cerebrales.
Antecedentes familiares: tener antecedentes familiares de tumores cerebrales puede aumentar el riesgo.
Síndromes genéticos: ciertas condiciones genéticas hereditarias, como la neurofibromatosis y el síndrome de Li-Fraumeni, aumentan el riesgo de tumores cerebrales.
Exposición a ciertos químicos: la exposición a ciertos químicos en el lugar de trabajo o en el medio ambiente puede aumentar el riesgo, aunque la evidencia no es concluyente.
Complicaciones de los tumores cerebrales
Los tumores cerebrales pueden causar una variedad de complicaciones, dependiendo de su ubicación, tamaño y tipo. Estas complicaciones pueden incluir:
Convulsiones: pueden ser focales o generalizadas.
Debilidad o parálisis: puede afectar un lado del cuerpo.
Pérdida sensorial: incluye entumecimiento o dificultad para sentir el tacto, el dolor o la temperatura.
Problemas de visión y audición.
Dificultad para hablar o entender el lenguaje.
Problemas de memoria.
Hidrocefalia: acumulación de líquido en el cerebro, que puede aumentar la presión intracraneal.
Hemorragia: algunos tumores pueden sangrar, lo que puede causar daño cerebral adicional.
Un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden mejorar significativamente el pronóstico.
Diagnóstico de los tumores cerebrales
El diagnóstico de un tumor cerebral generalmente comienza con un examen neurológico. Durante un examen neurológico, el médico le preguntará acerca de sus síntomas y le examinará la visión, la audición, el equilibrio, la coordinación, la fuerza y los reflejos. Si el médico sospecha que puede tener un tumor cerebral, es posible que le recomiende varias pruebas, entre ellas:
Examen neurológico: el médico evaluará la visión, audición, equilibrio, coordinación, fuerza y reflejos.
Resonancia magnética (RM): es la prueba de imagen preferida para diagnosticar tumores cerebrales. Puede proporcionar imágenes detalladas del cerebro y ayudar a determinar la ubicación, el tamaño y el tipo de tumor. La RM es especialmente útil para detectar tumores pequeños, diferenciar entre tumor y tejido normal, y evaluar la respuesta al tratamiento. HM Hospitales ofrece servicios de diagnóstico avanzados para tumores cerebrales, que incluyen resonancia magnética multiparamétrica (RMmp).
Tomografía computarizada (TC): puede utilizarse si la resonancia magnética no está disponible o si se necesita una evaluación rápida. La TC es útil para detectar hemorragias, calcificaciones y fracturas óseas.
Biopsia: es la extracción de una pequeña muestra de tejido tumoral para su análisis. Puede realizarse mediante una aguja guiada por imágenes (biopsia estereotáctica) o durante la cirugía. La biopsia es necesaria para confirmar el diagnóstico, determinar el tipo y grado del tumor, y guiar las decisiones de tratamiento. La biopsia estereotáctica está indicada cuando el tumor se encuentra en una zona de difícil acceso o cerca de estructuras vitales.
Otras pruebas: pueden incluir análisis de sangre, pruebas de líquido cefalorraquídeo y pruebas genéticas para ayudar a determinar el tipo de tumor y guiar el tratamiento. Estas pruebas son especialmente importantes para diagnosticar tumores metastásicos y linfomas cerebrales.
Tratamiento de los tumores cerebrales
El tratamiento de un tumor cerebral depende de varios factores, incluyendo el tipo, tamaño, ubicación y grado del tumor, así como la salud general de la persona. Las opciones de tratamiento pueden incluir:
Cirugía: consiste en extirpar la mayor cantidad posible de tumor sin dañar las funciones cerebrales importantes. Las técnicas quirúrgicas pueden incluir la craneotomía (apertura del cráneo) o la cirugía mínimamente invasiva. La cirugía está indicada para la mayoría de los tumores cerebrales primarios y metastásicos que son accesibles y no están cerca de estructuras vitales.
Radioterapia: utiliza haces de alta energía para destruir las células tumorales. Puede utilizarse después de la cirugía para eliminar cualquier célula tumoral restante o como tratamiento primario si la cirugía no es posible. La radioterapia está indicada para tumores que no pueden extirparse completamente mediante cirugía, tumores de crecimiento rápido y tumores que se han diseminado a otras partes del cerebro. En HM Hospitales usamos unos sistemas de vanguardia para una máxima precisión, optimización del tiempo de tratamiento y para tratar varias lesiones a la vez.
Quimioterapia: utiliza medicamentos para destruir las células tumorales. Puede administrarse por vía oral o intravenosa. La quimioterapia está indicada para ciertos tipos de tumores cerebrales, como los gliomas de alto grado y los linfomas cerebrales.
Terapias dirigidas: utilizan medicamentos que atacan específicamente las células tumorales sin dañar las células sanas. Las terapias dirigidas están indicadas para tumores que tienen ciertas mutaciones genéticas.
Inmunoterapia: ayuda al sistema inmunitario a combatir el cáncer. La inmunoterapia está indicada para ciertos tipos de tumores cerebrales, como los glioblastomas que tienen ciertas características genéticas.
Cuidados paliativos: se centran en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Los cuidados paliativos están indicados para personas con tumores cerebrales avanzados o que no responden a otros tratamientos.
El tratamiento de los tumores cerebrales a menudo requiere un enfoque multidisciplinario que involucra a neurocirujanos, oncólogos, radioterapeutas, neurólogos y otros especialistas. En HM Hospitales nuestro equipo de especialistas trabaja en conjunto para desarrollar un plan de tratamiento que se adapte a sus necesidades individuales.
Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes tumores cerebrales, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.
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