El temblor esencial es un trastorno neurológico caracterizado por movimientos rítmicos e involuntarios, principalmente en las manos, pero que también pueden afectar la cabeza, la voz, los brazos y, con menos frecuencia, las piernas. Estos temblores, a diferencia de los que se observan en la enfermedad de Parkinson, se acentúan durante el movimiento voluntario y disminuyen o desaparecen en reposo. Es decir, el temblor se intensifica al realizar acciones como alcanzar un objeto, escribir o llevarse un vaso a la boca. El temblor esencial en general no estás asociado a otros síntomas neurológicos evidentes, lo que lo diferencia de otras enfermedades que también causan temblores.
Características del temblor esencial
Temblores en las manos: es el síntoma más común. Los temblores suelen ser bilaterales y simétricos, aunque en algunos casos pueden ser asimétricos, afectando una mano más que la otra. Se acentúan al realizar movimientos finos, como escribir, enhebrar una aguja, usar utensilios para comer o abotonarse la camisa.
Temblores en la cabeza: se manifiestan como movimientos rítmicos de la cabeza, que pueden ser de tipo «sí-sí» (arriba y abajo) o «no-no» (de lado a lado).
Temblores en la voz: la voz puede sonar temblorosa o entrecortada, lo que en los casos más graves puede dificultar la comunicación.
Temblores en piernas: menos comunes que los temblores en las manos, pero pueden dificultar actividades como caminar o mantener el equilibrio.
Causas y factores de riesgo del temblor esencial
A pesar de que la investigación continúa, la causa exacta del temblor esencial permanece desconocida. Se cree que existe una combinación de factores genéticos y ambientales que contribuyen al desarrollo de la enfermedad:
Antecedentes familiares: el factor de riesgo más importante. Si un familiar de primer grado (padre, hermano, hijo) tiene temblor esencial, el riesgo individual de desarrollar la enfermedad aumenta significativamente.
Edad: la prevalencia del temblor esencial aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores de 40 años.
Posibles factores ambientales: algunos estudios sugieren que la exposición a ciertos tóxicos o medicamentos podría estar relacionada con el desarrollo del temblor esencial, aunque se necesita más investigación para confirmar estas asociaciones.
En los casos graves y que no mejoran suficientemente con fármacos el temblor esencial puede afectar significativamente la calidad de vida. Las complicaciones pueden incluir:
Dificultad para realizar actividades cotidianas: los temblores pueden interferir con actividades como comer, beber, vestirse, escribir y trabajar.
Problemas sociales y emocionales: la vergüenza y la frustración causadas por los temblores pueden llevar al aislamiento social, la ansiedad y la depresión.
Discapacidad: en casos graves, los temblores pueden ser tan intensos que impiden la realización de actividades básicas, lo que resulta en discapacidad.
Diagnóstico del temblor esencial
El diagnóstico del temblor esencial es un proceso que requiere una evaluación exhaustiva por parte de un neurólogo especializado. No existe una prueba que confirme el diagnóstico; en cambio, se basa en una combinación de la historia clínica del paciente, un examen físico neurológico y, en algunos casos, las pruebas complementarias pueden ayudar. El objetivo principal es identificar las características clínicas del temblor y descartar otras condiciones que podrían causar síntomas similares. Este proceso, conocido como diagnóstico diferencial, es fundamental para asegurar un tratamiento adecuado.
Historia Clínica: el médico comenzará por recopilar información detallada sobre los síntomas del paciente, incluyendo la localización de los temblores, su intensidad, cuándo comenzaron, qué factores los empeoran o mejoran, y si hay antecedentes familiares de temblor. También preguntará sobre el historial médico general del paciente y cualquier medicamento que esté tomando, ya que algunos fármacos pueden causar temblores como efecto secundario.
Examen Físico Neurológico: durante el examen físico, el neurólogo evaluará la función neurológica del paciente, prestando especial atención a los temblores. Observará la amplitud y frecuencia de los temblores en diferentes posturas (reposo, postura mantenida y acción) y evaluará la coordinación, la fuerza muscular, los reflejos y la sensibilidad. También puede realizar pruebas específicas para evaluar el temblor, como pedirle al paciente que escriba, dibuje una espiral o se lleve un vaso de agua a la boca.
Pruebas Complementarias: en algunos casos, se pueden realizar pruebas adicionales que ayudan a descartar otras afecciones que puedan provocar temblor. Los análisis de sangre son útiles para identificar trastornos metabólicos, como el hipertiroidismo, o deficiencias nutricionales que puedan causar temblores. Los estudios de neuroimagen, como la resonancia magnética (RM) del cerebro, permiten descartar enfermedades neurológicas como tumores, esclerosis múltiple o accidentes cerebrovasculares; aunque la RM no muestra alteraciones específicas en el temblor esencial, es valiosa para excluir otras patologías. La electromiografía (EMG), que mide la actividad eléctrica de los músculos, ayuda a diferenciar el temblor esencial de otros tipos, como el parkinsoniano o el distónico. Por último, las pruebas de función tiroidea permiten descartar el hipertiroidismo, una condición hormonal que también puede provocar temblores.
Diagnóstico Diferencial: el diagnóstico diferencial del temblor esencial requiere distinguirlo de otras condiciones que también causan temblores. En la enfermedad de Parkinson, los temblores son más pronunciados en reposo y disminuyen con el movimiento, acompañándose de rigidez muscular, lentitud de movimientos y alteraciones del equilibrio. El temblor distónico está asociado con distonía, una condición caracterizada por contracciones musculares involuntarias y posturas anormales. El temblor cerebeloso es más irregular y empeora al acercarse a un objetivo, estando relacionado con daño en el cerebelo, encargado de la coordinación y el equilibrio. El temblor fisiológico exacerbado, que no es una enfermedad como tal y es generalmente leve, puede intensificarse por estrés, ansiedad, fatiga o consumo de cafeína o alcohol, mejorando generalmente con el reposo. Algunos medicamentos, como broncodilatadores, antidepresivos y antipsicóticos, pueden inducir temblores como efecto secundario. Finalmente, en la esclerosis múltiple, aunque los temblores no son el síntoma principal, pueden presentarse junto con problemas de visión, debilidad muscular, entumecimiento, hormigueo y dificultades cognitivas.
Es crucial buscar atención médica si se experimentan temblores persistentes o que interfieren con las actividades diarias. Un diagnóstico preciso y oportuno por parte de un neurólogo especializado es fundamental para iniciar el tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida.
Tratamiento del temblor esencial
El tratamiento del temblor esencial se individualiza según la gravedad de los síntomas y el impacto en la calidad de vida del paciente.
Cambios en el estilo de vida: reducir el consumo de cafeína y alcohol, ya que pueden exacerbar los temblores. Aprender técnicas de relajación para controlar el estrés, que también puede empeorar los síntomas. Utilizar dispositivos adaptativos, como cubiertos pesados o bolígrafos especiales, para facilitar la realización de tareas cotidianas.
Terapia ocupacional: trabajar con un terapeuta ocupacional para aprender estrategias para compensar los temblores y mejorar la independencia en las actividades diarias.
Fármacos: en cuanto al tratamiento farmacológico, se emplean diversos medicamentos para controlar los temblores. Los betabloqueantes, como el propranolol, son a menudo la primera línea de tratamiento y ayudan a reducir la frecuencia e intensidad de los temblores. Los anticonvulsivos, como la primidona, gabapentina o el topiramato, también se utilizan para controlar los temblores, especialmente cuando los betabloqueantes no son efectivos o están contraindicados. En algunos casos, se pueden utilizar otros medicamentos benzodiacepinas para controlar los temblores ya que pueden ser útiles para reducir la ansiedad y los temblores asociados al estrés, pero su uso a largo plazo debe ser cuidadosamente evaluado por el médico debido al riesgo de dependencia. En pacientes con temblor que no mejora adecuadamente con un fármaco, es habitual combinar varios de ellos.
HIFU (Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad): el HIFU es una técnica relativamente nueva que permite realizar ablaciones o lesiones terapéuticas en puntos profundos del cerebro. Estas lesiones llevan décadas haciéndose, pero antes de la aparición del HIFU precisaban una intervención quirúrgica invasiva con apertura craneal e introducción de un electrodo en el cerebro. La gran ventaja del HIFU es que permite hacerlas sin abrir el cráneo, es decir, sin cirugía como tal, lo que reduce altamente la posibilidad de complicaciones graves. Aunque hacer una lesión para obtener un beneficio clínico es contraintuitivo, el mecanismo de las ablaciones terapéuticas es la eliminación de las neuronas que están funcionando mal y provocando el temblor. Esta técnica, que empezó a usarse para el temblor en 2013, es ya aprobada por la evidencia científica y aplicada regularmente en todo el mundo. La técnica es segura pero no está exenta de efectos adversos que pueden ser permanentes.
Cirugía/estimulación cerebral profunda: en casos graves que no responden a la medicación, la cirugía también puede ser una opción. En primer lugar, tenemos la estimulación cerebral profunda (ECP). Esta técnica, que se usa para tratar el temblor desde hace casi 40 años, implica implantar electrodos en el cerebro que se conectan a un generador de impulsos en el pecho para interrumpir las señales que causan los temblores. Es altamente eficaz, aunque invasiva, y los efectos adversos, aunque son muy poco frecuentes pueden ser graves (infección o sangrado).
En HM Hospitales, se ofrecen todas estas opciones terapéuticas para tratar el temblor. Esto incluye al HIFU, del que HM CINAC es pionero y referencia mundial, como muestran sus publicaciones científicas.
Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes temblor esencial, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.
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