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Oncología

Sarcoma

El sarcoma es un tipo de cáncer poco común, que representa menos del 1% de todos los cánceres.
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¿Qué es el sarcoma?

El sarcoma es un tipo de cáncer que se desarrolla a partir de los tejidos conectivos del cuerpo, como los huesos, músculos, grasa, vasos sanguíneos y nervios. A diferencia de los carcinomas, que se originan en las células epiteliales que recubren los órganos, los sarcomas son de origen mesodérmico (como el revestimiento del pulmón o la mama).

Los sarcomas pueden ser de dos tipos principales: sarcomas óseos, que se forman en los huesos, y sarcomas de tejidos blandos, que se forman en otros tejidos conectivos. El impacto de los sarcomas en la salud varía según el tipo, la ubicación y el estadio del cáncer.

Doctor analiza radiografía de sarcoma

Síntomas del sarcoma

Los síntomas de un sarcoma pueden variar ampliamente dependiendo de la ubicación y el tamaño del tumor. Algunas personas pueden no experimentar ningún síntoma en las primeras etapas, mientras que otras pueden notar:

Un bulto o hinchazón palpable:

que puede o no ser doloroso.

Dolor:

en la zona afectada.

Rango de movimiento limitado:

si el sarcoma está cerca de una articulación.

Fatiga

Pérdida de peso:

inexplicable

Es importante recordar que estos síntomas también pueden ser causados por otras afecciones más comunes. Sin embargo, si experimenta alguno de estos síntomas, es fundamental consultar a un médico para una evaluación adecuada.

Clasificación del sarcoma

La clasificación de los sarcomas es esencial para determinar el enfoque de tratamiento más adecuado. Los sarcomas se clasifican según el tipo de tejido en el que se originan, el grado de diferenciación de las células cancerosas y características genéticas específicas. Esta clasificación ayuda a los médicos a comprender mejor el comportamiento del tumor y a predecir su respuesta al tratamiento.

Sarcomas de tejidos blandos

  • Liposarcoma: se origina en el tejido graso.
  • Leiomiosarcoma:  se forma en las células del músculo liso.
  • Sarcoma sinovial: cáncer que afecta comúnmente a adolescentes y adultos jóvenes y que se encuentra con mayor frecuencia cerca de las articulaciones, como las rodillas o los tobillos.
  • Sarcoma pleomórfico indiferenciado: cáncer agresivo que suele aparecer en los brazos o las piernas de las personas mayores.
  • Angiosarcoma: cáncer que se forma en el revestimiento de los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos.
  • Fibrosarcoma: cáncer que se origina en células conectivas llamadas fibroblastos y que suele aparecer en los brazos, las piernas o el tronco.
  • Rabdomiosarcoma: cáncer poco frecuente que se forma en el tejido blando, específicamente en el músculo esquelético.
  • Histiocitoma fibroso maligno: se forma en los tejidos blandos, generalmente en las extremidades.
  • Tumor estromal gastrointestinal (GIST): cáncer que se origina en las paredes del tubo digestivo.
  • Dermatofibrosarcoma protuberans: se forma en la piel.

Sarcomas óseos

  • Osteosarcoma: es el tipo de cáncer de hueso que se origina en las células que forman el hueso. Afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes.
  • Condrosarcoma: se forma en el cartílago, el tejido que recubre las articulaciones. Afecta principalmente a adultos de mediana edad y mayores.
  • Sarcoma de Ewing: tumor agresivo que puede ocurrir tanto en hueso como en tejidos blandos. Afecta principalmente a niños y adultos jóvenes.
  • Cordoma: tumor poco frecuente de crecimiento lento que suele aparecer en los huesos de la base del cráneo y la columna vertebral.
  • Fibrosarcoma óseo: cáncer poco frecuente que suele afectar a los brazos, las piernas o la mandíbula.

Cada uno de estos tipos de sarcoma tiene características únicas en cuanto a comportamiento, tratamiento y pronóstico. Por lo tanto, es esencial un diagnóstico preciso para garantizar que los pacientes reciban la atención más adecuada.

Causas y factores de riesgo del sarcoma

Las causas exactas del sarcoma no se comprenden completamente, pero la mayoría de los sarcomas parecen ocurrir esporádicamente, sin ninguna causa clara. El sarcoma surge cuando las células desarrollan mutaciones en su ADN que hacen que crezcan sin control. En muchos casos, no hay una causa clara identificable. Sin embargo, se han identificado varios factores que pueden contribuir al desarrollo de sarcomas:

  • Alteraciones genéticas: algunas alteraciones genéticas, como mutaciones en los genes TP53, RB1 y NF1, se han relacionado con un mayor riesgo de sarcoma. Estas alteraciones pueden ser hereditarias o adquiridas durante la vida de una persona.
  • Exposición a sustancias químicas: la exposición a ciertas sustancias químicas, como el cloruro de vinilo, el arsénico y el dioxano, se ha relacionado con un mayor riesgo de sarcoma.
  • Radiación: la exposición a altas dosis de radiación ya sea por radioterapia para tratar otros cánceres o por exposición accidental, puede aumentar el riesgo de desarrollar un sarcoma en el futuro.
  • Virus: ciertos virus, se han relacionado con el desarrollo de sarcoma de Kaposi, un tipo de sarcoma que afecta a la piel, las membranas mucosas y los órganos internos.

Complicaciones del sarcoma

Los sarcomas pueden provocar diversas complicaciones, dependiendo de la ubicación y el tamaño del tumor, incluyendo:

  • Compresión de órganos y tejidos: los sarcomas en crecimiento pueden comprimir los nervios, vasos sanguíneos y órganos cercanos, causando dolor, entumecimiento, hinchazón y problemas funcionales.
  • Metástasis: los sarcomas pueden diseminarse a otras partes del cuerpo, como los pulmones, el hígado y los huesos.
  • Recurrencia: los sarcomas pueden reaparecer después del tratamiento, ya sea en el mismo lugar donde se originaron o en otras partes del cuerpo.
  • Problemas funcionales: dependiendo de la ubicación y el tamaño del tumor, el sarcoma puede afectar la función de los órganos y tejidos circundantes.
  • Amputación: en algunos casos, puede ser necesaria la amputación de una extremidad para extirpar el tumor por completo.

Diagnóstico del sarcoma

Un diagnóstico preciso y temprano es esencial para un tratamiento efectivo del sarcoma. El proceso de diagnóstico del sarcoma suele incluir una combinación de las siguientes pruebas médicas:

  • Exploración física: el médico palpará la zona afectada para evaluar el tamaño, la ubicación y la consistencia de cualquier bulto o hinchazón.
  • Estudios de imagen: se pueden utilizar radiografías para evaluar los huesos. Las resonancias magnéticas (RM) proporcionan imágenes detalladas de los tejidos blandos y pueden ayudar a determinar la ubicación y el tamaño del tumor. Las tomografías computarizadas (TC) pueden ayudar a determinar si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo. La tomografía por emisión de positrones (PET) puede ayudar a detectar células cancerosas en todo el cuerpo.
  • Biopsia: la biopsia es el procedimiento más importante para confirmar el diagnóstico de sarcoma. Consiste en extraer una pequeña muestra de tejido del tumor para su análisis en el laboratorio. La muestra puede obtenerse mediante una aguja o mediante una incisión quirúrgica.

HM Hospitales cuenta con una unidad de diagnóstico hipertemprano del cáncer para una detección precoz y un tratamiento más efectivo.

Tratamientos para el sarcoma

El tratamiento del sarcoma se adapta a las necesidades individuales de cada paciente. El tratamiento del sarcoma depende del tipo, la ubicación, el tamaño y el grado del cáncer, así como de la salud general del paciente. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

  • Cirugía: el objetivo de la cirugía es extirpar todo el tumor, si es posible. El tipo de cirugía que se realice dependerá de la ubicación y el tamaño del tumor. En HM Hospitales, contamos con cirujanos expertos en una variedad de técnicas quirúrgicas para el tratamiento del sarcoma. 
  • Radioterapia: se utiliza radiación de alta energía para destruir las células cancerosas. La radioterapia se puede administrar externamente, utilizando una máquina que dirige la radiación al tumor. 
  • Quimioterapia: se emplean medicamentos para destruir las células cancerosas. La quimioterapia se puede administrar por vía oral o intravenosa.
  • Terapia dirigida: se utilizan medicamentos que atacan específicamente las células cancerosas, sin dañar las células sanas. Algunos ejemplos de terapias dirigidas utilizadas para tratar el sarcoma incluyen inhibidores de tirosina quinasa e inhibidores de mTOR.
  • Inmunoterapia: se emplea el sistema inmunitario del propio paciente para combatir el cáncer. Algunos ejemplos de inmunoterapias utilizadas para tratar el sarcoma incluyen inhibidores de punto de control inmunitario y terapia celular adoptiva.

Un equipo multidisciplinario de profesionales sanitarios, incluyendo oncólogos, cirujanos, radioterapeutas y otros especialistas, trabaja en conjunto para brindar la mejor atención posible al paciente.

Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes un sarcoma, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.

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