La incidencia de la miocarditis está aumentando en la actualidad, justificada en gran medida por el avance de las técnicas moleculares, se sabe que afecta a un número considerable de personas en todo el mundo, su prevalencia se estima que oscila entre 8 y 10 por 100.000, cifra que probablemente sea mayor al existir casos no identificados: silentes, muerte súbita, complejidad diagnóstica.
La miocarditis fue definida en 1995 por la organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad inflamatoria del musculo cardíaco (miocardio), puede ocurrir por exposición a agentes externos (virus, bacterias, tóxicos, etc.) o internos ( enfermedades autoinmunes). La causa más frecuente en el mundo desarrollado son los virus. La función del tejido muscular cardíaco (miocardio) es bombear sangre a todo el cuerpo. La miocarditis puede debilitar el corazón, comprometiendo su capacidad para bombear sangre eficientemente y pudiendo causar trastornos en del ritmo cardíaco anormales (arritmias).
La miocarditis puede afectar a personas de todas las edades, y su gravedad varía desde casos leves, que se resuelven sin complicaciones, hasta casos más graves que pueden derivar a ciertas complicaciones. La detección temprana y el tratamiento adecuado son cruciales para prevenir complicaciones a largo plazo y mejorar el pronóstico del paciente.
Síntomas de la miocarditis
Los síntomas de la miocarditis pueden ser muy diversos, desde leves e inespecíficos hasta severos. Algunos pacientes pueden no experimentar ningún síntoma en absoluto, asintomáticos lo que dificulta el diagnóstico, o bien son remitidos por presentar alteraciones en un electrocardiograma (ECG) o ecocardiograma realizado por otra causa.
Síntomas tempranos:
pueden incluir dolor en el pecho, dificultad para respirar (disnea), fatiga, sensación de latidos cardíacos rápidos o irregulares (palpitaciones) y retención de líquidos con hinchazón de piernas y pies.
Síntomas tardíos:
en casos más graves, la miocarditis puede provocar insuficiencia cardíaca, arritmias graves e incluso la muerte súbita.
Es importante destacar que estos síntomas pueden ser indicativos de otras afecciones cardíacas. Por lo que es fundamental buscar atención médica en caso de experimentar alguno de los mismos.
Clasificación de la miocarditis
La miocarditis se clasifica de diversas maneras, lo que permite a los profesionales de la salud comprender mejor la naturaleza y el alcance de la inflamación:
Según la causa: esta clasificación distingue entre miocarditis infecciosa, causada por virus, bacterias, hongos o parásitos, y miocarditis no infecciosa, que puede ser autoinmune, tóxica o inducida por medicamentos, radioterapia. Agentes físicos: Golpe de calor o hipotermia.
Según el curso: se clasifica en fulminante (inicio repentino y grave), aguda (de corta duración) o crónica (persistente). Esta clasificación ayuda a determinar la urgencia del tratamiento y el pronóstico.
Según la histología (estudio microscópico del tejido cardíaco): se subdivide en linfocítica, eosinofílica, de células gigantes y granulomatosa. Esta clasificación es esencial para un diagnóstico preciso y un tratamiento específico.
Causas de la miocarditis
Las infecciones virales son la causa más frecuente de miocarditis, especialmente los virus Coxsackie, adenovirus, parvovirus B19, citomegalovirus, virus del herpes simple y virus de inmunodeficiencia humana (VIH), coronavirus (SARS-CoV-2). Sin embargo, existen otras causas menos comunes, que incluyen:
Infecciones bacterianas, fúngicas o parasitarias: aunque menos frecuentes que las virales, estas infecciones también pueden causar inflamación del miocardio.
Enfermedades autoinmunes: enfermedades como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide pueden afectar al corazón y causar miocarditis.
Reacciones a medicamentos: algunos medicamentos, como ciertos antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos y fármacos quimioterapéuticos, pueden desencadenar una reacción inflamatoria en el miocardio.
Exposición a toxinas: la exposición a metales pesados, radiación y ciertas sustancias químicas también puede causar miocarditis.
Existen diversos factores que pueden incrementar la probabilidad de desarrollar miocarditis. Algunos de estos factores son modificables, mientras que otros no. Entre los diferentes factores de riesgo encontramos:
Sistema inmunitario debilitado: personas con VIH/SIDA, receptores de trasplantes de órganos o que reciben quimioterapia tienen un mayor riesgo de desarrollar miocarditis.
Infección viral reciente: una infección viral, incluso una leve, puede predisponer al desarrollo de miocarditis.
Exposición a ciertas toxinas o medicamentos: como se mencionó anteriormente, la exposición a ciertas sustancias puede desencadenar miocarditis.
Complicaciones de la miocarditis
La miocarditis, si no se trata adecuadamente, puede dar lugar a complicaciones graves que afectan la salud a largo plazo:
Insuficiencia cardíaca: la inflamación del miocardio puede debilitar el corazón, dificultando su capacidad para bombear sangre de manera eficiente. Esto puede llevar a la acumulación de líquidos en los pulmones y las extremidades, causando dificultad para respirar e hinchazón.
Arritmias: la miocarditis puede alterar el sistema eléctrico del corazón, provocando latidos cardíacos irregulares. Estas arritmias pueden ser leves o graves, como la fibrilación ventricular.
Coágulos sanguíneos: la inflamación del miocardio puede favorecer la formación de coágulos sanguíneos en el corazón. Estos coágulos pueden desprenderse y viajar a otras partes del cuerpo, obstruyendo el flujo sanguíneo y causando un accidente cerebrovascular o una embolia pulmonar.
Muerte súbita cardíaca: en casos raros, la miocarditis puede causar la muerte repentina debido a arritmias graves o insuficiencia cardíaca aguda.
Es crucial buscar atención médica si se sospecha miocarditis para prevenir estas complicaciones.
Diagnóstico de la miocarditis
Diagnosticar la miocarditis puede ser un desafío debido a la similitud de sus síntomas con otras afecciones cardíacas. Un diagnóstico preciso requiere una combinación de pruebas y evaluaciones, que incluyen:
Análisis de sangre: se realizan análisis de sangre para detectar marcadores de inflamación, como la proteína C reactiva (PCR) y la velocidad de sedimentación globular (VSG), así como para descartar otras causas de los síntomas. También se pueden realizar pruebas para detectar infecciones virales específicas.
Electrocardiograma (ECG): el ECG registra la actividad eléctrica del corazón y puede mostrar ritmos cardíacos anormales, como taquicardia, bradicardia o arritmias ventriculares. También puede revelar signos de daño al miocardio.
Ecocardiograma: esta prueba utiliza ondas sonoras (ultrasonidos) para crear imágenes del corazón en movimiento. El ecocardiograma puede mostrar el tamaño y la forma del corazón, la función de las válvulas cardíacas y la fuerza de las contracciones del miocardio (fracción de eyección). También puede detectar la presencia de líquido alrededor del corazón (derrame pericárdico).
Resonancia magnética cardíaca (RMC): la RMC proporciona imágenes detalladas del corazón y es capaz de detectar áreas de edema intersticial y la reacción inflamatoria miocárdica asociada a la infección vírica. Es una prueba no invasiva que utiliza campos magnéticos y ondas de radio, considerando la mejor técnica diagnóstica no invasiva disponible para el diagnóstico de miocarditis aguda y monitorizar la respuesta al tratamiento.
Biopsia endomiocárdica: en algunos casos, se puede realizar una biopsia endomiocárdica para confirmar el diagnóstico. Este procedimiento implica la inserción de un catéter a través de una vena hasta el corazón para extraer una pequeña muestra de tejido del miocardio. La muestra se examina bajo un microscopio para detectar signos de inflamación.
HM Hospitales cuenta con la tecnología y los especialistas necesarios para un diagnóstico preciso de la miocarditis.
Tratamientos de la miocarditis
El tratamiento de la miocarditis se enfoca en abordar la causa subyacente de la inflamación, controlar los síntomas y prevenir complicaciones a largo plazo. El enfoque terapéutico varía según la causa, la gravedad de la inflamación y la presencia de complicaciones como la insuficiencia cardíaca o las arritmias.
Miocarditis infecciosa: el tratamiento se dirige a erradicar el agente infeccioso. Si la causa es viral, generalmente no hay un tratamiento antiviral específico, y el manejo se centra en el alivio de los síntomas y el soporte cardíaco. Sin embargo, si se identifica un virus susceptible de tratamiento antiviral, se administrará el fármaco adecuado. La miocarditis bacteriana se trata con antibióticos específicos para el tipo de bacteria responsable, mientras que la miocarditis fúngica se trata con antifúngicos y la parasitaria con antiparasitarios.
Miocarditis no infecciosa: el tratamiento se centra en controlar la inflamación y modular la respuesta del sistema inmunitario. En casos asociados a enfermedades autoinmunes, se pueden utilizar inmunosupresores, como corticosteroides o tiopurinas, para reducir la inflamación y suprimir la respuesta inmunitaria. El uso de estos medicamentos debe ser cuidadosamente evaluado y monitorizado por un especialista, debido a sus potenciales efectos secundarios. Si la miocarditis es una reacción a un medicamento, se debe suspender inmediatamente el fármaco sospechoso.
Miocarditis que ha causadoinsuficiencia cardíaca: el tratamiento se centra en mejorar la función cardíaca y aliviar los síntomas. Se utilizan medicamentos como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) para relajar los vasos sanguíneos y reducir la carga de trabajo del corazón. Los bloqueadores de los receptores de angiotensina II (BRA) tienen un efecto similar. Los betabloqueantes disminuyen la frecuencia cardíaca y la presión arterial, reduciendo la carga de trabajo del corazón. Los diuréticos ayudan a eliminar el exceso de líquido, aliviando la hinchazón y la disnea. Los antagonistas de los receptores de mineralocorticoides (ARM) bloquean los efectos de la aldosterona, una hormona que puede agravar la insuficiencia cardíaca. Los inhibidores del cotransportador ranal de sodio y glucosa 2 (SGLT2).
Si hay arritmias el tratamiento se centra en controlar el ritmo cardíaco y prevenir complicaciones. Los betabloqueantes ayudan a controlar la frecuencia cardíaca y reducen el riesgo de arritmias. También se pueden usar otros antiarrítmicos, según el tipo de arritmia.
Otros tratamientos: además del tratamiento farmacológico, se recomienda reposo durante la fase aguda para la recuperación del corazón. La restricción de líquidos y sal ayuda a reducir la carga de trabajo del corazón y previene la retención de líquidos.
Dispositivos de asistencia ventricular (DAV): en casos de insuficiencia cardíaca grave que no responde al tratamiento médico, se pueden utilizar DAV, como la asistencia circulatoria mecánica. Estos dispositivos ayudan al corazón a bombear sangre, proporcionando soporte circulatorio temporal o a largo plazo, dependiendo de la gravedad de la afección y la posibilidad de recuperación del miocardio. Existen diferentes tipos de DAV, como los DAV de flujo continuo o pulsátil, y la elección del dispositivo adecuado se basa en las necesidades individuales de cada paciente. La asistencia circulatoria mecánica puede ser un puente al trasplante o una terapia definitiva en algunos casos.
Trasplante cardíaco: se considera en situaciones extremas, cuando la miocarditis ha causado daño irreversible y grave al corazón, y otras opciones de tratamiento han fracasado. Es un procedimiento complejo que implica la sustitución del corazón dañado por un corazón sano de un donante. La decisión de realizar un trasplante cardíaco se toma después de una evaluación exhaustiva del paciente y considerando cuidadosamente los riesgos y beneficios del procedimiento.
El manejo de la miocarditis a menudo requiere un enfoque multidisciplinar, con la participación de cardiólogos, especialistas en enfermedades infecciosas, inmunólogos y otros profesionales de la salud. En HM Hospitales cuenta con un centro monográfico integral en Cardiología que trabaja de manera coordinada para ofrecer una gestión integral de las necesidades y requerimientos de los diferentes tipos de afecciones cardíacas.
Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes miocarditis, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.
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