La migraña es mucho más que un simple dolor de cabeza. Es un trastorno neurológico complejo que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por un dolor pulsátil, generalmente en un lado de la cabeza, que puede variar en intensidad desde moderado hasta severo.
La migraña es un tipo de dolor de cabeza primario, lo que significa que no es causado por otra afección médica. A menudo se acompaña de náuseas, vómitos y sensibilidad extrema a la luz y al sonido. Estos síntomas distintivos ayudan a diferenciarla de otros tipos de dolores de cabeza, como la cefalea tensional, que suele ser un dolor opresivo en ambos lados de la cabeza.
La migraña afecta significativamente la calidad de vida del paciente, limitando sus actividades diarias, su capacidad laboral y su bienestar general.
Síntomas de la migraña
Los síntomas de la migraña pueden ser muy variados y afectar a cada persona de manera diferente. Algunos individuos experimentan síntomas previos al dolor de cabeza, conocidos como pródromos, que pueden incluir cambios de humor, antojos de alimentos, bostezos excesivos y rigidez en el cuello. A continuación, se describen los síntomas más comunes:
Dolor de cabeza pulsátil:
generalmente en un lado de la cabeza.
Náuseas y vómitos.
Sensibilidad a la luz y al sonido:
(fotofobia y fonofobia).
Aura (en algunos casos):
aproximadamente un tercio de las personas con migraña experimentan aura, que son alteraciones visuales, como destellos de luz, puntos ciegos o líneas en zigzag, u otros síntomas neurológicos, como entumecimiento u hormigueo, que preceden o acompañan al dolor de cabeza.
Causas de la migraña
Aunque la causa exacta de la migraña no se conoce completamente, se cree que se debe a una combinación de factores genéticos y ambientales. Los cambios en los niveles de serotonina, una sustancia química del cerebro, también pueden estar involucrados.
Diversos factores pueden influir en la predisposición a padecer migrañas, aumentando la probabilidad de experimentar estos episodios de dolor de cabeza. Algunos de estos factores son modificables, mientras que otros no. Los factores de riesgo para la migraña son:
Antecedentes familiares de migraña.
Sexo femenino.
Cambios hormonales en las mujeres.
Estrés.
Falta de sueño o cambios en los patrones de sueño.
Exposición a luces brillantes, olores o sonidos fuertes.
Cambios en el clima o en la presión del aire.
Consumo de ciertos alimentos o bebidas.
Saltarse comidas.
Tabaquismo.
Complicaciones de la migraña
Si bien la migraña en sí misma no es una afección potencialmente mortal, puede afectar significativamente la calidad de vida y, en algunos casos, puede estar asociada con otras complicaciones. Es fundamental buscar atención médica si las migrañas interfieren en tu vida diaria.
Migraña crónica: las personas con dolores de cabeza durante 15 días o más al mes, pueden tener migraña crónica.
Infarto migrañoso: en raras ocasiones, la migraña puede provocar un infarto migrañoso, un tipo de accidente cerebrovascular que puede causar daño cerebral permanente.
Estado migrañoso: el estado migrañoso es una migraña grave que dura más de 72 horas y que a menudo requiere hospitalización.
Es importante buscar consejo médico si sospechas que puedes padecer migrañas, especialmente si son frecuentes, severas o interfieren en tu vida diaria.
Diagnóstico de la migraña
El diagnóstico de la migraña se basa principalmente en la historia clínica del paciente, incluyendo la descripción de los síntomas, la frecuencia y la duración de los dolores de cabeza, y los antecedentes familiares. Un examen físico y neurológico completo también es esencial para descartar otras posibles causas de dolor de cabeza.
Historia clínica detallada: el médico te hará preguntas exhaustivas sobre sus síntomas, incluyendo la ubicación, intensidad, calidad (pulsátil, opresiva, punzante), factores desencadenantes, síntomas asociados (náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y al sonido), duración y frecuencia de los dolores de cabeza. También te preguntará sobre sus antecedentes médicos personales y familiares.
Examen físico y neurológico: el médico realizará un examen físico completo y un examen neurológico para evaluar tu función cerebral, incluyendo función de los nervios craneales, fuerza muscular, coordinación, reflejos y sensibilidad.
Diario de cefaleas: llevar un diario de cefaleas ayuda a identificar patrones, desencadenantes y la eficacia del tratamiento. El objetivo es registrar información sobre tus dolores de cabeza, incluyendo la fecha y hora de inicio, duración, intensidad, ubicación, síntomas asociados, posibles desencadenantes y respuesta al tratamiento.
Pruebas de imagen: en algunos casos, se pueden realizar pruebas de imagen, como una resonancia magnética (RM) o una tomografía computarizada (TC) de la cabeza, para descartar otras afecciones. La decisión de realizar pruebas de imagen se basa en la historia clínica, el examen físico y la presencia de signos de alarma.
Otras pruebas: en raras ocasiones, se pueden realizar otras pruebas, como un electroencefalograma (EEG) o una punción lumbar, para descartar otras patologías.
Tratamientos para la migraña
El tratamiento de la migraña se enfoca en dos objetivos principales, aliviar el dolor y las molestias durante un ataque agudo y prevenir la aparición de futuras migrañas. El plan de tratamiento específico se adapta a cada individuo, considerando la frecuencia, la intensidad y el impacto de las migrañas en su vida diaria.
Tratamiento para el alivio de un ataque de migraña:
dentro de las opciones para aliviar un ataque de migraña, se encuentran los analgésicos de venta libre. Estos pueden ser efectivos para las migrañas leves, pero es importante seguir las instrucciones de dosificación y no exceder la dosis recomendada. Los AINEs (antiinflamatorios no esteroideos) son similares a los analgésicos de venta libre y también ayudan a reducir la inflamación que puede contribuir al dolor de la migraña. Los triptanes son medicamentos diseñados específicamente para tratar las migrañas. Actúan sobre los receptores de serotonina en el cerebro y pueden ser muy efectivos para aliviar el dolor y otros síntomas como las náuseas y la sensibilidad a la luz y al sonido. Se presentan en diferentes formatos, incluyendo tabletas, comprimidos, aerosoles nasales e inyecciones. Otra opción para personas que no pueden tomar triptanes o para quienes los triptanes no son efectivos son los alcaloides del ergot. Sin embargo, estos pueden tener más efectos secundarios. Los antieméticos pueden ayudar a controlar las náuseas y los vómitos, síntomas comunes de la migraña, y hacer que la migraña sea más tolerable. En casos de migrañas severas que no responden a otros tratamientos, se pueden utilizar opioides o corticosteroides. Sin embargo, estos medicamentos se reservan para situaciones específicas debido a su potencial de efectos secundarios y riesgo de dependencia. Recientemente se han incorporado algunos gepantes como tratamiento en la crisis de migraña aguda.
Tratamiento para prevenir futuras migrañas:
es crucial identificar y evitar los desencadenantes de la migraña. Estos desencadenantes pueden incluir ciertos alimentos (como el chocolate, el queso añejo y el vino tinto), bebidas con cafeína, estrés, falta de sueño, cambios hormonales, luces brillantes y olores fuertes. Llevar un diario de migrañas puede ayudar a identificar patrones y desencadenantes específicos. El estrés es un desencadenante común de la migraña, por lo que aprender técnicas de relajación como la meditación, el yoga, la respiración profunda y la relajación muscular progresiva puede ayudar a reducir el estrés y la frecuencia de las migrañas. La fisioterapia, especialmente enfocada en el cuello y la espalda, puede ayudar a aliviar la tensión muscular y mejorar la postura, lo que a su vez puede reducir la frecuencia e intensidad de las migrañas. Existen medicamentos como los betabloqueantes, antidepresivos y anticonvulsivantes que, aunque originalmente diseñados para otras afecciones, pueden ser prescritos para prevenir las migrañas. Los antagonistas del CGRP (gepantes) y los agonistas selectivos del receptor de serotonina (ditanes) son medicamentos más nuevos específicamente desarrollados para prevenir las migrañas. Las inyecciones de toxina botulínica o comúnmente conocidas como botox,pueden ser una opción para personas con migrañas crónicas (15 o más días al mes con dolor de cabeza). Además de los tratamientos mencionados anteriormente, una nueva clase de medicamentos ha surgido en el campo del tratamiento de la migraña, los anticuerpos monoclonales. Estos medicamentos, también conocidos como terapias monoclonales anti-CGRP, están diseñados para prevenir las migrañas antes de que comiencen.
El tratamiento de la migraña a menudo implica un enfoque multidisciplinar, con la participación de neurólogos, fisioterapeutas, psicólogos y otros profesionales de la salud.
Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes migraña, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.
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