El melanoma de coroides es un tumor maligno que se desarrolla en la coroides, la capa intermedia del ojo entre la retina y la esclerótica. Este tipo de melanoma se produce cuando los melanocitos, células encargadas de producir melanina (el pigmento que da color a la piel, el cabello y los ojos), crecen de forma descontrolada.
A diferencia de otros tipos de cáncer de ojo, el melanoma de coroides se desarrolla dentro del globo ocular, lo que puede dificultar su detección temprana. Este tumor puede variar en tamaño y localización, afectando la visión y, en casos avanzados, diseminándose a otras partes del cuerpo.
Síntomas del melanoma de coroides
La manifestación del melanoma de coroides puede ser sutil, especialmente en sus etapas iniciales. Muchos pacientes no experimentan síntomas evidentes, lo que resalta la necesidad de exámenes oftalmológicos regulares. A medida que el tumor crece, puede interferir con la función visual y provocar una serie de síntomas que deben alertar al paciente:
Visión borrosa o distorsionada.
Pérdida de visión periférica.
Presencia de manchas oscuras o flotantes en el campo visual.
Destellos de luz (fotopsias).
Dolor ocular (poco frecuente).
Es importante destacar que estos síntomas no son exclusivos del melanoma de coroides y pueden ser causados por otras afecciones oculares. Sin embargo, si experimenta alguno de estos síntomas, es fundamental consultar a un oftalmólogo para un examen exhaustivo.
Clasificación del melanoma de coroides
La clasificación del melanoma de coroides es esencial para determinar la agresividad del tumor y guiar las decisiones de tratamiento. Se utilizan varios sistemas de clasificación, incluyendo el sistema TNM y la evaluación histológica:
Tamaño y localización del tumor: se utiliza la clasificación TNM (Tumor, Nódulo, Metástasis) para describir la extensión del tumor primario, la afectación de los ganglios linfáticos y la presencia de metástasis a distancia.
La evaluación histológica clasifica el melanoma de coroides según sus características celulares, incluyendo el tipo de células (fusiformes, epitelioides o mixtas) y la presencia de patrones vasculares específicos.
Causas y factores del melanoma de coroides
La causa exacta del melanoma de coroides no se conoce por completo, pero se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales puede estar involucrada.
Si bien la causa exacta del melanoma de coroides sigue siendo objeto de estudio, se han identificado varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad:
Raza: las personas de raza blanca tienen mayor riesgo de desarrollar melanoma de coroides.
Edad: el melanoma de coroides es más común en adultos mayores.
Nevus coroideo: la presencia de un nevus coroideo (lunar en la coroides) puede aumentar ligeramente el riesgo de desarrollar melanoma.
Melanocitosis óculo-dérmica (Nevus de Ota): esta condición congénita, que causa pigmentación azulada en la piel y el ojo, se asocia con un mayor riesgo de melanoma de coroides.
Exposición a la luz ultravioleta: aunque la evidencia no es concluyente, algunos estudios sugieren que la exposición a la luz ultravioleta puede aumentar el riesgo.
Factores genéticos: si bien la mayoría de los melanomas de coroides no son hereditarios, existe un pequeño porcentaje de casos que pueden estar relacionados con mutaciones genéticas hereditarias.
Si no se trata, el melanoma de coroides puede provocar complicaciones graves que afectan la salud y la calidad de vida de los pacientes. Es crucial buscar atención médica temprana para minimizar estos riesgos:
Pérdida de visión: el crecimiento del tumor puede dañar la retina y otras estructuras oculares, lo que puede resultar en pérdida de visión parcial o total.
Desprendimiento de retina: el tumor puede provocar la acumulación de líquido debajo de la retina, lo que puede causar su desprendimiento.
Glaucoma neovascular: el tumor puede estimular el crecimiento de vasos sanguíneos anormales en el ojo, lo que puede aumentar la presión intraocular y dañar el nervio óptico.
Metástasis: en casos avanzados, el melanoma de coroides puede extenderse a otras partes del cuerpo, como el hígado, los pulmones o los huesos.
Si experimenta alguno de los síntomas mencionados o tiene factores de riesgo para el melanoma de coroides, es fundamental que consulte a un oftalmólogo para una evaluación exhaustiva.
Diagnóstico del melanoma de coroides
Un diagnóstico preciso y temprano es esencial para un tratamiento efectivo del melanoma de coroides. El proceso de diagnóstico generalmente incluye una combinación de exámenes oftalmológicos y pruebas de imagenología:
Anamnesis y examen oftalmológico completo: el médico recopilará información sobre el historial médico y realizará un examen ocular completo, que incluye la evaluación de la agudeza visual, la presión intraocular y la motilidad ocular.
Oftalmoscopia: este examen permite al médico visualizar directamente la retina y la coroides en busca de anomalías, como la presencia de un tumor. Se realiza dilatando la pupila para obtener una mejor visualización.
Ecografía ocular: esta técnica utiliza ondas sonoras para crear imágenes del interior del ojo. La ecografía puede ayudar a determinar el tamaño, la forma y la ubicación del tumor, así como a detectar la presencia de líquido subretiniano o extensión extraocular.
Angiografía con fluoresceína (AGF): en este procedimiento, se inyecta un colorante en el torrente sanguíneo y se toman fotografías de la retina y la coroides para evaluar la circulación sanguínea y detectar anomalías vasculares asociadas al tumor.
Tomografía de coherencia óptica (OCT): esta técnica de imagen de alta resolución proporciona imágenes detalladas de las estructuras del ojo, incluyendo la retina, la coroides y el tumor. La OCT puede ayudar a determinar el tamaño y la extensión del tumor, así como a evaluar su impacto en las estructuras circundantes.
Biopsia: en raras ocasiones, se puede realizar una biopsia del tumor para confirmar el diagnóstico. Sin embargo, la biopsia conlleva un riesgo de complicaciones y generalmente se reserva para casos en los que el diagnóstico es incierto.
Tratamientos para el melanoma de coroides
El tratamiento del melanoma de coroides depende de varios factores, incluyendo el tamaño y la ubicación del tumor, la edad y el estado de salud general del paciente, y la presencia de metástasis. Las opciones de tratamiento pueden incluir:
Braquiterapia: este tratamiento implica la colocación de una placa radiactiva cerca del tumor para destruir las células cancerosas. La placa se sutura a la esclera y se deja en su lugar durante un período de tiempo determinado, generalmente varios días.
Terapia con haz de protones: este tratamiento utiliza radiación de alta energía para destruir las células cancerosas. El haz de protones se dirige al tumor desde fuera del cuerpo, minimizando el daño a los tejidos circundantes.
Termoterapia transpupilar (TTT): este procedimiento utiliza calor para destruir las células tumorales. Se aplica un láser infrarrojo a la superficie del tumor, elevando su temperatura y destruyendo las células cancerosas.
Resección local: en algunos casos, se puede extirpar quirúrgicamente el tumor, preservando la mayor parte posible del ojo. Este procedimiento puede implicar la resección de una porción de la coroides y la retina suprayacente.
Enucleación: en casos avanzados o cuando otras opciones de tratamiento no son factibles, puede ser necesaria la extirpación del ojo. La enucleación se considera cuando el tumor es demasiado grande, ha causado complicaciones graves o se ha extendido fuera del ojo.
En HM Hospitales, un equipo multidisciplinario de profesionales sanitarios, incluyendo oftalmólogos, oncólogos radioterápicos y oncólogos médicos, trabajará en conjunto para brindar la mejor atención posible al paciente.
Recuerde que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospecha que tiene melanoma de coroides, consulte con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a sus necesidades.
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