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Oncología

Cáncer de esófago

El cáncer de esófago se sitúa en octavo lugar entre los cánceres más frecuentemente diagnosticados en el mundo.
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¿Qué es el cáncer de esófago?

El esófago, un componente esencial del sistema digestivo, facilita el paso de los alimentos desde la boca hasta el estómago.  El cáncer de esófago se desarrolla cuando las células del esófago, el conducto que transporta los alimentos desde la garganta hasta el estómago, crecen de manera descontrolada. Este crecimiento anormal puede formar un tumor que puede invadir los tejidos circundantes y, eventualmente, propagarse a otras partes del cuerpo (metástasis). El cáncer de esófago puede desarrollarse en cualquier sección del esófago, comprometiendo funciones vitales como la deglución y la digestión, lo que impacta significativamente en la calidad de vida del paciente.

Hombre se toca la garganta

Síntomas del cáncer de esófago

La detección temprana del cáncer de esófago es crucial para un tratamiento efectivo. Sin embargo, los síntomas iniciales suelen ser inespecíficos y pueden confundirse con otras dolencias. A medida que la enfermedad progresa, los síntomas se vuelven más evidentes y alarmantes. Es fundamental prestar atención a cualquier cambio en la función esofágica y buscar atención médica si los síntomas persisten o empeoran. Algunos de los síntomas más comunes, clasificados por etapas, incluyen:

Síntomas tempranos:

La fase inicial del cáncer de esófago a menudo se caracteriza por síntomas leves que pueden pasar desapercibidos o atribuirse a otras afecciones. Estos síntomas incluyen:

  • Dificultad para tragar (disfagia), inicialmente con alimentos sólidos y luego, progresivamente, con líquidos.
  • Sensación de obstrucción o presión en el pecho, como si la comida se atascara en el esófago.
  • Pérdida de peso inexplicable, a menudo acompañada de fatiga y debilidad.
  • Dolor o ardor en el pecho, similar a la acidez estomacal, pero más persistente e intenso.
  • Indigestión o acidez estomacal frecuente, que no responde a los antiácidos convencionales.
  • Tos persistente o ronquera, que puede indicar la irritación o compresión de las vías respiratorias.

Síntomas tardíos:

A medida que el cáncer de esófago avanza, los síntomas se intensifican y se vuelven más debilitantes. Estos síntomas incluyen:

  • Vómitos, a menudo con sangre o con aspecto de posos de café (hematemesis).
  • Dolor agudo al tragar (odinofagia), que dificulta la ingesta de alimentos y líquidos.
  • Sangrado en el esófago (hematemesis), que puede manifestarse como vómitos con sangre o heces oscuras y alquitranadas (melenas).
  • Heces negras o con sangre (melenas), un signo de sangrado en el tracto digestivo superior.
  • Dolor de huesos, que puede indicar la presencia de metástasis óseas.
  • Dificultad para respirar (disnea), que puede ser causada por la compresión de la tráquea o la presencia de metástasis pulmonares.

Clasificación del cáncer de esófago

El cáncer de esófago se clasifica en diferentes tipos según el origen celular del tumor. Esta clasificación es fundamental para determinar el tratamiento más adecuado y el pronóstico de la enfermedad. Los dos tipos principales son:

  • Carcinoma de células escamosas: este tipo se origina en las células planas que recubren la superficie interna del esófago. Aunque anteriormente era el tipo más común, su incidencia ha disminuido en las últimas décadas.
  • Adenocarcinoma: este tipo se desarrolla a partir de las células glandulares presentes en el esófago, que son responsables de la producción de moco. Su incidencia ha aumentado considerablemente en los países occidentales y está frecuentemente asociado al esófago de Barrett, una condición precancerosa.

Causas del cáncer de esófago

A pesar de los avances en la investigación, las causas precisas del cáncer de esófago aún no se comprenden completamente. Se cree que la interacción compleja entre factores genéticos y ambientales desempeña un papel crucial en el desarrollo de la enfermedad. El daño repetido y crónico al revestimiento del esófago, como el causado por el reflujo ácido, el consumo excesivo de alcohol y tabaco, y la exposición a ciertas sustancias químicas, puede provocar alteraciones genéticas que predisponen al cáncer. 

Factores de riesgo del cáncer de esófago

Existen diversos factores que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de esófago. Conocer estos factores de riesgo es esencial para la prevención y la detección temprana. Algunos de los factores de riesgo más relevantes son: 

  • Tabaquismo: el consumo de tabaco ya sea fumado o masticado, es uno de los principales factores de riesgo para el cáncer de esófago.
  • Consumo excesivo de alcohol: el consumo regular y excesivo de alcohol aumenta significativamente el riesgo de cáncer de esófago.
  • Reflujo gastroesofágico crónico (ERGE): el ERGE, una afección en la que el ácido del estómago regresa al esófago, puede dañar el revestimiento del esófago y aumentar el riesgo de esófago de Barrett y adenocarcinoma.
  • Esófago de Barrett: el esófago de Barrett es una afección precancerosa en la que el revestimiento del esófago se transforma en un tejido similar al del intestino. Aumenta significativamente el riesgo de adenocarcinoma.

Complicaciones del cáncer de esófago

El cáncer de esófago, si no se detecta y trata a tiempo, puede dar lugar a diversas complicaciones que afectan la salud y la calidad de vida del paciente. Estas complicaciones pueden ser el resultado del crecimiento del tumor, la invasión de tejidos circundantes o la diseminación del cáncer a otras partes del cuerpo. Es esencial estar atento a los síntomas y buscar atención médica si se sospecha la presencia de la enfermedad. Algunas de las complicaciones más frecuentes del cáncer de esófago incluyen:

  • Dificultad para tragar (disfagia): el crecimiento del tumor en el esófago puede obstruir el paso de los alimentos, causando dificultad para tragar. Esta disfagia puede progresar desde la dificultad para tragar alimentos sólidos hasta la incapacidad para tragar líquidos.
  • Pérdida de peso: la disfagia y la disminución del apetito pueden provocar una pérdida de peso significativa, lo que debilita al paciente y dificulta su recuperación.
  • Dolor: el cáncer de esófago puede causar dolor en el pecho, la espalda o el abdomen. El dolor puede ser constante o intermitente y puede variar en intensidad.
  • Sangrado: el tumor puede erosionar los vasos sanguíneos del esófago, causando sangrado. El sangrado puede ser leve o masivo y puede manifestarse como vómitos con sangre (hematemesis) o heces oscuras y alquitranadas (melenas).
  • Obstrucción esofágica: en casos avanzados, el tumor puede obstruir completamente el esófago, impidiendo el paso de alimentos y líquidos. Esta obstrucción requiere intervención médica urgente.
  • Fístula traqueoesofágica: el cáncer puede crear una conexión anormal entre el esófago y la tráquea (fístula), lo que permite que los alimentos y líquidos pasen a las vías respiratorias, causando neumonía por aspiración.
  • Metástasis: la metástasis, la propagación del cáncer a otros órganos, es una complicación grave del cáncer de esófago. Los sitios más comunes de metástasis son los pulmones, el hígado y los huesos.

Diagnóstico del cáncer de esófago

El diagnóstico preciso y oportuno del cáncer de esófago es fundamental para determinar el estadio de la enfermedad y planificar el tratamiento más adecuado. El proceso de diagnóstico generalmente comienza con una evaluación clínica completa, que incluye una revisión detallada del historial médico del paciente y un examen físico. Posteriormente, se realizan diversas pruebas diagnósticas para confirmar la presencia del cáncer y evaluar su extensión. Estas pruebas incluyen:

  • Endoscopia digestiva alta (esofagogastroduodenoscopia): esta prueba consiste en la introducción de un tubo delgado y flexible, equipado con una cámara, a través de la boca hasta el esófago, el estómago y el duodeno. Permite visualizar directamente el revestimiento del esófago y tomar muestras de tejido (biopsias) para su análisis.
  • Biopsia: consiste en la extracción de una pequeña muestra de tejido del esófago para su examen microscópico. El análisis de la biopsia por un patólogo confirma el diagnóstico de cáncer, determina el tipo de cáncer (carcinoma epidermoide o adenocarcinoma) y su grado de diferenciación.
  • Tomografía computarizada (TC): utiliza rayos X para crear imágenes detalladas del esófago, los pulmones, el hígado y otros órganos abdominales. Ayuda a determinar la extensión del cáncer, la presencia de ganglios linfáticos afectados y la posible diseminación a otros órganos (metástasis).
  • Tomografía por emisión de positrones (PET):  utiliza una pequeña cantidad de material radiactivo para detectar áreas de actividad metabólica elevada en el cuerpo. Es útil para identificar la presencia de cáncer y evaluar su extensión, especialmente en casos de metástasis.
  • Ecografía endoscópica (USE): combina la endoscopia con la ecografía para obtener imágenes detalladas de la pared del esófago y los tejidos circundantes. Permite evaluar la profundidad de la invasión del tumor y la afectación de los ganglios linfáticos cercanos.
  • Estudios de deglución con bario (esofagograma): en esta prueba, el paciente ingiere una sustancia de contraste (bario) que recubre el esófago. Se toman radiografías para visualizar el paso del bario a través del esófago, lo que ayuda a detectar obstrucciones o estrechamientos causados por el tumor.

Tratamiento del cáncer de esófago

El tratamiento del cáncer de esófago se adapta a cada paciente, considerando el tipo y estadio del cáncer, la salud general y las preferencias individuales. El objetivo principal es la curación, especialmente en etapas tempranas, pero en estadios avanzados, el enfoque se centra en paliar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Cirugía (esofagectomía): es a menudo el tratamiento principal para el cáncer de esófago en etapas tempranas y, en algunos casos, en etapas más avanzadas. La esofagectomía implica la extirpación de una parte o la totalidad del esófago. Las técnicas quirúrgicas varían, incluyendo la esofagectomía transhiatal (a través del diafragma) y la transtorácica (a través del tórax). En HM Hospitales, se aplican técnicas pioneras para la resección de tumores precoces de esófago. Después de la extirpación del esófago, se reconstruye el tracto digestivo utilizando una parte del estómago o del intestino grueso para permitir que el paciente pueda tragar.
  • Radioterapia: utiliza radiación para destruir las células tumorales. Puede utilizarse sola o en combinación con quimioterapia, ya sea antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor (radioterapia neoadyuvante) o después de la cirugía para eliminar las células cancerosas restantes (radioterapia adyuvante). La radioterapia también puede utilizarse para aliviar los síntomas en casos de cáncer avanzado o irresecable. En HM CIOCC, se emplean técnicas avanzadas de radioterapia para el cáncer de esófago, incluyendo radioterapia de intensidad modulada (IMRT), radioterapia guiada por imagen (IGRT) y radioterapia estereotáctica corporal (SBRT), que permiten una mayor precisión en la administración de la radiación, minimizando el daño a los tejidos sanos circundantes.
  • Quimioterapia: utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas o detener su crecimiento. Al igual que la radioterapia, la quimioterapia puede utilizarse sola o en combinación con otros tratamientos, como la cirugía o la radioterapia. La quimioterapia neoadyuvante se administra antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor y facilitar su extirpación, mientras que la quimioterapia adyuvante se administra después de la cirugía para destruir las células cancerosas restantes y reducir el riesgo de recurrencia. En casos de cáncer avanzado, la quimioterapia puede utilizarse para controlar el crecimiento del tumor y aliviar los síntomas.
  • Terapia dirigida: utiliza medicamentos que se dirigen a proteínas específicas en las células cancerosas, bloqueando su crecimiento, propagación y minimizando el daño a las células sanas. La terapia dirigida se utiliza a menudo en combinación con quimioterapia y puede ser una opción para pacientes con cáncer avanzado o recurrente.
  • Inmunoterapia: ayuda al sistema inmunitario del cuerpo a reconocer y destruir las células cancerosas. Existen diferentes tipos de inmunoterapia, como los inhibidores de puntos de control inmunitarios, que bloquean las proteínas que normalmente impiden que el sistema inmunitario ataque las células cancerosas. Puede utilizarse sola o en combinación con otros tratamientos y puede ser una opción para pacientes con cáncer avanzado o recurrente.
  • Tratamiento paliativo: el tratamiento paliativo se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida en pacientes con cáncer avanzado o metastásico. Puede incluir radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida, inmunoterapia o procedimientos para aliviar la obstrucción esofágica.

El tratamiento del cáncer de esófago a menudo requiere un enfoque multidisciplinar, con la participación de diversos profesionales de la salud para brindar una atención integral. 

Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes cáncer de esófago, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.

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