El cáncer de cuello de cérvix o también conocido como cáncer cervical o de cuello de útero, es una enfermedad grave que afecta a mujeres en todo el mundo. Aunque la incidencia ha disminuido en países con programas de cribado efectivos, sigue siendo una preocupación importante para la salud pública.
El cáncer de cérvix se produce cuando las células del cuello uterino crecen de manera anormal e invaden otros tejidos y órganos del cuerpo. Este crecimiento descontrolado suele ser lento y comienza con una lesión precancerosa denominada neoplasia intraepitelial cervical (NIC). Si bien el cáncer de cuello uterino afecta principalmente a mujeres sexualmente activas, es importante destacar que no todas las mujeres sexualmente activas desarrollarán la enfermedad.
La detección temprana del cáncer de cérvix es fundamental para aumentar las posibilidades de éxito del tratamiento.
Síntomas del cáncer de cérvix
Los síntomas del cáncer de cérvix pueden variar dependiendo de la etapa de la enfermedad. En las etapas iniciales, a menudo no hay síntomas perceptibles, lo que resalta la importancia de las pruebas de detección regulares. Sin embargo, a medida que el cáncer progresa, pueden aparecer los siguientes síntomas:
Tempranos:
un síntoma temprano más común es el sangrado vaginal anormal. Esto puede incluir sangrado entre periodos, después del sexo o después de la menopausia. También puede haber un flujo vaginal inusual, que puede ser acuoso, sanguinolento o tener un olor desagradable.
Tardíos:
a medida que el cáncer avanza, los síntomas pueden volverse más severos. Estos pueden incluir dolor pélvico persistente, dolor durante las relaciones sexuales, sangrado vaginal abundante, pérdida de peso inexplicable y fatiga persistente.
Es crucial recordar que estos síntomas pueden ser causados por otras afecciones benignas. Si experimenta alguno de estos síntomas, es esencial consultar a un médico para un diagnóstico preciso.
Clasificación del cáncer de cérvix
El cáncer de cuello de útero se clasifica de dos maneras principales: según el tipo de célula donde se origina y según la extensión del tumor. Comprender ambos sistemas de clasificación es esencial para determinar el mejor curso de tratamiento.
Según el tipo de célula:
Carcinoma de células escamosas: es el tipo más común de cáncer de cuello de útero, representando aproximadamente el 80-90% de los casos. Se origina en las células escamosas, que son células delgadas y planas que recubren la superficie externa del cuello uterino.
Adenocarcinoma: se origina en las células glandulares que producen moco en el canal cervical. Representa aproximadamente el 10-20% de los casos de cáncer de cuello de útero.
Otros tipos: existen otros tipos de cáncer de cuello de útero menos comunes, como el carcinoma adenoescamoso, el carcinoma de células pequeñas y el sarcoma.
Según la extensión del tumor (estadificación):
El sistema de estadificación más común para el cáncer de cuello de útero es el sistema TNM, que evalúa el tamaño del tumor (T), la afectación de los ganglios linfáticos (N) y la presencia de metástasis (M). La estadificación va desde el estadio 0 (carcinoma in situ) hasta el estadio IV (cáncer que se ha extendido a órganos distantes). La estadificación es crucial para determinar el pronóstico y el plan de tratamiento.
Causas del cáncer de cérvix
La principal causa del cáncer de cuello de útero es la infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH) de alto riesgo. El VPH es un virus común que se transmite por contacto sexual. Existen muchos tipos de VPH, y algunos de ellos, conocidos como VPH de alto riesgo, están asociados con un mayor riesgo de cáncer de cuello de útero. Aunque la mayoría de las infecciones por VPH se resuelven por sí solas, las infecciones persistentes por VPH de alto riesgo pueden provocar cambios celulares que, con el tiempo, pueden derivar en cáncer.
Además de la infección por VPH, existen otros factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de cérvix:
El inicio temprano de la actividad sexual aumenta la probabilidad de exposición al VPH.
Tener múltiples parejas sexuales aumenta el riesgo de contraer VPH.
El tabaquismo debilita el sistema inmunitario y aumenta la vulnerabilidad a las infecciones por VPH.
Un sistema inmunitario debilitado dificulta la lucha contra las infecciones por el VPH.
El uso prolongado de anticonceptivos orales puede aumentar ligeramente el riesgo de cáncer de cuello de útero.
Tener antecedentes familiares de cáncer de cuello de útero puede indicar una predisposición genética.
La infección por VIH debilita el sistema inmunitario y aumenta el riesgo de infecciones por VPH persistentes.
Tener otras infecciones de transmisión sexual puede aumentar la susceptibilidad al VPH.
Complicaciones del cáncer de cérvix
El cáncer de cuello de útero, si no se trata, puede provocar una serie de complicaciones que afectan la salud y la calidad de vida:
Metástasis: el cáncer puede extenderse a otros órganos, como los ganglios linfáticos, los pulmones, el hígado o los huesos.
Obstrucción de los uréteres: el crecimiento del tumor puede obstruir los uréteres, los conductos que llevan la orina desde los riñones a la vejiga, lo que puede causar problemas renales.
Dolor crónico: el cáncer de cuello de útero puede causar dolor crónico en la pelvis, la espalda o las piernas. El dolor puede ser leve o severo y puede interferir con las actividades diarias.
Sangrado vaginal severo: el sangrado vaginal abundante puede provocar anemia, una afección en la que la sangre no tiene suficientes glóbulos rojos sanos. La anemia puede causar fatiga, debilidad y dificultad para respirar.
Problemas renales: la obstrucción de los uréteres puede causar daño e insuficiencia renales. La insuficiencia renal puede requerir diálisis o un trasplante de riñón.
Fístulas: en casos avanzados, pueden formarse fístulas, conexiones anormales entre órganos, como la vejiga y la vagina. Las fístulas pueden causar infecciones y otros problemas de salud.
Infertilidad: algunos tratamientos para el cáncer de cuello de útero, como la histerectomía (extirpación del útero) o la traquelectomía radical, pueden causar infertilidad. La radioterapia también puede afectar la fertilidad. Es importante hablar con su médico sobre las posibles implicaciones para la fertilidad antes de comenzar el tratamiento.
Es crucial buscar atención médica si se sospecha la enfermedad. La detección temprana y el tratamiento oportuno son fundamentales para mejorar el pronóstico.
Diagnóstico del cáncer de cérvix
El diagnóstico del cáncer de cérvix implica una serie de pruebas y procedimientos que permiten a los médicos evaluar la presencia y la extensión de la enfermedad:
Citología vaginal (Prueba de Papanicolaou o Pap): esta prueba consiste en la recolección de células del cuello uterino para examinarlas al microscopio en busca de células anormales. En HM Hospitales, se utilizan técnicas avanzadas de citología líquida, que ofrecen una mayor precisión en la detección de células anormales.
Prueba del VPH: esta prueba detecta la presencia del virus del papiloma humano (VPH) en las células del cuello uterino. Es especialmente útil para identificar infecciones por VPH de alto riesgo, que están asociadas con un mayor riesgo de cáncer de cuello de útero.
Colposcopia: es un examen visual del cuello uterino con un instrumento con aumento llamado colposcopio. Permite al médico visualizar áreas anormales en el cuello uterino con mayor detalle. Durante la colposcopia, se puede realizar una biopsia si se observan áreas sospechosas. HM Hospitales cuenta con equipos de colposcopia de última generación para un diagnóstico preciso.
Biopsia: consiste en la extracción de una pequeña muestra de tejido del cuello uterino para examinar al microscopio. Es la única forma de confirmar el diagnóstico de cáncer de cuello de útero. Existen diferentes tipos de biopsias, como la biopsia por punción, la biopsia en sacabocados y la conización.
Conización: es un procedimiento quirúrgico para extraer una porción cónica de tejido del cuello uterino. Puede ser diagnóstico (para obtener una muestra de tejido más grande para la biopsia) o terapéutico (para extirpar el tejido anormal).
Estudios de imagen (Resonancia magnética nuclear – RMN, Tomografía computarizada – TAC, Tomografía por emisión de positrones – PET): estos estudios de imagen se utilizan para determinar la extensión del cáncer, si se ha propagado a los ganglios linfáticos u otros órganos. HM Hospitales ofrece servicios de diagnóstico por imagen de alta calidad, incluyendo RMN, TAC y PET, para una evaluación precisa de la extensión del cáncer.
Tratamientos para el cáncer de cérvix
El tratamiento del cáncer de cérvix se individualiza según el estadio del cáncer, la salud general de la paciente y sus preferencias. Las opciones de tratamiento incluyen:
Cirugía: puede implicar la extirpación de una porción del cuello uterino (conización), la extirpación del útero (histerectomía), o la extirpación del cuello uterino y parte superior de la vagina (traquelectomía). La elección del procedimiento quirúrgico depende del estadio del cáncer y del deseo de la paciente de preservar su fertilidad. HM Hospitales cuenta con cirujanos expertos en cirugía ginecológica, incluyendo la cirugía robótica, que ofrece una mayor precisión y un menor tiempo de recuperación.
Radioterapia: utiliza radiación de alta energía para destruir las células cancerosas. Puede administrarse externamente, mediante un aparato que dirige la radiación al tumor, o internamente, mediante la colocación de pequeños implantes radiactivos cerca del tumor (braquiterapia). La radioterapia puede utilizarse sola o en combinación con la quimioterapia.
Quimioterapia: emplea medicamentos para destruir las células cancerosas. A menudo se administra en combinación con la radioterapia para mejorar la eficacia del tratamiento. Los medicamentos de quimioterapia pueden administrarse por vía intravenosa o por vía oral.
Terapia dirigida: utiliza medicamentos que se dirigen a características específicas de las células cancerosas, bloqueando su crecimiento y propagación. Estos medicamentos son más específicos que la quimioterapia tradicional y pueden tener menos efectos secundarios.
Inmunoterapia: ayuda al sistema inmunitario del cuerpo a combatir el cáncer. Puede utilizarse en combinación con otros tratamientos para mejorar los resultados. La inmunoterapia está en constante evolución, y se están desarrollando nuevos medicamentos y enfoques.
El tratamiento del cáncer de cérvix a menudo implica un enfoque multidisciplinar, en el que participan ginecólogos, oncólogos, radioterapeutas y otros especialistas. Este enfoque garantiza que la paciente reciba un plan de tratamiento integral y personalizado.
Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes cáncer de cérvix, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.
Nuestros médicos
Consulta y pide cita con los profesionales de esta especialidad