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Cardiología

Aneurismas

Su incidencia varía según el tipo y la localización, y la detección temprana es crucial para prevenir complicaciones graves.
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¿Qué es un aneurisma?

Un aneurisma es una dilatación anormal de una arteria, un vaso sanguíneo que transporta sangre rica en oxígeno desde el corazón al resto del cuerpo. Esta dilatación, cuando su tamaño supera en más del 50% al diámetro regular del vaso sanguíneo, puede debilitar la pared arterial y aumentar el riesgo de ruptura, lo que puede provocar una hemorragia interna potencialmente mortal. Los aneurismas pueden ocurrir en cualquier arteria del cuerpo, pero son más comunes en la aorta, la arteria principal que sale del corazón. También pueden ocurrir en el cerebro, las piernas, el intestino y el bazo.

Aneurisma, dilatación anormal de una arteria

Síntomas de un aneurisma

La mayoría de los aneurismas no causan síntomas, especialmente en las etapas iniciales. A menudo se descubren incidentalmente durante pruebas de imagen realizadas por otras razones. Sin embargo, a medida que el aneurisma crece, puede comenzar a presionar sobre los tejidos y órganos circundantes, lo que puede causar síntomas. Los síntomas de un aneurisma varían según su ubicación y tamaño.

Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Dolor: dolor pulsátil o constante en el área del aneurisma.
  • Masa pulsátil: se puede palpar una masa pulsátil en el abdomen o en otra área del cuerpo.

Si un aneurisma se rompe, puede causar síntomas repentinos y graves, como:

  • Dolor intenso y repentino: especialmente en el abdomen, la espalda o el pecho.
  • Náuseas y vómitos.
  • Mareos o desmayos.
  • Presión arterial baja.
  • Frecuencia cardíaca rápida.
  • Dificultad para respirar.
  • Pérdida del conocimiento.

 

Causas de un aneurisma

Un aneurisma podría originarse debido a varios factores que provocan la alteración de los elementos estructurales (proteínas) de la pared aórtica, los cuales están ordenados de manera precisa para brindar soporte y estabilidad a la misma. Sin embargo, la causa precisa aún no se ha determinado completamente. Varios factores pueden contribuir a su desarrollo, incluyendo:

  • Aterosclerosis: la acumulación de placa en las paredes arteriales puede debilitarlas y hacerlas más propensas a la formación de aneurismas.
  • Hipertensión arterial: la presión arterial alta ejerce una presión adicional sobre las paredes arteriales, lo que puede debilitarlas con el tiempo.
  • Tabaquismo: el tabaco daña las paredes arteriales y aumenta el riesgo de aterosclerosis.
  • Antecedentes familiares de aneurismas: tener un familiar cercano con un aneurisma aumenta el riesgo.
  • Traumatismo: una lesión en una arteria puede causar un aneurisma.
  • Infecciones: algunas infecciones pueden debilitar las paredes arteriales.

Factores de riesgo de un aneurisma

Comprender los factores de riesgo asociados con los aneurismas es crucial para la prevención y la detección temprana. Estos factores, que pueden ser modificables o no modificables, aumentan la probabilidad de desarrollar un aneurisma. Estos incluyen los mencionados anteriormente en las causas, así como:

  • Edad: el riesgo de aneurismas aumenta con la edad.
  • Sexo: los hombres tienen un mayor riesgo de aneurismas que las mujeres.
  • Etnia: las personas de ascendencia europea tienen un mayor riesgo de aneurismas aórticos abdominales.
  • Antecedentes familiares de aneurismas.

Tipos de aneurismas

Existen diferentes tipos de aneurismas, clasificados según su forma, tamaño, ubicación y la capa de la pared del vaso sanguíneo afectada. Esta clasificación ayuda a los médicos a determinar el mejor curso de tratamiento. Los tipos más comunes incluyen:

  • Aneurisma aórtico abdominal: es el tipo más común de aneurisma. Ocurre en la parte de la aorta que atraviesa el abdomen.
  • Aneurisma aórtico torácico: ocurre en la parte de la aorta que atraviesa el pecho.
  • Aneurisma cerebral: ocurre en una arteria del cerebro.
  • Aneurisma poplíteo: ocurre en la arteria detrás de la rodilla.
  • Aneurisma mesentérico: ocurre en la arteria que irriga el intestino.
  • Aneurisma esplénico: ocurre en la arteria que irriga el bazo.

Aneurisma de aorta abdominal

El 80% de todos los aneurismas son de aorta abdominal, que afectan principalmente a individuos mayores de 60 años, siendo más comunes en hombres y fumadores.  

El aneurisma de aorta abdominal se produce en la parte de la aorta que atraviesa el abdomen. Al igual que otros aneurismas, los aneurismas de aorta abdominal a menudo no causan síntomas, especialmente en las etapas iniciales. Sin embargo, a medida que el aneurisma crece, puede causar dolor abdominal o en la espalda, una sensación pulsátil en el abdomen, o una masa palpable en el abdomen. La ruptura de un aneurisma de aorta abdominal es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato.

Complicaciones de un aneurisma

La complicación más grave de un aneurisma es la ruptura, que puede causar una hemorragia interna masiva y potencialmente mortal. Otras complicaciones pueden incluir:

  • Embolias: se pueden formar coágulos sanguíneos dentro del aneurisma, que pueden desprenderse y bloquear el flujo sanguíneo a otras partes del cuerpo.
  • Dolor crónico: algunos aneurismas pueden causar dolor crónico, incluso si no se rompen.

El manejo de los aneurismas cerebrales requiere un enfoque multidisciplinario en el que intervienen especialistas en radiología intervencionista, neurología y neurocirugía para su tratamiento conjunto. Los aneurismas en otras partes del cuerpo son abordados por el cirujano vascular, quien se encargará de ofrecer una atención personalizada.

Diagnóstico de un aneurisma

El diagnóstico de un aneurisma a menudo comienza con un examen físico y una revisión del historial médico del paciente. Las pruebas de diagnóstico por imágenes son esenciales para confirmar la presencia y determinar las características del aneurisma. Dependiendo de la localización del aneurisma estas pruebas pueden incluir:

  • Ecografía: utiliza ondas sonoras para crear imágenes de las arterias. Es una prueba no invasiva y relativamente económica. Se emplea para observar el funcionamiento de los órganos internos y para evaluar el flujo sanguíneo a través de distintos vasos.
  • Angiografía por tomografía computarizada (angio-TC): proporciona imágenes detalladas de los vasos sanguíneos mediante rayos X y un medio de contraste. Esta prueba permite visualizar la forma, el tamaño y la ubicación del aneurisma con precisión.
  • Angiografía por resonancia magnética (angio-RM): similar a la angio-TC, pero utiliza ondas magnéticas en lugar de rayos X. Es especialmente útil para visualizar aneurismas cerebrales y en pacientes con alergia al medio de contraste yodado.

Tratamiento de un aneurisma

El tratamiento de un aneurisma depende de su ubicación, tamaño, forma y la presencia de síntomas. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Seguimiento regular o vigilancia: si el aneurisma es pequeño y no causa síntomas, se puede recomendar un seguimiento regular con pruebas de imagen (ecografías) para controlar su crecimiento. Estas pruebas supervisarán el tamaño y velocidad de crecimiento del aneurisma cada 6 a 12 meses.
  • Cambios en el estilo de vida: adoptar hábitos saludables, como dejar de fumar, controlar la presión arterial, seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente, es fundamental para reducir el riesgo de crecimiento y ruptura del aneurisma.
  • Tratamiento quirúrgico: cuando un aneurisma alcanza un tamaño determinado o presenta crecimiento rápido, generalmente es necesario algún tipo de cirugía para prevenir que se rompa se pueden realizar los siguientes tipos de intervenciones.
    • Reparación quirúrgica convencional: implica una intervención mayor donde un cirujano accede a la arteria afectada, extrae el aneurisma y lo reemplaza con un tubo sintético. Al extirpar el aneurisma, se elimina el riesgo de ruptura. Esta cirugía requiere anestesia general, hospitalización y varios meses para la recuperación completa del paciente. Sin embargo, necesita menos controles posteriores y la probabilidad de una nueva intervención es menor. Además, es la única opción en la mayoría de los casos.
    • Reparación endovascular: esta cirugía es mínimamente invasiva y generalmente solo requiere anestesia local o regional. Consiste en insertar una endoprótesis para reforzar la pared arterial, a través de una pequeña punción o incisión. La endoprótesis se coloca con gran precisión en el lugar exacto para aislar el aneurisma. El tiempo de hospitalización y la recuperación postoperatoria son significativamente menores que en la cirugía convencional.

Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes un aneurisma, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.

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