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Endocrinología

Adenoma de la hipófisis

Los adenomas representan la mayoría de las neoplasias que afectan a la hipófisis, con una incidencia global aproximada del 17%.
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¿Qué es el adenoma de la hipófisis?

Un adenoma hipofisario es un tumor, generalmente benigno, que se desarrolla en la glándula pituitaria, una pequeña glándula del tamaño de un guisante ubicada en la base del cerebro, debajo del hipotálamo. La hipófisis es fundamental para el sistema endocrino, ya que produce hormonas que regulan diversas funciones corporales, como el crecimiento, el metabolismo y la reproducción. Si bien la mayoría de los adenomas son benignos, pueden afectar la producción hormonal, causando una variedad de síntomas y problemas de salud.

Hombre sujeta dibujo de un cerebro para explicar adenoma de la hipofisis
Síntomas del adenoma de la hipófisis

Los síntomas de un adenoma hipofisario varían según el tipo de adenoma y las hormonas que produce. Algunos adenomas, llamados «no funcionantes», no producen un exceso de hormonas y pueden ser asintomáticos, especialmente si son pequeños. Sin embargo, a medida que crecen, pueden causar síntomas por la presión que ejercen sobre las estructuras cercanas, como el nervio óptico. Otros adenomas, llamados «funcionantes», producen un exceso de una hormona específica, lo que lleva a síntomas relacionados con esa hormona.

Síntomas por presión del tumor:

  • Dolores de cabeza.
  • Problemas de visión, como visión doble o pérdida de visión periférica.

Síntomas hormonales (adenomas funcionantes):

  • Prolactinoma (exceso de prolactina): secreción anormal de leche materna (galactorrea), alteraciones menstruales en mujeres, disfunción eréctil e infertilidad en hombres.
  • Adenoma productor de hormona del crecimiento (exceso de hormona del crecimiento): acromegalia (crecimiento excesivo de manos, pies y rasgos faciales) en adultos, gigantismo en niños.
  • Adenoma productor de ACTH (exceso de ACTH): enfermedad de Cushing (aumento de peso, cara redonda, estrías en la piel).
  • Adenoma productor de TSH (exceso de TSH): hipertiroidismo (nerviosismo, pérdida de peso, palpitaciones).

La gravedad y la presentación de los síntomas pueden variar significativamente de una persona a otra.

Clasificación del adenoma de la hipófisis

La clasificación de los adenomas hipofisarios es esencial para guiar el tratamiento y el pronóstico. Se basa en varios factores, incluyendo la producción hormonal, el tamaño y la invasión de estructuras adyacentes. En base a su funcionalidad, los adenomas hipofisarios se clasifican principalmente en:

  • Adenomas funcionantes (secretores): estos adenomas se caracterizan por la secreción excesiva de una hormona específica. Su clasificación se basa en la hormona predominante que producen:
    • Prolactinomas: secretan prolactina, la hormona responsable de la producción de leche materna.
    • Adenomas secretores de hormona del crecimiento (GH): secretan hormona del crecimiento, que regula el crecimiento y el metabolismo.
    • Adenomas secretores de hormona adrenocorticotrópica (ACTH): secretan ACTH, que estimula la producción de cortisol en las glándulas suprarrenales.
    • Adenomas secretores de hormona estimulante de la tiroides (TSH): secretan TSH, que regula la función de la glándula tiroides.
    • Adenomas secretores de gonadotropinas (LH y FSH): secretan hormona luteinizante (LH) y hormona foliculoestimulante (FSH), que regulan la función reproductiva.
  • Adenomas no funcionantes (no secretores): estos adenomas no producen un exceso de hormonas y a menudo se diagnostican en etapas más avanzadas debido a la ausencia de síntomas hormonales específicos.

Causas del adenoma de la hipófisis

Las causas exactas de los adenomas hipofisarios no se conocen completamente. La mayoría de los adenomas hipofisarios son esporádicos, lo que significa que ocurren al azar y no se heredan. Sin embargo, se han identificado mutaciones genéticas en algunos genes, como el GNAS y el AIP, que pueden estar implicadas en el desarrollo de estos tumores. En casos raros, los adenomas hipofisarios pueden formar parte de síndromes genéticos hereditarios, como la neoplasia endocrina múltiple tipo 1 (MEN1) y el complejo de Carney. Estos síndromes se caracterizan por el desarrollo de tumores en múltiples glándulas endocrinas.

Factores de riesgo del adenoma de la hipófisis

No se han identificado factores de riesgo ambientales o de estilo de vida específicos para los adenomas hipofisarios. La investigación continúa explorando la influencia de la genética.

Complicaciones del adenoma de la hipófisis

Si no se tratan, los adenomas hipofisarios pueden causar complicaciones como:

  • Pérdida de visión: la presión sobre el nervio óptico puede llevar a la ceguera.
  • Alteraciones hormonales graves: los desequilibrios hormonales pueden afectar la salud en general.
  • Apoplejía hipofisaria: una hemorragia en el adenoma puede ser una emergencia médica.

Es fundamental buscar atención médica si se sospecha un adenoma hipofisario.

Diagnóstico del adenoma de la hipófisis

El diagnóstico del adenoma hipofisario requiere una evaluación exhaustiva que incluye:

  • Anamnesis y examen físico: el médico recopilará información detallada sobre los síntomas del paciente y realizará un examen físico para buscar signos de alteraciones hormonales o neurológicas.
  • Análisis de sangre: las pruebas hormonales son esenciales para determinar el tipo de adenoma y evaluar la función hipofisaria. Se pueden realizar pruebas de estimulación o supresión hormonal para evaluar la respuesta de la hipófisis a diferentes estímulos. Algunos ejemplos incluyen la medición de los niveles de prolactina en sangre en el prolactinoma, la medición de los niveles de GH e IGF-1 en el adenoma secretor de GH, la medición de los niveles de ACTH y cortisol en el adenoma secretor de ACTH, la medición de los niveles de TSH y hormonas tiroideas (T3 y T4) en el adenoma secretor de TSH o la medición de los niveles de LH, FSH, estradiol (en mujeres) y testosterona (en hombres) para el adenoma secretor de gonadotropinas. 
  • Pruebas de imagen: la resonancia magnética (RM) de la hipófisis con contraste gadolinio es la prueba de imagen de elección para visualizar la glándula hipófisis y detectar la presencia de un adenoma. La RM permite evaluar el tamaño, la ubicación y la extensión del tumor, así como la invasión de estructuras adyacentes. En HM Hospitales, disponemos de tecnología de RM avanzada, incluyendo la RM de alto campo (3 Tesla), que proporciona imágenes de alta resolución para una evaluación más precisa. Además, se pueden utilizar técnicas de imagen funcionales, como la RM funcional (fMRI) y la espectroscopia por RM, para evaluar la actividad metabólica del tumor y obtener información adicional sobre su naturaleza. La tomografía computarizada (TC) se puede utilizar en casos seleccionados, especialmente si la RM está contraindicada o no está disponible.
  • Pruebas de campo visual: la campimetría computarizada es una prueba que evalúa el campo visual del paciente y detecta cualquier defecto causado por la compresión del nervio óptico.

Tratamiento del adenoma de la hipófisis

El tratamiento del adenoma hipofisario se adapta a cada paciente, considerando el tipo de adenoma, su tamaño, la presencia de síntomas y la salud general del paciente. Las principales opciones de tratamiento incluyen cirugía, medicamentos, radioterapia y terapia de protones.

  • Medicamentos: el tratamiento farmacológico se utiliza principalmente para los adenomas funcionantes, con el objetivo de controlar la secreción hormonal excesiva y, en algunos casos, reducir el tamaño del tumor. Para los prolactinomas, se utilizan agonistas de la dopamina, como la cabergolina y la bromocriptina, que reducen la producción de prolactina y pueden disminuir el tamaño del tumor. Los posibles efectos secundarios incluyen náuseas, vómitos, mareos y congestión nasal. En el caso de los adenomas secretores de hormona del crecimiento (GH), se emplean análogos de la somatostatina, como la octreotida y la lanreotida, que inhiben la liberación de GH. También se pueden utilizar antagonistas del receptor de GH, como el pegvisomant. Los efectos secundarios de los análogos de la somatostatina pueden incluir diarrea, náuseas, dolor abdominal y cálculos biliares. Para los adenomas secretores de ACTH, se utilizan medicamentos que bloquean la producción de cortisol en las glándulas suprarrenales, como el ketoconazol, el metirapona y el mitotano. Los análogos de la somatostatina también pueden ser útiles en estos casos. Los efectos secundarios varían según el medicamento. Finalmente, para los adenomas secretores de TSH, se utilizan análogos de la somatostatina.
  • Cirugía:  a menudo es el tratamiento de elección para los macroadenomas, adenomas que causan problemas de visión y adenomas que no responden a la medicación. El abordaje quirúrgico más común es la cirugía transesfenoidal, en la cual se accede a la hipófisis a través de la nariz o el seno esfenoidal, evitando una incisión en el cráneo. Dentro de la cirugía transesfenoidal, existen dos técnicas principales: la cirugía endoscópica, que utiliza un endoscopio con una cámara para visualizar y extirpar el tumor, y la cirugía microscópica, que utiliza un microscopio quirúrgico. La cirugía endoscópica ofrece ventajas como una mejor visualización, menor invasividad y una recuperación más rápida. En casos de tumores muy grandes o con extensiones complejas, puede ser necesaria la cirugía craneal abierta, aunque es menos frecuente. 
  • Radioterapia: se utiliza cuando la cirugía no es posible, no es totalmente efectiva o el tumor recurre. Existen diferentes tipos de radioterapia, incluyendo la radioterapia convencional, que utiliza haces externos de radiación, y la radiocirugía estereotáctica, que utiliza haces de radiación altamente enfocados para tratar el tumor con alta precisión en una sola sesión. La elección del tipo de radioterapia depende del tamaño, la ubicación y la extensión del tumor, así como de la salud general del paciente.
  • Terapia de protones: es un tipo avanzado de radioterapia que utiliza haces de protones en lugar de fotones (rayos X). La principal ventaja de la terapia de protones es que deposita la mayor parte de la energía directamente en el tumor, minimizando el daño al tejido sano circundante. Esto es especialmente importante en tumores cercanos a estructuras críticas, como el nervio óptico o el cerebro. La terapia de protones se utiliza en casos seleccionados de adenomas hipofisarios, especialmente en niños o en pacientes con tumores recurrentes que ya han recibido radioterapia convencional.

Un enfoque multidisciplinar, que involucra a endocrinólogos, neurocirujanos y otros especialistas, es esencial para un tratamiento integral y personalizado.

Recuerda que este artículo tiene un fin informativo y no sustituye la valoración médica profesional. Si sospechas que tienes adenoma de la hipófisis, consulta con un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.

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