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¿Cómo tratar la hipertensión y cuidar tu salud cardiovascular?

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La hipertensión, o presión arterial alta, es una condición médica común que afecta a millones de personas adultas en todo el mundo.

Aunque generalmente no presenta síntomas visibles, la hipertensión puede tener consecuencias graves para la salud si no se controla adecuadamente, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal y otros problemas de salud. Sin embargo, existen tratamientos eficaces y medidas que puedes adoptar para manejar la hipertensión y proteger tu salud. En este artículo, te explicamos qué es lo más importante en el tratamiento de la hipertensión, desde los cambios en el estilo de vida hasta la medicación, y cómo puedes mejorar tu salud cardiovascular.

¿Qué es la hipertensión? 

La hipertensión es un aumento continuo de los niveles de presión arterial. Esta se diagnostica cuando la presión arterial sistólica (la presión cuando los ventrículos del corazón se contraen) alcanza o supera los 140 mmHg, o cuando la presión arterial diastólica (la presión cuando los ventrículos del corazón se relajan) es igual o mayor a 90 mmHg. 

La hipertensión arterial es un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares, y su control es fundamental para prevenir complicaciones graves.

Síntomas y diagnóstico de la hipertensión

La hipertensión, definida como una presión arterial de 140/90 mmHg o más, puede ser silenciosa, ya que muchas personas no experimentan síntomas visibles. Esto puede dificultar su detección temprana, lo que hace que las revisiones regulares de sean especialmente importantes a partir de los 40 años. Un diagnóstico temprano es clave para evitar que la hipertensión cause daño en órganos vitales como el corazón, el cerebro o los riñones.

Es importante destacar que estos síntomas no son específicos de la hipertensión y pueden ser causados por otras patologías. Sin embargo, si experimentas alguno de estos síntomas, especialmente si padeces factores de riesgo para la hipertensión, es fundamental que consultes con un médico para medir tu presión arterial:

  • Dolor intenso de cabeza: los dolores de cabeza, especialmente los que se localizan en la parte posterior de la cabeza y son más intensos por la mañana, pueden ser un signo de presión arterial alta.
  • Mareos: la hipertensión puede causar mareos o sensación de vértigo.
  • Visión borrosa: la presión arterial alta puede afectar la visión, causando visión borrosa o manchas en la vista.
  • Sangrado nasal: aunque no es un síntoma común, la presión arterial muy elevada puede causar sangrado nasal.
  • Dificultad para respirar: en algunos casos, la hipertensión puede causar dificultad para respirar, especialmente durante el ejercicio.
  • Palpitaciones: sensación de latidos cardíacos rápidos o irregulares.
  • Pitidos en los oídos (tinnitus): un zumbido o silbido constante en los oídos.
  • Fatiga: cansancio extremo y falta de energía.

La mejor manera de detectar la hipertensión es mediante revisiones regulares con un profesional de la salud para que mida la tensión arterial. Es un proceso rápido e indoloro que también puedes hacer tú mismo con un aparato automático (un tensiómetro). 

Se recomienda que todas las personas mayores de 18 años se midan la presión arterial al menos una vez al año. Si tienes factores de riesgo para la hipertensión, como antecedentes familiares de hipertensión, obesidad, diabetes o tabaquismo, es posible que necesites controles más frecuentes.

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Tratamiento de la hipertensión: aspectos clave para un control efectivo

El tratamiento de la hipertensión arterial es fundamental para reducir el riesgo de complicaciones graves, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal. Un enfoque integral y personalizado, que combina cambios en el estilo de vida y una medicación adecuada, es esencial para lograr un control efectivo de la presión arterial a largo plazo.

El objetivo principal del tratamiento de la hipertensión es reducir la presión arterial a niveles normales. Los objetivos de presión arterial varían según la edad y la presencia de otras condiciones médicas, pero generalmente se busca una presión arterial sistólica inferior a 130 mmHg y una presión arterial diastólica inferior a 80 mmHg. Además de reducir la presión arterial, el tratamiento también busca:

  • Minimizar el riesgo de enfermedades cardiovasculares: la hipertensión es un factor de riesgo importante para enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y otras afecciones cardiovasculares. El control de la presión arterial reduce significativamente este riesgo.
  • Proteger los órganos vitales: la presión arterial alta puede dañar los órganos vitales, como el corazón, los riñones, el cerebro y los ojos. El tratamiento de la hipertensión ayuda a proteger estos órganos del daño a largo plazo.
  • Mejorar la calidad de vida: la hipertensión no controlada puede causar síntomas como dolores de cabeza, mareos y fatiga. El tratamiento puede aliviar estos síntomas, mejorando la calidad de vida.

En muchos casos, se requiere medicación para controlar la presión arterial. Existen diferentes clases de medicamentos antihipertensivos, cada uno con un mecanismo de acción diferente:

  • Diuréticos: los diuréticos como la hidroclorotiazida y la clortalidona ayudan a eliminar el exceso de sodio y agua del cuerpo, lo que reduce el volumen sanguíneo y la presión arterial.
  • Betabloqueantes: los betabloqueantes como el propranolol y el atenolol reducen la frecuencia cardíaca y la fuerza de las contracciones del corazón, lo que disminuye la presión arterial.
  • Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA): los IECA como el enalapril y el lisinopril bloquean la producción de angiotensina II, que estrecha los vasos sanguíneos. Esto ayuda a relajar los vasos sanguíneos y reducir la presión arterial.
  • Antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA II): los ARA II como el losartán y el telmisartán también bloquean la acción de la angiotensina II, pero lo hacen de una manera diferente a los IECA.
  • Bloqueadores de los canales de calcio: los bloqueadores de los canales de calcio como el amlodipino y el felodipino relajan los vasos sanguíneos y reducen la frecuencia cardíaca, lo que disminuye la presión arterial.

El médico elegirá el medicamento o la combinación de medicamentos más adecuada para ti en función de tus necesidades individuales, la gravedad de tu hipertensión y otras condiciones médicas que puedas tener. El monitoreo regular de la presión arterial, tanto en la consulta médica como en casa, es esencial para evaluar la eficacia del tratamiento y realizar los ajustes necesarios.

Además del tratamiento farmacológico, es fundamental adoptar cambios en el estilo de vida, como una alimentación saludable, ejercicio físico regular, control del peso y reducción del consumo de sodio (principalmente sal) y alcohol. Estos cambios en el estilo de vida no solo ayudan a controlar la presión arterial, sino que también mejoran la salud en general y reducen el riesgo de otras enfermedades crónicas.

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Complicaciones de la hipertensión no controlada

La hipertensión puede producir daños graves que afectan al corazón, entre otras complicaciones. Las cardiopatías hipertensivas (p. ej. insuficiencia cardíaca, isquemia miocárdica y fibrilación auricular) son complicaciones de la hipertensión arterial que afectan al corazón. Ocurren por el exceso de presión que puede endurecer las arterias, lo que conlleva una reducción del flujo sanguíneo al corazón. El tratamiento de las cardiopatías hipertensivas incluye el control de la presión arterial con medicamentos y cambios en el estilo de vida.

La prevención de la hipertensión y sus complicaciones es fundamental. Adoptar un estilo de vida saludable siguiendo estas recomendaciones es clave:

  • Alimentación saludable: sigue una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales y baja en grasas saturadas, grasas trans y sodio.
  • Ejercicio regular: realiza al menos 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de ejercicio vigoroso por semana.
  • Control del peso: mantén un peso saludable.
  • Baja ingesta de sodio: limita el consumo de sodio, principalmente sal, a menos de 2.300 mg (2,3 g) por día.
  • Evitar el alcohol: modera el consumo de alcohol a máximo una pequeña dosis diaria.
  • Dejar de fumar: abandona el hábito del tabaco.
  • Manejo del estrés: practica técnicas de relajación para controlar el estrés.

Cuida tu salud con HM Hospitales

Si tienes hipertensión o factores de riesgo para la cardiopatía hipertensiva, es fundamental que consultes con un médico para una evaluación y un plan de tratamiento personalizado. En HM Hospitales, contamos con un equipo de cardiólogos expertos en el diagnóstico y tratamiento de la hipertensión. No dudes en consultarnos si tienes alguna pregunta o inquietud sobre tu salud cardiovascular.

Recuerda, este artículo tiene un fin divulgativo y no sustituye la consulta médica. Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.

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