La tendinitis rotuliana, también conocida como rodilla de saltador, es una lesión que afecta al tendón rotuliano y se caracteriza por la inflamación e irritación de este tendón, causando dolor y limitación en la movilidad.
En este artículo, exploraremos en detalle qué es la tendinitis rotuliana, sus síntomas, causas, tratamiento y cómo aliviar el dolor.
¿Qué es la tendinitis rotuliana?
La tendinitis rotuliana es una condición que causa dolor e inflamación en el tendón rotuliano, una banda gruesa de tejido fibroso que conecta la rótula (patela) con la tibia, justo debajo de la rodilla. Este tendón es esencial para la extensión de la pierna, permitiéndonos realizar acciones como correr, saltar y patear. La tendinitis rotuliana se produce cuando este tendón se sobrecarga y se inflama, generando dolor y limitación en la movilidad.
Las causas más comunes de la tendinitis rotuliana son el sobreuso, especialmente en deportes de alto impacto como el baloncesto, el voleibol y el atletismo, donde los saltos repetitivos someten al tendón a un estrés considerable. Los desequilibrios musculares, como la debilidad en los cuádriceps o la rigidez en los isquiotibiales, también pueden contribuir a la aparición de esta lesión, ya que alteran la biomecánica de la rodilla y aumentan la carga sobre el tendón rotuliano.
Es importante diferenciar la tendinitis rotuliana de otras lesiones de rodilla, como el síndrome de dolor patelofemoral o la rotura de menisco. Si bien comparten algunos síntomas, como el dolor en la parte anterior de la rodilla, cada condición tiene características específicas que requieren un diagnóstico preciso para un tratamiento adecuado. Consultar a un especialista en traumatología o medicina deportiva es fundamental para determinar la causa del dolor y recibir el tratamiento adecuado.
Síntomas de la tendinitis rotuliana
El síntoma principal de la tendinitis rotuliana es el dolor en la parte anterior de la rodilla, justo debajo de la rótula. Este dolor puede variar en intensidad, desde una leve molestia hasta un dolor agudo e incapacitante. Otros síntomas comunes incluyen:
- Rigidez en la rodilla: especialmente por la mañana o después de un periodo de inactividad.
- Sensibilidad al tacto: dolor al presionar el tendón rotuliano.
- Inflamación: la zona alrededor del tendón puede estar inflamada y caliente al tacto.
- Debilidad en la rodilla: dificultad para extender la rodilla o soportar peso sobre la pierna afectada.
- Crepitación: sensación de crujido o chasquido al mover la rodilla.

Causas de la tendinitis rotuliana
Además de las actividades deportivas que implican saltos repetitivos, otros factores pueden contribuir al desarrollo de la tendinitis rotuliana:
- Debilidad muscular: la debilidad en los músculos del muslo, especialmente el cuádriceps, puede aumentar la tensión en el tendón rotuliano.
- Rigidez muscular: la falta de flexibilidad en los músculos de la pierna puede aumentar el estrés en el tendón.
- Sobrepeso u obesidad: el exceso de peso ejerce una mayor presión sobre el tendón rotuliano.
- Calzado inadecuado: el uso de calzado que no proporciona un soporte adecuado puede aumentar el riesgo de lesión.
- Pronación excesiva del pie: la pronación excesiva, que es el giro del pie hacia adentro al caminar o correr, puede afectar la alineación de la rodilla y aumentar la tensión en el tendón rotuliano.
Tratamiento de la tendinitis rotuliana
El tratamiento para la tendinitis rotuliana se enfoca en aliviar el dolor, reducir la inflamación y restaurar la función del tendón. En la mayoría de los casos, el tratamiento conservador es suficiente para controlar los síntomas y promover la curación. Aquí te explicamos algunos tipos de tratamiento:
- Reposo y hielo: el reposo relativo es fundamental en las fases iniciales del tratamiento. Se debe evitar cualquier actividad que agrave el dolor, como correr, saltar o subir escaleras. La aplicación de hielo en la zona afectada, durante 15-20 minutos cada 2-3 horas, ayuda a reducir la inflamación y el dolor.
- Antiinflamatorios: los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), como el ibuprofeno o el naproxeno, pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación. Sin embargo, es importante utilizarlos bajo supervisión médica, ya que pueden tener efectos secundarios.
- Ejercicios específicos de fortalecimiento: una vez que el dolor agudo haya disminuido, se pueden iniciar ejercicios de fortalecimiento para los músculos del muslo, especialmente el cuádriceps. Estos ejercicios ayudan a estabilizar la rótula y a reducir la tensión en el tendón rotuliano. Es importante realizar los ejercicios de forma correcta y progresiva, para evitar agravar la lesión.
- Opciones avanzadas: en casos más persistentes o severos, se pueden considerar opciones de tratamiento más avanzadas, como la fisioterapia. Un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios personalizado, que incluya estiramientos, fortalecimiento y ejercicios propioceptivos. Otras opciones incluyen la terapia con ultrasonido, que ayuda a reducir la inflamación y promover la curación, y las infiltraciones, que se reservan para casos específicos y deben ser realizadas por un profesional médico.
Es fundamental seguir las indicaciones del médico y del fisioterapeuta para asegurar una recuperación completa y prevenir futuras lesiones. La paciencia y la constancia son claves en el tratamiento de la tendinitis rotuliana.

Prevención y recuperación del tendón rotuliano
Una vez superada la fase aguda de la tendinitis rotuliana, la prevención de recaídas y la recuperación completa de la funcionalidad del tendón son cruciales.
Para evitar nuevas lesiones, es fundamental adoptar hábitos saludables y realizar ejercicios específicos:
- Calentamiento adecuado: antes de cualquier actividad física, realiza un calentamiento adecuado que incluya ejercicios de movilidad articular y estiramientos suaves para preparar los músculos y tendones para el esfuerzo.
- Fortalecimiento muscular: fortalecer los músculos del muslo, especialmente el cuádriceps, ayuda a estabilizar la rótula y a reducir la tensión en el tendón rotuliano. Ejercicios como las sentadillas, las zancadas y las elevaciones de piernas son beneficiosos, pero deben realizarse de forma controlada y progresiva.
- Calzado adecuado: utilizar calzado que proporcione un buen soporte y amortiguación es esencial para reducir el impacto en las rodillas.
Para recuperar la funcionalidad del tendón rotuliano, se recomienda:
- Ejercicios de bajo impacto: actividades como nadar, caminar o andar en bicicleta son ideales para mantener la movilidad y fortalecer los músculos sin sobrecargar el tendón.
- Uso de rodilleras o cintas de soporte: en algunos casos, el uso de rodilleras o cintas de soporte puede proporcionar estabilidad adicional a la rodilla y aliviar el dolor durante la actividad física. Sin embargo, es importante consultar con un fisioterapeuta para determinar el tipo de soporte más adecuado y la forma correcta de utilizarlo.
Recuerda que la recuperación completa de la tendinitis rotuliana requiere tiempo y paciencia. Sigue las indicaciones de tu médico y fisioterapeuta, y escucha a tu cuerpo para evitar recaídas.
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Recuerda, este artículo tiene un fin divulgativo y no sustituye la consulta médica. Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.
