El cáncer de estómago es una enfermedad que, si se detecta a tiempo, puede tener un pronóstico mucho más favorable. Sin embargo, sus síntomas iniciales pueden ser sutiles y confundirse fácilmente con otras afecciones menos graves.
En este artículo, te explicamos cuáles son las señales de alerta que no debes pasar por alto y cuándo es el momento de consultar a un especialista. Conocer estos síntomas puede marcar la diferencia entre un diagnóstico temprano y uno tardío, lo que influye significativamente en las opciones de tratamiento y en la calidad de vida del paciente.
¿Qué es el cáncer de estómago?
El cáncer de estómago, también conocido como cáncer gástrico, es un tumor maligno que se desarrolla en las células del revestimiento interno del estómago. Aunque su incidencia ha disminuido en las últimas décadas, sigue siendo una de las causas más frecuentes de muerte por cáncer en España.
Este tipo de cáncer suele desarrollarse lentamente a lo largo de varios años. Antes de que aparezca el cáncer, a menudo se producen cambios precoces en el revestimiento del estómago. Estos cambios raramente causan síntomas y, por lo tanto, con frecuencia, pasan desapercibidos.
Factores de riesgo
Antes de adentrarnos en los síntomas, es importante conocer los factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de estómago:
- Edad avanzada: es más frecuente en personas mayores de 50 años.
- Sexo: es más común en hombres que en mujeres.
- Infección por Helicobacter pylori: esta bacteria puede causar inflamación crónica en el estómago, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de estómago.
- Dieta: una alimentación rica en alimentos ahumados, salados o en conserva puede incrementar el riesgo.
- Tabaquismo: los fumadores tienen aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar cáncer de estómago que los no fumadores.
- Obesidad: el exceso de peso corporal se asocia con un mayor riesgo de cáncer de estómago.
- Antecedentes familiares: si tienes familiares de primer grado (padres y/o hijos) que han tenido cáncer de estómago, tu riesgo es mayor.
- Anemia perniciosa: esta afección puede aumentar el riesgo de cáncer de estómago.
- Cirugía gástrica previa: las personas que se han sometido a cirugía para tratar úlceras estomacales tienen un mayor riesgo.
- Grupo sanguíneo A: por razones aún desconocidas, las personas con tipo de sangre A tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de estómago.
Es importante destacar que tener uno o varios de estos factores de riesgo no significa necesariamente que vayas a desarrollar cáncer de estómago. Del mismo modo, algunas personas sin factores de riesgo conocidos también pueden desarrollar este cáncer.
Síntomas iniciales del cáncer de estómago

Los síntomas del cáncer de estómago en sus etapas iniciales pueden ser poco específicos y fácilmente atribuibles a otras afecciones digestivas más comunes. Sin embargo, es crucial prestar atención a las siguientes señales, especialmente si persisten en el tiempo:
- Indigestión o malestar abdominal: una sensación de hinchazón o molestia en la parte superior del abdomen, incluso después de comer pequeñas cantidades de alimentos. Esta sensación puede ser constante o puede aparecer y desaparecer.
- Pérdida de apetito: una disminución repentina del interés por la comida o sensación de saciedad rápida. Podrías notar que te llenas muy rápido al comer, incluso con porciones más pequeñas de lo habitual.
- Pérdida de peso inexplicable: adelgazamiento sin causa aparente, sin haber realizado cambios en la dieta o el ejercicio. Una pérdida de peso significativa (más del 5% del peso corporal en un período de 6 a 12 meses) sin razón aparente siempre debe ser evaluada por un médico.
- Náuseas o vómitos: especialmente si son frecuentes o contienen sangre. Los vómitos con sangre pueden aparecer de color rojo brillante o tener un aspecto similar a «posos de café».
- Dificultad para tragar: sensación de que la comida se «atasca» al tragarla. Esta dificultad puede empezar con alimentos sólidos y progresar hasta afectar a los líquidos.
- Acidez o reflujo: aunque son síntomas comunes de otras afecciones, si son persistentes o empeoran con el tiempo, podrían ser una señal de alerta. Si los medicamentos de venta libre no alivian estos síntomas, es importante consultar a un médico.
- Dolor abdominal: especialmente en la parte superior del abdomen. Este dolor puede ser leve al principio y volverse más severo y constante con el tiempo.
- Sensación de hinchazón: particularmente después de las comidas. Puedes sentir que tu estómago está lleno de gas o líquido, lo que puede causar incomodidad.
- Sangre en las heces: pueden aparecer heces de color negro o con sangre visible. Las heces negras, con aspecto de alquitrán, pueden indicar sangrado en el tracto digestivo superior.
- Fatiga inexplicable: cansancio extremo que no mejora con el descanso. Esta fatiga puede estar relacionada con la anemia causada por el sangrado crónico del tumor.
- Sensación de bulto en el abdomen: en etapas más avanzadas, es posible que se pueda sentir una masa o bulto en la parte superior del abdomen.
- Ictericia: aunque es menos común, en algunos casos puede aparecer un color amarillento en la piel y los ojos.
De nuevo, estos síntomas no son exclusivos del cáncer de estómago y pueden estar relacionados con otras afecciones menos graves. Sin embargo, si experimentas uno o varios de estos síntomas de forma persistente, es fundamental que consultes a tu médico.
¿Cuándo debes consultar a un especialista?
Debes acudir a tu médico de atención primaria si:
- Experimentas cualquiera de los síntomas mencionados durante más de dos semanas.
- Notas un empeoramiento progresivo de los síntomas.
- Tienes antecedentes familiares de cáncer de estómago y presentas alguno de estos síntomas.
- Observas sangre en tus heces o vómitos.
- Experimentas una pérdida de peso significativa sin causa aparente.
- Sientes dolor abdominal persistente o que empeora con el tiempo.
- Tienes dificultad para tragar que empeora progresivamente.
Tu médico evaluará tus síntomas y, si lo considera necesario, te derivará a un especialista en gastroenterología para realizar pruebas más específicas.
Pruebas diagnósticas

Si tu médico sospecha de un posible cáncer de estómago, podrá solicitar las siguientes pruebas:
- Endoscopia digestiva alta: es la prueba más importante para el diagnóstico. Permite visualizar directamente el interior del estómago y tomar biopsias si es necesario. Durante este procedimiento, se introduce un tubo delgado y flexible con una cámara en su extremo a través de la boca y hasta el estómago.
- Análisis de sangre: pueden detectar anemia, que podría ser un signo de sangrado en el estómago. También se pueden buscar otros marcadores que sugieran la presencia de un tumor.
- Pruebas de imagen: se pueden realizar pruebas como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM), que ayudan a determinar la extensión del tumor si se confirma su presencia. Estas pruebas pueden mostrar si el cáncer se ha propagado a otros órganos o a los ganglios linfáticos.
- Ecoendoscopia: esta prueba combina la endoscopia con el ultrasonido para obtener imágenes detalladas de las capas de la pared estomacal y los tejidos circundantes.
- PET-TC: en algunos casos, se puede utilizar esta prueba para evaluar la extensión de la enfermedad o para planificar el tratamiento.
Prevención y detección precoz
Aunque no existe una forma garantizada de prevenir el cáncer de estómago, puedes reducir tu riesgo siguiendo estas recomendaciones:
- Mantén una dieta equilibrada: consume abundantes frutas y verduras frescas. Estos alimentos son ricos en antioxidantes y pueden ayudar a proteger contra el cáncer.
- Reduce el consumo de alimentos procesados: limita la ingesta de alimentos ahumados, salados y en conserva, que se han asociado con un mayor riesgo de cáncer de estómago.
- No fumes y modera el consumo de alcohol: el tabaco es un factor de riesgo importante para muchos tipos de cáncer, incluido el de estómago. Asimismo, el consumo excesivo de alcohol también puede aumentar el riesgo.
- Mantén un peso saludable: la obesidad se ha asociado con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer, incluido el de estómago.
- Trata adecuadamente las afecciones estomacales: si tienes síntomas de reflujo crónico o úlceras, consulta a tu médico para recibir el tratamiento adecuado.
- Considera la erradicación de Helicobacter pylori: si se te diagnostica una infección por Helicobacter pylori, sigue el tratamiento prescrito por tu médico para eliminar la bacteria.
- Realiza revisiones periódicas: si tienes antecedentes familiares de cáncer de estómago u otros factores de riesgo importantes, habla con tu médico sobre la posibilidad de realizar revisiones periódicas.
La detección precoz del cáncer de estómago puede marcar una gran diferencia en el pronóstico y las opciones de tratamiento. Poner atención a los síntomas iniciales y consultar a tiempo con un profesional sanitario es fundamental. Aunque algunos de estos síntomas pueden parecer leves o atribuibles a problemas digestivos comunes, su persistencia o empeoramiento deben ser motivo de consulta médica.
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Tu salud es lo más importante. Si tienes dudas o presentas alguno de los síntomas mencionados, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Estamos aquí para cuidarte y ofrecerte la mejor atención médica posible. La detección temprana puede salvar vidas, así que no ignores las señales que tu cuerpo te envía.
Recuerda, este artículo tiene un fin divulgativo y no sustituye la consulta médica. Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.
