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Descubre los síntomas, diagnóstico y tratamiento de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla

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La rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla es una lesión traumática con importantes repercusiones funcionales, especialmente entre deportistas.

Afecta a uno de los dos ligamentos cruzados de la rodilla: el anterior (LCA) y el posterior (LCP). Estos ligamentos son esenciales para la estabilidad de la articulación. Una rotura puede causar dolor, inestabilidad y limitar la movilidad. En este artículo, te contamos cómo son los síntomas, el diagnóstico y las opciones de tratamiento para una rotura de ligamento cruzado, incluyendo información sobre la rotura de ligamentos rodilla en general.

¿Qué son los ligamentos cruzados?

Los ligamentos cruzados son dos bandas de tejido fibroso que se cruzan dentro de la articulación de la rodilla. Conectan el fémur (hueso del muslo) con la tibia (hueso de la espinilla) y son fundamentales para:

  • Controlar la posición de la rodilla: evitan que la tibia se deslice demasiado hacia adelante o hacia atrás en relación con el fémur y que rote en exceso durante el movimiento natural de la articulación.
  • Proporcionar estabilidad a la rodilla: ayudan a mantener la alineación correcta de la articulación y el desarrollo normal de su función.

La rodilla es una de las articulaciones más complejas y cruciales del cuerpo humano. Su estabilidad y función dependen, en gran medida, de los ligamentos que la rodean. Entre estos ligamentos, los ligamentos cruzados desempeñan un papel fundamental. Una rotura de ligamentos rodilla, especialmente de los cruzados, puede comprometer seriamente la movilidad y estabilidad de la articulación.

Las lesiones de ligamentos en la rodilla no son infrecuentes, especialmente en deportistas. La mayoría son esguinces y contusiones. La rotura de ligamentos  puede afectar a cualquiera de los ligamentos de la rodilla, incluyendo los ligamentos cruzados, los ligamentos colaterales y los ligamentos posterolaterales. La rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) es una de las lesiones de rodilla más frecuentes, especialmente en deportes que implican giros bruscos o cambios rápidos de dirección (pivote). La rotura del ligamento cruzado posterior (LCP) es mucho menos frecuente que la del LCA,  generalmente debido a un traumatismo directo en la parte frontal de la rodilla en accidentes de alta velocidad.

¿Cuáles son las causas de la rotura del ligamento cruzado?

La rotura del ligamento cruzado, ya sea del LCA o del LCP, generalmente es causada por una fuerza o tensión excesiva en la rodilla que alarga el ligamento más allá de su capacidad. Comprender las causas de esta lesión puede ayudarte a tomar precauciones y a reducir tu riesgo. A continuación, te mostramos algunas de las situaciones que pueden provocar esta rotura: 

  • Deportes de alto impacto: los deportes que implican contacto físico, saltos, cambios bruscos de dirección y frenadas repentinas, como el fútbol, el baloncesto, el esquí y el rugby, aumentan significativamente el riesgo de rotura del ligamento cruzado. En estos deportes, la rodilla se somete a fuerzas intensas y movimientos rápidos que pueden superar la capacidad de resistencia del ligamento.
  • Movimientos bruscos: incluso fuera del ámbito deportivo, los movimientos bruscos y repentinos pueden provocar una rotura del ligamento cruzado. Giros rápidos, cambios bruscos de dirección, caídas o aterrizajes incorrectos después de un salto pueden ejercer una tensión excesiva en el ligamento, provocando su rotura.
  • Causas de rotura de LCA: la rotura del LCA, a menudo se produce por una combinación de fuerzas que actúan sobre la rodilla en carga. Estas fuerzas pueden incluir la desaceleración repentina, la hiperextensión de la rodilla, un golpe directo en la parte externa de la rodilla o una rotación excesiva de la tibia. La sobrecarga repetitiva en la articulación, como la que se produce en algunos deportes, también puede debilitar el LCA y hacerlo más susceptible a la rotura.
  • Causas de rotura del LCP: la rotura del LCP es menos común que la del LCA y generalmente se produce por un traumatismo directo en la parte frontal de la rodilla, como el que puede ocurrir en un accidente automovilístico o una caída sobre la rodilla flexionada.

¿Cuáles son los síntomas de la rotura del ligamento cruzado?

Los síntomas de una rotura del ligamento cruzado, ya sea del LCA o del LCP, pueden variar según la gravedad de la lesión. Algunas personas experimentan síntomas inmediatos y severos, mientras que otras pueden tener síntomas más leves que se desarrollan gradualmente. A continuación, te explicamos los síntomas más comunes:

  • Dolor inmediato y severo: en el momento de la lesión, muchas personas sienten un dolor agudo e intenso en la rodilla. Este dolor puede ser tan fuerte que dificulta o impide apoyar peso en la pierna afectada. Puede ocurrir que se note o incluso se escuche un chasquido en la articulación.
  • Inflamación rápida de la rodilla: la inflamación suele aparecer rápidamente  después de la lesión, a menudo en cuestión de horas. La rodilla puede verse hinchada y sentirse caliente al tacto.
  • Sensación de inestabilidad o que la rodilla “se dobla”: una rotura del ligamento cruzado puede causar una sensación de inestabilidad en la rodilla, como si la rodilla fuera a “ceder” o “doblarse”. Esta sensación puede ser especialmente notoria al intentar cambiar de dirección o al caminar sobre terrenos irregulares.
  • Limitación para caminar o soportar peso: el dolor y la inestabilidad pueden dificultar o impedir caminar o soportar peso en la pierna afectada.
  • Chasquido audible: algunas personas reportan escuchar o sentir un chasquido en la rodilla en el momento de la lesión.
  • Rango de movimiento limitado: la hinchazón y el dolor pueden limitar la capacidad de flexionar o extender completamente la rodilla.

La gravedad de una rotura de ligamento cruzado puede variar significativamente. Distinguir entre una rotura parcial y una completa es importante para comprender el alcance de la lesión y determinar el tratamiento adecuado. A continuación, explicamos las diferencias entre ambos tipos de rotura:

  • Rotura parcial: en una rotura parcial, el ligamento cruzado se desgarra, pero no se rompe completamente. Los síntomas pueden ser más leves, como dolor moderado, hinchazón leve y cierta inestabilidad. Algunas personas con una rotura parcial pueden incluso ser capaces de caminar y realizar actividades con relativa normalidad.
  • Rotura completa: en una rotura completa, el ligamento cruzado se rompe por completo en dos partes. Los síntomas suelen ser más severos, incluyendo dolor intenso, hinchazón significativa, inestabilidad marcada e incapacidad para soportar peso.

Es importante destacar que la intensidad del dolor no siempre indica la gravedad de la lesión. Algunas personas con una rotura completa pueden experimentar menos dolor que otras con una rotura parcial. Por lo tanto, es fundamental buscar atención médica si sospechas que has sufrido una lesión en el ligamento cruzado, incluso si los síntomas son leves. Un diagnóstico preciso y un tratamiento oportuno son esenciales para una recuperación completa puesto que los ligamentos cruzados no tienen la capacidad para curar espontáneamente.

¿Cómo es el diagnóstico de una rotura de ligamento cruzado?

El diagnóstico de una rotura de ligamento cruzado generalmente implica:

  • Examen físico: el médico examinará la rodilla, evaluará el rango de movimiento y realizará pruebas específicas para detectar inestabilidad.
  • Pruebas de imagen: una resonancia magnética (RM) es la prueba más común para confirmar el diagnóstico y visualizar la extensión de la lesión. Las radiografías pueden ayudar a descartar fracturas óseas.

¿Cuál es el tratamiento de la rotura del ligamento cruzado?

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The doctor performs physical therapy on the patient’s knee in the medical examination room.

El tratamiento para una rotura del ligamento cruzado, ya sea del LCA o del LCP, depende de varios factores, incluyendo la gravedad de la lesión, el nivel de actividad física del paciente y sus objetivos individuales. Las opciones de tratamiento se dividen en dos categorías principales: conservador y quirúrgico.

El tratamiento conservador se enfoca en aliviar los síntomas, restaurar la función de la rodilla y evitar una mayor lesión. Suele ser la primera opción para roturas parciales, roturas en personas con un nivel de actividad bajo o en aquellos que no desean someterse a cirugía. El tratamiento conservador puede incluir:

  • Protocolo RICE (reposo, hielo, compresión y elevación): este protocolo es fundamental en las primeras 48-72 horas después de la lesión para controlar el dolor y la inflamación. El reposo limita el movimiento de la rodilla, el hielo reduce la inflamación, la compresión con una venda elástica ayuda a controlar la hinchazón y la elevación de la pierna por encima del nivel del corazón también minimiza la hinchazón.
  • Inmovilizadores y muletas: se pueden utilizar inmovilizadores o rodilleras para estabilizar la rodilla y limitar el movimiento. Las muletas pueden ser necesarias para evitar cargar peso en la pierna afectada durante las primeras semanas después de la lesión.
  • Fisioterapia: la fisioterapia es un componente crucial del tratamiento conservador. Un programa de fisioterapia personalizado ayudará a recuperar la fuerza, la flexibilidad y el rango de movimiento de la rodilla. Los ejercicios de fortalecimiento se centran en los músculos que rodean la rodilla, como los cuádriceps y los isquiotibiales. Los ejercicios de flexibilidad ayudan a restaurar el rango de movimiento de la rodilla. La fisioterapia también puede incluir ejercicios de propiocepción, que ayudan a mejorar el equilibrio y la coordinación.

La cirugía, generalmente una artroscopia de rodilla, se recomienda para roturas completas del ligamento cruzado, especialmente en personas activas, deportistas o aquellos que experimentan inestabilidad persistente en la rodilla a pesar del tratamiento conservador. A continuación, te explicamos en qué consiste:

  • Reconstrucción ligamentosa: el procedimiento quirúrgico más común para la rotura del ligamento cruzado es la reconstrucción del ligamento. Durante la cirugía, el cirujano reemplaza el ligamento desgarrado con un injerto de tejido, que puede provenir del propio paciente (autoinjerto) o de un donante (aloinjerto). En pacientes de alta demanda o con laxitud ligamentosa de base, es frecuente realizar un refuerzo ligamentoso con una plastia extraarticular lateral.
  • Recuperación postquirúrgica: la recuperación después de la cirugía de ligamento cruzado requiere tiempo y paciencia. El tiempo de recuperación varía según el tipo de cirugía y la respuesta individual del paciente. La fisioterapia es esencial para recuperar la fuerza y la movilidad de la rodilla después de la cirugía.
  • Tiempo estimado para volver a actividades normales: el tiempo para volver a las actividades normales, incluyendo la práctica deportiva, varía según la lesión y el tipo de cirugía. En general, la recuperación completa puede tardar entre 6 y 9 meses, o incluso más en algunos casos.

Cuida tu salud con HM Hospitales

Es fundamental seguir las indicaciones del médico y del fisioterapeuta para una recuperación óptima. En HM Hospitales, contamos con un equipo de traumatólogos especializados en cirugía de rodilla y fisioterapeutas expertos en rehabilitación postquirúrgica, que te acompañarán en todo el proceso de recuperación.

Recuerda, este artículo tiene un fin divulgativo y no sustituye la consulta médica. Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.

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