Los miomas uterinos son tumores no cancerosos que se forman en el útero y afectan a un gran porcentaje de mujeres en edad reproductiva. Aunque a menudo no causan síntomas, en algunos casos pueden provocar un crecimiento del abdomen, dolor y otros problemas.
En este artículo, exploraremos en detalle la relación entre los miomas y sus síntomas, diagnóstico, opciones de tratamiento y cuándo es preciso buscar atención médica.
¿Qué son los miomas uterinos y por qué aparecen?
Los miomas uterinos, también conocidos como fibromas o leiomiomas, son tumores benignos (no cancerosos) que se desarrollan en el músculo del útero. Pueden tener tamaños muy variados: algunos son tan pequeños que solo se detectan mediante pruebas especializadas, mientras que otros pueden llegar a ser más grandes y distorsionar la forma del útero, presionando órganos cercanos y causando molestias.
Aunque la causa exacta de los miomas uterinos sigue siendo un enigma para la ciencia, se cree que las hormonas femeninas, estrógeno y progesterona, desempeñan un papel fundamental en su crecimiento. Durante los años reproductivos, los niveles de estas hormonas son más altos, lo que explica por qué los miomas son más comunes en mujeres en edad fértil. Esto puede ayudar a entender mejor por qué los miomas tienden a reducirse después de la menopausia, cuando los niveles hormonales disminuyen.
Tipos de miomas: ubicación y características
Los miomas uterinos se clasifican según su localización en el útero en tipos de I a VII. Esta clasificación ayuda a comprender cómo pueden afectar la salud de la mujer y qué síntomas pueden causar. Los tres tipos principales de miomas son:
- Miomas intramurales: se desarrollan dentro de la pared muscular del útero (miometrio). Son el tipo más común de mioma uterino. Los miomas intramurales pueden crecer hacia el interior o el exterior del útero, distorsionando su forma y, en algunos casos, contribuyendo al aumento del tamaño del abdomen. Los síntomas de los miomas intramurales pueden incluir sangrado menstrual abundante, dolor pélvico y presión abdominal.
- Miomas submucosos: crecen hacia el interior de la cavidad uterina, debajo del endometrio (el revestimiento del útero). Aunque suelen ser más pequeños que los miomas intramurales, los miomas submucosos pueden causar sangrado menstrual abundante, incluso entre periodos. También pueden interferir con la fertilidad, dificultando la implantación del óvulo fecundado. Los miomas submucosos son menos propensos a causar un aumento visible del tamaño del abdomen.
- Miomas subserosos: crecen hacia el exterior del útero, proyectándose hacia la cavidad abdominal. Pueden estar unidos al útero por un pedículo o tallo, lo que les da una apariencia de “mioma pediculado”. Los miomas subserosos pueden crecer considerablemente y, en algunos casos, causar presión sobre los órganos circundantes, como la vejiga o el recto. Esto puede provocar síntomas como micción frecuente, estreñimiento y dolor pélvico. Los miomas subserosos grandes pueden contribuir al aumento del tamaño del abdomen.

¿Cuáles son los principales síntomas de los miomas uterinos?
El crecimiento del abdomen es solo uno de los posibles síntomas de los miomas uterinos. La sintomatología puede variar considerablemente de una mujer a otra, dependiendo del tamaño, la ubicación y la cantidad de miomas. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Sangrado menstrual abundante o prolongado (menorragia): este es uno de los síntomas más frecuentes y a menudo el más preocupante. La menorragia puede provocar anemia, fatiga y una disminución significativa en la calidad de vida.
- Periodos menstruales dolorosos (dismenorrea): los miomas pueden causar calambres intensos y dolor pélvico durante la menstruación, lo que dificulta las actividades cotidianas.
- Presión o dolor pélvico crónico: la sensación de presión o dolor en la pelvis puede ser constante o intermitente, y a menudo se describe como una sensación de pesadez o plenitud.
- Micción frecuente o urgencia urinaria: los miomas grandes pueden comprimir la vejiga, aumentando la frecuencia y la urgencia para orinar.
- Estreñimiento: la presión sobre el recto puede dificultar la evacuación intestinal y provocar estreñimiento crónico.
- Dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia): algunos miomas, especialmente los que se ubican cerca del cuello uterino, pueden causar dolor o molestias durante las relaciones sexuales.
- Infertilidad o complicaciones durante el embarazo: aunque no siempre es el caso, los miomas pueden interferir con la implantación del óvulo fecundado o aumentar el riesgo de complicaciones durante el embarazo.
¿Cuándo preocuparse por un mioma y buscar atención médica?
Es fundamental entender que no todos los miomas uterinos requieren tratamiento. Muchas mujeres conviven con miomas pequeños y asintomáticos sin experimentar ningún problema de salud. Sin embargo, es importante estar atenta a ciertos signos de alarma que indican la necesidad de buscar atención médica. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden prevenir complicaciones y mejorar significativamente la calidad de vida. Algunos de los síntomas que debes tener en cuenta son:
- Sangrado menstrual extremadamente abundante o prolongado que te impida realizar tus actividades diarias.
- Dolor pélvico severo o persistente que no se alivia con analgésicos de venta libre.
- Dificultad para concebir después de intentarlo durante un año.
- Crecimiento abdominal rápido o repentino.
- Síntomas de anemia, como fatiga extrema, palidez, mareos o dificultad para respirar.

Diagnóstico y tratamiento de los miomas uterinos
El diagnóstico de los miomas uterinos generalmente implica un examen pélvico y una ecografía transvaginal o abdominal. En algunos casos, se pueden realizar otras pruebas de imagen, como una resonancia magnética, para obtener una evaluación más detallada. El tratamiento se determina en función del tamaño, la ubicación, los síntomas y el deseo de la mujer de tener hijos en el futuro. Las opciones de tratamiento incluyen:
Tratamiento farmacológico:
Los medicamentos pueden ser una opción para controlar los síntomas causados por los miomas, especialmente el sangrado menstrual abundante y el dolor. Algunos de los medicamentos utilizados incluyen:
- Analgésicos: fármacos como el ibuprofeno o el naproxeno, pueden ayudar a aliviar el dolor y los calambres menstruales.
- Anticonceptivos hormonales: las píldoras anticonceptivas, el parche anticonceptivo, el anillo vaginal y las inyecciones anticonceptivas pueden ayudar a regular los ciclos menstruales y reducir el sangrado abundante.
- Dispositivo intrauterino (DIU) hormonal: el DIU hormonal libera progestina, una hormona que puede reducir el sangrado menstrual abundante.
- Agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH): estos medicamentos reducen los niveles de estrógeno y progesterona, lo que puede reducir el tamaño de los miomas y aliviar los síntomas. Sin embargo, su uso a largo plazo puede causar efectos secundarios similares a la menopausia, por lo que generalmente se utilizan durante un período corto de tiempo antes de la cirugía.
- Moduladores selectivos de los receptores de progesterona (SPRMs): estos fármacos bloquean los efectos de la progesterona en los miomas, lo que puede reducir su tamaño y aliviar los síntomas.
Intervención quirúrgica:
En algunos casos, la cirugía puede ser la mejor opción para tratar los miomas uterinos. Los procedimientos quirúrgicos más comunes incluyen:
- Ablación por radiofrecuencia: se trata de una técnica no invasiva y ambulatoria que provoca la reducción del mioma por calor a través de la radiofrecuencia. Se realiza por vía vaginal con sedación, utilizando unas agujas específicas que a través de radiofrecuencia producen la ablación del mioma y su necrosis posterior.
- Miomectomía: este procedimiento consiste en la extirpación quirúrgica de los miomas, preservando el útero. Es una buena opción para mujeres que desean conservar su fertilidad. La miomectomía se puede realizar mediante diferentes técnicas, como la laparoscopia (a través de pequeñas incisiones en el abdomen), la histeroscopia (a través del cuello uterino) o la laparotomía (a través de una incisión abdominal más grande).
- Histerectomía: este procedimiento implica la extirpación quirúrgica del útero. Es una opción definitiva para los miomas y se recomienda en casos de miomas muy grandes, síntomas graves o cuando la mujer no desea tener más hijos. La histerectomía se puede realizar por vía abdominal, vaginal o laparoscópica.
Embolización de las arterias uterinas (EAU)
La EAU es un procedimiento mínimamente invasivo que bloquea el suministro de sangre a los miomas. Durante el procedimiento, se introduce un catéter en una arteria de la ingle o la muñeca y se guía hasta las arterias uterinas que irrigan los miomas. A través del catéter, se inyectan pequeñas partículas que bloquean el flujo sanguíneo a los miomas, lo que provoca que se reduzcan de tamaño y mueran. La EAU es una buena opción para mujeres que desean evitar la cirugía o que no son candidatas para la cirugía.
Cuida tu salud con HM Hospitales
Cada mujer y cada mioma son únicos. El tratamiento adecuado dependerá de tus circunstancias individuales y de tus preferencias. Por eso, es fundamental prestar atención a tu cuerpo y consultar con un especialista si experimentas síntomas inusuales. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia en tu bienestar.
En HM Hospitales, contamos con un equipo de ginecólogos expertos en el diagnóstico y tratamiento de los miomas uterinos. Utilizamos las técnicas más avanzadas y mínimamente invasivas para ofrecerte la mejor atención médica, personalizada a tus necesidades individuales. Si estás preocupada por la posibilidad de tener miomas o experimentas algún síntoma, no dudes en contactarnos.
Recuerda, este artículo tiene un fin divulgativo y no sustituye la consulta médica. Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.
