El hipogonadismo se caracteriza por una producción insuficiente de hormonas sexuales, como la testosterona en los hombres y el estrógeno en las mujeres. Estas hormonas son esenciales en el desarrollo y la función sexual, así como en el bienestar general.
En este artículo, te explicamos qué es el hipogonadismo, sus principales causas, síntomas y las opciones de tratamiento disponibles, para que puedas comprender mejor esta condición y cómo puede afectar tu salud.
¿Cómo se diagnostica el hipogonadismo?
Si experimentas síntomas que podrían estar relacionados con el hipogonadismo, es importante que consultes a un médico para obtener un diagnóstico preciso y descartar otras posibles causas. El proceso diagnóstico suele incluir:
- Evaluación física y revisión del historial médico: tu médico analizará tus síntomas, antecedentes familiares y cualquier medicamento que estés tomando.
- Análisis de sangre: se realizan para medir los niveles hormonales y evaluar tu salud endocrina. Estos análisis son una herramienta clave para confirmar el diagnóstico.
- Pruebas complementarias: dependiendo de los resultados, pueden recomendarse estudios adicionales, como pruebas de imagen, para identificar posibles causas subyacentes.
¿Cuáles son las causas del hipogonadismo?
El hipogonadismo puede tener diferentes orígenes, que se clasifican en:
- Hipogonadismo central: se origina en el cerebro, específicamente en el hipotálamo o la hipófisis, glándulas que regulan la producción hormonal de los testículos y ovarios. Alteraciones en estas glándulas, pueden afectar la producción de las hormonas sexuales.
- Hipogonadismo primario: se debe a problemas en los testículos u ovarios. En los hombres, puede estar relacionado con patologías que afectan a la salud testicular, mientras que, en las mujeres, pueden estar relacionadas con la salud ovárica.
- Hipogonadismo con atrofia testicular y azoospermia: es una forma específica de hipogonadismo masculino, caracterizada por la disminución del tamaño testicular y la ausencia de espermatozoides en el semen.
Es importante recordar que cada caso es único y requiere una evaluación individualizada.

¿Qué síntomas podrías experimentar si tienes hipogonadismo?
Los síntomas del hipogonadismo pueden variar según el sexo y la edad. A continuación, te explicamos los más comunes:
En hombres:
- cambios en el deseo sexual.
- dificultades con la función eréctil.
- alteraciones en la composición corporal (pérdida de masa muscular o aumento de grasa).
- disminución del crecimiento del vello corporal.
- cambios en el estado de ánimo y niveles de energía.
En mujeres:
- irregularidades en el ciclo menstrual o ausencia de menstruación.
- sofocos y sudoración nocturna.
- sequedad vaginal.
- cambios en el deseo sexual.
- alteraciones del sueño.
- cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o tristeza.
Es importante destacar que estos síntomas también pueden ser indicadores de otras condiciones, por lo que es esencial consultar con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y recibir la atención adecuada.
¿Cómo puede afectar el hipogonadismo a tu vida diaria?
El hipogonadismo puede tener un impacto significativo en diferentes aspectos de tu rutina. Algunas áreas que pueden verse afectadas incluyen:
- Energía: sensación de cansancio constante.
- Concentración y memoria: dificultades para mantener la atención o recordar cosas.
- Rendimiento en el trabajo o actividades físicas.
- Relaciones: problemas derivados de cambios en el deseo sexual o la comunicación.
- Estado de ánimo: irritabilidad, ansiedad o tristeza.
- Bienestar general: sensación de malestar o desconexión.
Es importante recordar que estos cambios no te definen y que existen opciones de tratamiento y apoyo disponibles. Buscar ayuda profesional te permitirá abordar estos desafíos y mejorar tu calidad de vida.
¿Cuáles son las posibles implicaciones a largo plazo del hipogonadismo?
Sabemos que un diagnóstico de hipogonadismo puede generar preocupación, no obstante, es importante entender que, con un manejo adecuado, se pueden minimizar las posibles implicaciones a largo plazo. Si no se trata, el hipogonadismo puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertas condiciones de salud, tales como:
- Disminución de la densidad ósea (osteoporosis): la deficiencia de hormonas sexuales puede debilitar los huesos, aumentando el riesgo de fracturas.
- Enfermedades cardiovasculares: algunos estudios sugieren una asociación entre el hipogonadismo y un mayor riesgo de enfermedades del corazón.
- Disfunción sexual: la disminución de la libido y la disfunción eréctil son comunes en hombres con hipogonadismo no tratado.
- Cambios en la composición corporal: puede producir una disminución de la masa muscular y un aumento de la grasa corporal.
- Alteraciones del estado de ánimo: el hipogonadismo puede contribuir a la depresión, la ansiedad y la irritabilidad.
- Problemas de concentración y memoria: algunas personas con hipogonadismo experimentan dificultades cognitivas.
Recuerda, estas complicaciones no son inevitables. Un diagnóstico y tratamiento temprano pueden ayudarte a mitigar estos riesgos y mantener una buena salud a largo plazo.
Tu médico te proporcionará información específica sobre tu situación y las mejores estrategias para cuidar tu salud. No dudes en tratar abiertamente tus inquietudes.

¿Cómo se trata el hipogonadismo?
El tratamiento para el hipogonadismo tiene como objetivo restaurar los niveles hormonales y aliviar los síntomas asociados. La terapia de reemplazo hormonal (TRH) es la opción más común y se personaliza según las necesidades individuales de cada paciente. Existen diversas formas de administrar la TRH, cada una con sus propias ventajas y consideraciones:
- Inyecciones intramusculares: se aplican cada pocas semanas, proporcionando una liberación constante de hormonas.
- Geles transdérmicos: se aplican diariamente sobre la piel, permitiendo que la testosterona se absorba en el torrente sanguíneo. Son fáciles de usar, pero pueden causar irritación de la piel en algunas personas.
- Parches: liberan testosterona a través de la piel. Se deben cambiar diariamente y ofrecen una opción discreta para la administración de TRH.
- Implantes subcutáneos: se insertan debajo de la piel, generalmente en el área de los glúteos. Liberan hormonas de forma continua durante varios meses, eliminando la necesidad de aplicaciones diarias o inyecciones frecuentes.
- Pastillas: aunque menos comunes, existen pastillas para algunos tipos de TRH, pero pueden tener efectos secundarios en el hígado.
La elección del método de TRH dependerá de factores como la edad, el tipo de hipogonadismo (primario o secundario), las preferencias del paciente y la evaluación médica. Es crucial valorar las diferentes opciones con tu médico para determinar cuál es la más adecuada para ti.
Además de la TRH, existen otras opciones terapéuticas que pueden ser consideradas:
- Estimulación de la producción hormonal: en algunos casos, se pueden utilizar medicamentos para estimular la producción natural de hormonas. Esta opción puede ser adecuada para pacientes con hipogonadismo secundario, donde el problema radica en la glándula pituitaria.
- Tratamiento de condiciones subyacentes: es fundamental abordar cualquier condición subyacente que pueda estar contribuyendo al hipogonadismo, como deficiencias nutricionales, trastornos de la glándula pituitaria o enfermedades crónicas. El tratamiento de estas condiciones puede mejorar la función hormonal y el bienestar general.
Habla con tu médico para evaluar la opción más adecuada para ti.
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Recuerda, este artículo tiene un fin divulgativo y no sustituye la consulta médica. Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.
