Muchas madres experimentan dolor en los pechos durante la lactancia, especialmente en los pezones. Si este dolor es intenso o persiste, puede afectar tanto a la lactancia como a tu bienestar general.
En este artículo, te explicamos cuáles son las causas de este dolor, cómo puedes aliviarlo y cuándo es importante consultar con un profesional sanitario para obtener ayuda.
¿Cuáles son las causas más comunes del dolor al amamantar?
Amamantar es una experiencia natural, pero el dolor en el pezón o en la areola durante la lactancia es un problema común que puede resultar incómodo y preocupante. Identificar la causa del dolor es fundamental para encontrar una solución adecuada. A continuación, te presentamos algunas de las causas más comunes:
- Mal agarre: la causa más común de dolor al amamantar es un agarre incorrecto del bebé. Si su boca no cubre suficiente areola, la succión se concentra en el pezón, provocando molestias, fisuras e incluso sangrado. Para una lactancia cómoda, el bebé debe abarcar con su boca gran parte de la areola, con los labios hacia afuera.
- Posición incorrecta: es importante encontrar una posición cómoda tanto para ti como para tu bebé, que permita un buen agarre y evite la presión excesiva sobre el pezón.
- Frenillo lingual corto (anquiloglosia): también conocido como anquiloglosia, puede restringir el movimiento de la lengua del bebé, dificultando el agarre correcto al pecho y causando dolor en el pezón. Si sospechas que tu bebé tiene frenillo lingual corto, consulta con un especialista en lactancia o un pediatra.
- Infecciones: las infecciones, como la candidiasis (muguet), se manifiesta como una erupción blanca en la boca del bebé y puede causar dolor y picazón en los pezones de la madre.
- Dermatitis o eccema: la piel seca, irritada o agrietada de la zona puede causar dolor y malestar durante la lactancia. El eccema mamario puede ser una condición crónica que requiere tratamiento específico.
- Conductos lácteos obstruidos: pueden causar dolor localizado, inflamación y un bulto palpable en el pecho. Si no se tratan, pueden derivar en mastitis.
- Mastitis: es una infección del tejido mamario que causa dolor, enrojecimiento, inflamación y calor en el pecho. También puede causar fiebre y malestar general.
- Congestión mamaria: se produce cuando los pechos almacenan leche en exceso. Puede causar dolor, endurecimiento e inflamación en los pechos, lo que dificulta el agarre del bebé.
- Uso incorrecto de sacaleches: el uso incorrecto de un sacaleches, como una copa de tamaño inadecuado o una succión demasiado fuerte, puede causar dolor e irritación en la zona.
¿Cómo son los síntomas del dolor de pecho durante la lactancia?

El dolor en el pezón durante la lactancia puede manifestarse de diferentes maneras. Comprender las características de cada tipo de dolor puede ayudarte a identificar la causa subyacente y buscar la solución adecuada. A continuación, te presentamos alguno de estos síntomas:
- Dolor superficial y de tipo punzante: este tipo de dolor se localiza en la punta del pezón y suele ser más intenso al inicio de la toma, mejorando a medida que el bebé se agarra correctamente. Suele estar relacionado con un mal agarre o una posición incorrecta durante la lactancia.
- Dolor profundo y de tipo ardor: este dolor se siente en todo el pecho, incluso entre las tomas. Puede ser un signo de infección, como la candidiasis (muguet) o la mastitis.
- Dolor agudo y lancinante: un dolor agudo y lancinante que se irradia hacia el pecho puede ser un signo de espasmo del pezón (fenómeno de Raynaud). Suele ocurrir después de la toma y puede estar relacionado con la exposición al frío.
- Dolor constante y sordo: un dolor constante y sordo en el pezón o el pecho puede indicar una obstrucción en los conductos lácteos o mastitis.
- Dolor acompañado de otros síntomas: presta atención a la presencia de otros síntomas, como fiebre, enrojecimiento, inflamación, grietas o sangrado en el pezón. Estos síntomas pueden indicar una infección y puede requerir atención médica.
¿Cómo identificamos la causa del dolor de pezón durante la lactancia?

El dolor de pezón durante la lactancia es una preocupación frecuente y puede afectar tanto a la madre como al proceso de amamantamiento. Es importante que sepas que, al atender a ciertas señales y evaluar posibles causas, puedes identificar mejor qué está provocando esta molestia y encontrar alivio.
A continuación, te mostramos algunos factores clave que puedes considerar:
- Observa el agarre del bebé: un buen agarre es fundamental para evitar molestias. ¿El bebé está tomando una buena parte de la areola o solo el pezón? Además, fíjate si sus labios están hacia afuera, ya que esto también puede influir en el confort durante la lactancia.
- Evalúa tu postura: la comodidad de la madre es esencial. Pregúntate si estás en una postura cómoda y si hay alguna presión sobre el pezón que pueda estar causando dolor.
- Examina tus pezones: revisa si hay grietas, sangrado, ampollas o cambios de color en la piel, ya que estas señales pueden indicar algún problema que requiera atención.
- Presta atención a la duración e intensidad del dolor: ¿el dolor es leve y transitorio o intenso y persistente? Observar si el dolor empeora o mejora con el tiempo también puede darte pistas sobre la causa.
- Considera tu historial médico: si tienes antecedentes de infecciones o problemas de piel, esto podría ser relevante y ayudar a comprender mejor la causa del dolor en los pezones durante la lactancia.
¿Qué puedo hacer para aliviar el dolor en el pezón?
Si sientes dolor al amamantar, existen maneras de aliviarlo y favorecer la correcta cicatrización de tus pezones. A continuación, te compartimos algunos consejos útiles:
- Asegúrate de un buen agarre: un agarre correcto es esencial para una lactancia sin dolor. Si tienes dudas sobre cómo lograr un buen agarre, busca la ayuda de un profesional sanitario especializado en lactancia. También puedes consultar con tu matrona o pediatra.
- Mejora la postura: experimenta con diferentes posiciones, como la posición de cuna, la posición de cuna cruzada o la posición acostada de lado.
- Extrae un poco de leche antes de amamantar: si sientes los pechos muy llenos o duros, extraer un poco de leche materna justo antes de la toma. Esto puede ablandar la areola y facilitar que tu bebé se agarre correctamente.
- Cambia de pecho con frecuencia: alternar ambos pechos en cada toma ayuda a evitar la irritación de los pezones.
- Deja que tus pezones se sequen al aire libre: después de amamantar, deja la zona al aire libre durante unos minutos para que se sequen completamente.
- Aplica tu propia leche en los pezones: la leche materna tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias.
- Compresas frías o calientes: las frías reducen la inflamación y las calientes alivian el dolor.
- Usa protectores de pezones con precaución: el uso incorrecto puede interferir con el agarre correcto del bebé al pecho, reduciendo la estimulación del pezón y afectando la producción de leche.
- Considera el uso de lanolina: la lanolina purificada es un emoliente natural que puede ayudar a hidratar y proteger los pezones.
- Evita jabones y lociones perfumadas: evita jabones, lociones y productos perfumados o con químicos. Usa jabones neutros sin perfume ni colorantes y, si necesitas hidratar, aplica lanolina pura. Recuerda que la piel de tu bebé es muy sensible.
Cuida tu salud con HM Hospitales
Si el dolor en el pezón es intenso o no desaparece, es importante que consultes con un profesional de la salud. También debes buscar atención médica si tienes fiebre, ya que podría indicar una infección. El enrojecimiento y la inflamación en el pecho pueden ser signos de mastitis, mientras que las grietas o el sangrado en los pezones aumentan el riesgo de infección. La sensación de ardor en los pechos ya sea durante o después de la toma, puede indicar una infección por cándida.
Una persona experta en lactancia puede ayudarte a identificar la causa del dolor en el pezón y a encontrar soluciones personalizadas. Con el apoyo adecuado y las estrategias correctas, puedes superar esta dificultad y disfrutar plenamente de la lactancia materna. En HM Hospitales, estamos comprometidos con tu bienestar y el de tu bebé. No dudes en contactarnos para programar una consulta y obtener la información y el apoyo que necesitas.
Recuerda, este artículo tiene un fin divulgativo y no sustituye la consulta médica. Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.
