El embarazo conlleva numerosos cambios fisiológicos, y a pesar de que la mayoría transcurren sin problemas, es importante estar informada sobre posibles complicaciones.
El desprendimiento prematuro de placenta (DPP) es una complicación grave, aunque poco frecuente, que requiere atención médica inmediata. En este artículo, abordamos las causas, los síntomas y el manejo del DPP, proporcionando información esencial para que las mujeres embarazadas puedan reconocer las señales de alerta y buscar atención oportuna.
¿Qué es el desprendimiento prematuro de placenta (DPP)?
El desprendimiento prematuro de placenta (DPP), también conocido como desprendimiento de placenta, es una grave complicación del embarazo en la que la placenta se separa de la pared uterina antes del nacimiento del bebé. Esta separación, que puede ser parcial o completa y ocurrir en cualquier momento después de la semana 20 de gestación, interrumpe el flujo vital de oxígeno y nutrientes al feto, poniendo en peligro su vida. Además del riesgo para el feto, el DPP puede causar hemorragia materna significativa. Por lo tanto, el DPP es una emergencia médica que requiere atención inmediata. Comprender esta complicación, sus causas y síntomas es fundamental para un cuidado prenatal informado y una respuesta oportuna en caso de que ocurra.
¿Qué factores pueden contribuir al DPP?
Aunque la etiología del DPP no siempre se comprende completamente, se han identificado ciertos factores que pueden aumentar la probabilidad de su ocurrencia. A continuación, te mostramos algunos de estos factores:
- Trauma abdominal: impactos directos en el abdomen, como caídas o accidentes de tráfico, pueden contribuir al desprendimiento.
- Hipertensión arterial: la presión arterial elevada, especialmente en el contexto de preeclampsia, es un factor de riesgo significativo.
- Rotura prematura de membranas: la rotura de membranas antes del inicio del trabajo de parto puede aumentar el riesgo de DPP.
- Consumo de tabaco y cocaína: estas sustancias tienen efectos vasoconstrictores que pueden comprometer el flujo sanguíneo uteroplacentario.
- Embarazos múltiples: la presencia de gemelos, trillizos o más fetos aumenta la tensión en el útero y la placenta.
- Antecedentes de DPP: un desprendimiento previo incrementa el riesgo de recurrencia en embarazos posteriores.
Es importante tener en cuenta que la presencia de estos factores no implica necesariamente el desarrollo de DPP, pero sí incrementa la necesidad de una vigilancia prenatal más estrecha.
¿Cuáles son los síntomas del DPP?
El DPP puede presentar una variedad de síntomas, desde leves hasta graves. A continuación, te presentamos algunos de los signos y síntomas más comunes:
- Sangrado irregular: puede variar desde un ligero manchado hasta una hemorragia intensa.
- Dolor abdominal o lumbar: el dolor puede ser constante o intermitente, sordo o agudo.
- Contracciones uterinas frecuentes: las contracciones pueden ser regulares o irregulares, dolorosas o no.
- Sensibilidad uterina: el útero puede estar sensible al tacto.
La intensidad del sangrado o dolor no siempre se correlaciona con la gravedad del desprendimiento. En algunos casos, el DPP puede ser asintomático, lo que subraya la importancia del control prenatal regular. Ante cualquier síntoma sospechoso, especialmente sangrado irregular, se debe buscar atención médica inmediata.

¿Cómo es el diagnóstico del DPP?
Un diagnóstico preciso y un manejo oportuno del DPP son cruciales para el bienestar tanto de la madre como del feto. El proceso de diagnóstico se basa en una combinación de los siguientes estudios:
- Historia Clínica: el médico preguntará sobre los síntomas (sangrado, dolor, contracciones), antecedentes médicos (hipertensión, traumatismos, consumo de sustancias, embarazos previos) y antecedentes familiares de DPP.
- Examen físico: palpación abdominal (tonicidad uterina, sensibilidad, tamaño fetal) y posible examen especular (visualización del cuello uterino y sangrado).
- Ecografía: visualización de la placenta y posible hematoma retroplacentario.
- Monitoreo fetal (cardiotocografía): registro de la frecuencia cardíaca fetal y contracciones para evaluar el bienestar fetal.
- Análisis de laboratorio: análisis de sangre para evaluar coagulación, anemia, y otras posibles causas de sangrado.
¿Cuál es el tratamiento del DPP?
El tratamiento del DPP se individualiza en función de la gravedad del desprendimiento, la edad gestacional del feto, y el estado de salud tanto de la madre como del bebé. A continuación, te explicamos las opciones de manejo:
- DPP leve: si el desprendimiento es leve, el sangrado mínimo, y el feto está estable, se recomienda reposo en cama y monitorización continua del bienestar fetal.
- DPP grave o cercano al término: si el desprendimiento es grave, el feto muestra signos de sufrimiento, o el embarazo está cerca del término, el parto prematuro, ya sea vaginal o por cesárea, es la opción más segura. La vía del parto se determina según la situación específica.
- Parto prematuro: si se anticipa un parto prematuro, se administran corticosteroides a la madre para acelerar la maduración pulmonar del feto y reducir el riesgo de complicaciones respiratorias.
La decisión final sobre el manejo del DPP se toma en conjunto con la paciente, después de una discusión detallada sobre los riesgos y beneficios de cada opción terapéutica. Es fundamental que la paciente comprenda plenamente su situación y participe activamente en la toma de decisiones.
¿Qué consideraciones existen para el DPP según el trimestre de gestación?
- Primer trimestre: supone el caso menos común. Se caracteriza por un sangrado vaginal leve a moderado, y un dolor abdominal similar a los cólicos. Resulta difícil de diagnosticar, pero una ecografía puede resolver las dudas. En caso de darse, se recomienda reposo y seguimiento con el posible uso de progesterona.
- Segundo trimestre: se presenta con sangrado vaginal, dolor abdominal, contracciones, y sensibilidad uterina. La ecografía y la monitorización fetal son esenciales para el diagnóstico y la evaluación del bienestar del bebé. El manejo depende de la gravedad, pudiendo incluir reposo, monitorización, o parto prematuro.
- Tercer trimestre: constituye el caso más común. Los síntomas son similares al segundo trimestre, pero más intensos. El diagnóstico se realiza clínicamente y se confirma con ecografía y monitorización fetal. El parto, vaginal o por cesárea, suele ser necesario. Se pueden administrar corticosteroides si el parto es prematuro.

¿Cuáles son las posibles consecuencias del DPP?
A pesar de que la mayoría de las mujeres se recuperan completamente del DPP sin secuelas a largo plazo, es importante estar consciente de las posibles complicaciones que pueden surgir tanto para la madre como para el feto. La gravedad de estas complicaciones está directamente relacionada con la extensión del desprendimiento y la rapidez con la que se recibe tratamiento. A continuación, trataremos las posibles complicaciones tanto para la madre como para el feto:
Complicaciones maternas
- Hemorragia: la hemorragia es la complicación más común y puede variar desde leve hasta masiva, requiriendo transfusiones o incluso una histerectomía.
- Problemas de coagulación: el DPP puede desencadenar problemas de coagulación sanguínea, como la coagulación intravascular diseminada (CID), un trastorno grave que puede poner en peligro la vida.
- Insuficiencia renal: la disminución del flujo sanguíneo al útero y la hemorragia pueden afectar la función renal.
Complicaciones fetales
- Sufrimiento fetal: la interrupción del flujo sanguíneo y oxígeno al feto puede causar sufrimiento fetal, detectable por cambios en la frecuencia cardíaca fetal.
- Parto prematuro: el DPP es una causa frecuente de parto prematuro, aumentando el riesgo de complicaciones neonatales como problemas respiratorios y bajo peso al nacer.
- Muerte fetal: en casos graves de DPP, especialmente sin tratamiento oportuno, puede ocurrir la muerte fetal.
¿Es importante el apoyo emocional y manejo del estrés?
El diagnóstico y manejo del DPP pueden ser una experiencia emocionalmente desafiante para la mujer y su familia. El miedo, la ansiedad, la incertidumbre, y el sentimiento de culpa son emociones comunes. Es importante recordar que es normal experimentar una amplia gama de emociones durante el embarazo, especialmente después de una complicación como el DPP. Buscar apoyo en tu pareja, familia, amigos o un profesional de la salud junto con practicar estrategias de afrontamiento puede ayudarte a manejar el estrés, la ansiedad, y cuidar el bienestar emocional.
Cuida tu salud con HM Hospitales
Si te preocupa la posibilidad de un DPP, o si presenta algún síntoma, es fundamental buscar atención médica especializada. En HM Hospitales, nuestros ginecólogos y obstetras expertos te brindarán un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado. Tu salud y la de tu bebé son nuestra prioridad. No dudes en contactarnos si necesitas ayuda.
Recuerda, este artículo tiene un fin divulgativo y no sustituye la consulta médica. Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.
