La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune crónica que afecta a las articulaciones, causando dolor, inflamación y rigidez.
A diferencia de la artrosis, que se desarrolla debido al desgaste del cartílago con el paso del tiempo, la artritis reumatoide se produce cuando el sistema inmunitario ataca por error los tejidos sanos del cuerpo, específicamente el revestimiento de las articulaciones.
Comprender cómo comienza un brote de artritis reumatoide y cuáles son sus causas es fundamental para un manejo adecuado de la enfermedad. Aunque se trata de una enfermedad crónica, un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden aliviar los síntomas, proteger las articulaciones y mejorar tu calidad de vida.
En este artículo, profundizaremos en las causas de la artritis reumatoide, cómo se desencadenan sus brotes y qué estrategias se pueden adoptar para mantener la enfermedad bajo control.
¿Qué es la artritis reumatoide?
Para entender cómo se desencadena un brote de artritis reumatoide, primero hay que saber que se trata de una enfermedad autoinmune. Esto significa que nuestro sistema inmunitario, el cual nos protege de infecciones, ataca por error a células sanas del cuerpo.
En el caso de la artritis reumatoide, el sistema inmunitario ataca la membrana sinovial, un tejido delgado que recubre las articulaciones y produce el líquido sinovial, que lubrica las articulaciones y facilita el movimiento. Esta inflamación crónica de la membrana sinovial causa dolor, rigidez, hinchazón y, con el tiempo, puede dañar el cartílago y el hueso, provocando en una parte de los pacientes la deformidad de la articulación y su discapacidad.
¿Por qué se produce la artritis reumatoide?

A pesar de los avances en la investigación, las causas exactas de la artritis reumatoide aún no se conocen por completo. Sin embargo, se cree que una combinación de factores genéticos, ambientales y del sistema inmunitario juegan un papel importante en su desarrollo.
- Factores genéticos: se ha observado que las personas con antecedentes familiares de la enfermedad tienen mayor susceptibilidad de desarrollarla, aunque no podemos considerarla una enfermedad hereditaria. Se cree que ciertos genes, como los HLA (antígeno leucocitario humano), pueden aumentar la susceptibilidad del sistema inmunitario a atacar los tejidos de las articulaciones.
- Factores ambientales: diversos factores ambientales pueden actuar como desencadenantes de la artritis reumatoide en personas genéticamente predispuestas, activando el sistema inmunitario y desencadenando la respuesta autoinmune. Algunos de estos factores son:
- Infecciones: algunas infecciones, como las causadas por el virus de Epstein-Barr, el citomegalovirus o la bacteria Proteus mirabilis o la Porphyromonas gingivalis, podrían ser un detonante para la artritis reumatoide en personas predispuestas.
- Tabaquismo: es un factor de riesgo importante para la artritis reumatoide y se ha relacionado con una mayor gravedad de la enfermedad. Se cree que el tabaco contiene sustancias químicas que pueden dañar las células del sistema inmunitario y aumentar la inflamación.
- Exposición a toxinas: la exposición a ciertas toxinas ambientales, como el polvo de sílice, el asbesto o los pesticidas, se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar artritis reumatoide.
- Hormonas: las hormonas sexuales femeninas parecen jugar un papel en la artritis reumatoide, ya que la enfermedad es más común en mujeres que en hombres, especialmente en mujeres en edad fértil. Se cree que las fluctuaciones hormonales, como las que ocurren durante el ciclo menstrual o el embarazo, pueden influir en la actividad del sistema inmunitario.
- Factores del sistema inmunitario: por razones aún desconocidas, el sistema inmunitario de las personas con artritis reumatoide identifica erróneamente las células de las articulaciones como extrañas y las ataca, causando inflamación y daño. Esta respuesta autoinmune se caracteriza por la producción de anticuerpos, llamados autoanticuerpos, que atacan a los propios tejidos del cuerpo.
¿Cómo reconocer los síntomas de un brote de artritis reumatoide?
Identificar los síntomas de un brote de artritis reumatoide de forma temprana es fundamental para ajustar el tratamiento y prevenir el daño articular. Algunos de los síntomas más comunes durante un brote son:
- Aumento del dolor articular: el dolor puede ser más intenso, constante y afectar a más articulaciones de lo habitual. El dolor puede ser especialmente intenso por la mañana o después de periodos de inactividad, siendo mayor en reposo y mejorando con la actividad física.
- Rigidez articular: la rigidez puede ser más pronunciada por la mañana o después de periodos de inactividad, y puede durar más de 30 minutos. La rigidez puede dificultar la realización de tareas cotidianas, como vestirse o peinarse.
- Hinchazón articular: las articulaciones afectadas pueden estar más inflamadas y calientes al tacto. La hinchazón puede ser visible a simple vista o puede ser necesario palpar la articulación para detectarla.
Consejos para controlar los brotes de artritis reumatoide

No existe un método infalible para prevenir los brotes de artritis reumatoide, pero existen algunas medidas que pueden ayudar a controlar la enfermedad y reducir la frecuencia e intensidad de los brotes:
- Seguir el plan de tratamiento establecido: es fundamental seguir las indicaciones de tu médico y tomar los medicamentos recetados según lo indicado, incluso cuando los síntomas estén controlados. El tratamiento puede incluir medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME), medicamentos biológicos, corticosteroides y analgésicos.
- Mantener un estilo de vida saludable: llevar una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y controlar el estrés puede ayudar a fortalecer tu sistema inmunitario y reducir la inflamación corporal.
- Proteger las articulaciones: evitar actividades que sobrecarguen las articulaciones, utilizar dispositivos de asistencia si es necesario y mantener una buena postura puede ayudarte a prevenir el daño articular.
- Acudir a fisioterapia: la fisioterapia puede ayudarte a mantener la movilidad articular, fortalecer los músculos que rodean las articulaciones y reducir el dolor.
- Aplicar calor o frío: aplicar calor en las articulaciones rígidas y frío en las articulaciones inflamadas puede ayudarte y aliviar los síntomas. El calor resultará beneficioso para las contracturas musculares normalmente asociadas.
- Controlar el estrés: el estrés puede favorecer la aparición de brotes de artritis reumatoide, por lo que es importante buscar métodos saludables de manejar el estrés, como la meditación, el yoga o el ejercicio regular.
- Informar a tu médico sobre cualquier cambio en los síntomas: es importante informar a tu médico sobre cualquier cambio en los síntomas, incluso si parecen leves, para que pueda ajustar el tratamiento si es necesario.
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Recuerda, este artículo tiene un fin divulgativo y no sustituye la consulta médica. Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.
