La Unidad de Medicina Intensiva (UCI) del Hospital Universitario HM Montepríncipe está dedicada a la atención de pacientes en estado crítico, con patologías graves que requieren vigilancia médica continua, soporte vital avanzado y tratamiento intensivo. Contamos con un equipo de Médicos Especialistas en Medicina Intensiva, también llamados intensivistas, altamente cualificados y comprometidos con una atención humanizada. Nuestra UCI está equipada con tecnología de última generación, que nos permite monitorizar, estabilizar y tratar de forma inmediata y eficaz a pacientes con enfermedades graves que ponen en riesgo su vida. Nuestro enfoque es multidisciplinar, humano y centrado en el paciente y su familia.
La Medicina Intensiva es una especialidad médica dedicada a la atención de pacientes con enfermedades graves o potencialmente mortales que requieren monitorización constante, soporte vital avanzado y cuidados médicos especializados las 24 horas del día. Los médicos intensivistas trabajan en unidades de cuidados intensivos (UCI), donde gestionan situaciones clínicas complejas que afectan a múltiples sistemas del cuerpo.
En la unidad de cuidados intensivos del Hospital Universitario HM Montepríncipe se tratan una amplia variedad de patologías graves, entre ellas:
El diagnóstico en Medicina Intensiva se realiza mediante un enfoque integral y continuo que incluye:
Tratamiento inmediato y especializado, soporte vital avanzado, alta tasa de recuperación en patologías críticas, y manejo multidisciplinario. Disponibilidad 24/7 de personal especializado
Listado de tratamientos y procedimientos disponibles:
La UCI del Hospital HM Montepríncipe está equipada con tecnología de vanguardia y equipamiento avanzado, entre los que se encuentran:
El intensivista está especializado en el manejo integral de pacientes críticos y en el uso de tecnologías avanzadas de soporte vital.
Depende de la gravedad del caso. Algunos pacientes requieren días, mientras que otros pueden necesitar semanas.
Sí, aunque bajo protocolos estrictos de higiene y en horarios definidos, para proteger al paciente.
El equipo médico evalúa constantemente la evolución y ajusta los tratamientos. En casos de mal pronóstico, se abordan decisiones éticas y cuidados paliativos con la familia.
Muchos pacientes requieren rehabilitación física y psicológica. Se realiza un seguimiento en conjunto con otras especialidades.
