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Unidad del Dolor

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¿Qué es la Unidad del dolor?

La Unidad del Dolor de HM Torrelodones está especializada en el diagnóstico y tratamiento tanto del dolor crónico como agudo, proporcionando soluciones eficaces para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Totalmente integrada en el entorno hospitalario, esta unidad permite el acceso directo sin necesidad de derivación previa, facilitando una atención rápida y especializada a cualquier persona con dolor persistente.

Nuestro enfoque es multidisciplinar y personalizado. Combinamos tratamientos médicos e intervencionistas con terapias de apoyo físico y psicológico, abordando no solo el componente físico del dolor, sino también sus implicaciones emocionales y mentales. En HM Torrelodones, acompañamos al paciente en todo el proceso con un plan terapéutico adaptado a sus necesidades individuales.

El equipo está compuesto por profesionales altamente cualificados, entre ellos:

  • ⁠Médicos especialistas en tratamiento del dolor (anestesistas), manteniendo reuniones interdisciplinares con neurocirugía, traumatología, reumatología, neurología, etc.
  • ⁠Fisioterapeutas.
  • ⁠Psicólogos.
  • ⁠Enfermeras y auxiliares especializadas en cuidados del dolor.
  • Personal administrativo.

La unidad de dolor, dirigida por el Dr. Perez Cajaraville, está clasificada como tipo III, según la sociedad española de dolor, la más compleja y avanzada, capacitada para tratar cualquier tipo de dolor por muy complejo que sea

Nuestro principal objetivo es aliviar el sufrimiento, mejorar la funcionalidad y recuperar el bienestar general de nuestros pacientes. Todo el equipo trabaja de forma coordinada, valorando cada caso de manera conjunta, con la profunda convicción de que aliviar el dolor es una de las tareas más humanas de la medicina.

¿Qué patologías se tratan?

En la Unidad del Dolor de HM Torrelodones tratamos un amplio abanico de patologías relacionadas con el dolor agudo y crónico, mediante un enfoque integral, personalizado y centrado en el paciente. Nuestro equipo multidisciplinar está especializado en abordar condiciones que afectan de forma significativa la calidad de vida, aplicando estrategias individualizadas para cada caso.
Algunas de las condiciones más comunes que tratamos incluyen:

Dolor musculoesquelético

  • Lumbalgia y cervicalgia: Dolor en la zona lumbar o cervical, frecuente en problemas de columna, músculos o ligamentos.
  • Dolor articular: Afecciones como la artritis reumatoide u osteoartritis, que afectan hombros, rodillas, caderas, entre otras articulaciones.
  • Fibromialgia: Dolor muscular generalizado acompañado de fatiga, alteraciones del sueño y sensibilidad en múltiples puntos del cuerpo.

Dolor neuropático

  • Neuralgia postherpética: Dolor persistente tras un episodio de herpes zóster, debido a daño nervioso.
  • Neuropatía diabética: Dolor o alteraciones sensitivas provocadas por el daño a los nervios periféricos asociado a la diabetes.
  • Dolor radicular (como ciática): Dolor irradiado desde la columna vertebral por compresión o irritación de raíces nerviosas.

Dolor oncológico

  • Dolor en pacientes con cáncer: Puede deberse al avance tumoral, compresión de tejidos o efectos secundarios de los tratamientos oncológicos como cirugía, quimioterapia o radioterapia.

Dolor en cabeza y cuello

  • Neuralgia del trigémino
  • Migrañas: Cefaleas intensas, recurrentes, a menudo acompañadas de náuseas y sensibilidad a la luz o al sonido.
  • Cefalea tensional: Dolor de cabeza relacionado con estrés o tensión muscular.
  • Dolor orofacial: Dolor en mandíbula, dientes o zonas faciales, común en trastornos como el bruxismo o disfunción de la ATM.

Dolor visceral

  • Dolor abdominal crónico: Asociado a trastornos como el síndrome del intestino irritable, enfermedad inflamatoria intestinal o dispepsia funcional.
  • Endometriosis: Dolor pélvico crónico en mujeres, causado por el crecimiento del tejido endometrial fuera del útero.

Dolor postquirúrgico o postraumático

  • Dolor postoperatorio persistente: Puede aparecer tras intervenciones como cirugías ortopédicas o abdominales.
  • Dolor postraumático: Dolor prolongado tras fracturas, lesiones, traumatismos o quemaduras.

Síndromes de dolor crónico complejo

  • Síndrome de dolor regional complejo (SDRC): Dolor crónico que afecta normalmente a extremidades, acompañado de hinchazón, cambios en la piel y disfunción motora.
  • Dolor crónico generalizado: Dolor persistente sin una causa claramente identificable, pero con impacto funcional importante.

En nuestra unidad, aplicamos un enfoque interdisciplinario que combina tratamientos farmacológicos, técnicas intervencionistas (como infiltraciones, radiofrecuencia o neuroestimulación), fisioterapia y apoyo psicológico. El objetivo es aliviar el dolor, mejorar la funcionalidad y devolver al paciente su bienestar y calidad de vida.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico del dolor crónico puede ser un proceso complejo que implica una evaluación detallada de la historia médica del paciente, un examen físico y pruebas diagnósticas. 

A continuación, se presentan algunos de los pasos y herramientas que utilizamos para diagnosticar el dolor crónico:

Evaluación clínica

  1. ⁠Historia médica detallada: El médico recopila información sobre la historia médica del paciente, incluyendo la duración y características del dolor, factores que lo agravan o alivian, y tratamientos previos.
  2. Examen físico: El médico realiza un examen físico para evaluar la función muscular, la sensibilidad y la movilidad del paciente.

Pruebas diagnósticas

  1. Pruebas de imagen: Radiografías, resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC) pueden ayudar a identificar lesiones o afecciones subyacentes que puedan estar causando el dolor.
  2. ⁠Pruebas de laboratorio: Análisis de sangre y otros líquidos corporales pueden ayudar a identificar afecciones subyacentes que puedan estar contribuyendo al dolor.
  3. ⁠Pruebas de función nerviosa: Pruebas como la electromiografía (EMG) y la conducción nerviosa pueden ayudar a evaluar la función nerviosa y identificar lesiones o daños en los nervios.

Disponemos de herramientas de evaluación del dolor

  1. Escalas de dolor: Herramientas como la Escala Visual Analógica (EVA) o la Escala Numérica del Dolor (END) pueden ayudar a evaluar la intensidad del dolor.
  2. Cuestionarios de dolor: Cuestionarios como el Cuestionario de Dolor de McGill o el Cuestionario de Impacto del Dolor pueden ayudar a evaluar la experiencia del dolor y su impacto en la vida diaria.

Hacemos un diagnóstico diferencial

  1. Identificar la causa subyacente: El médico intenta identificar la causa subyacente del dolor crónico, ya sea una lesión, una enfermedad o una afección subyacente.
  2. ⁠Descartar otras condiciones: El médico descarta otras condiciones que puedan estar causando los síntomas, como enfermedades sistémicas o trastornos psicológicos.

Un diagnóstico preciso es fundamental para desarrollar un plan de tratamiento efectivo para el dolor crónico.

¿Cuáles son los tratamientos que realizamos?

Nuestra unidad dispone de la cartera de servicios más completa que se puede ofrecer en nuestro país.

A continuación, os presento algunos de los tratamientos y procedimientos que están disponibles en la Unidad de Dolor:

Tratamientos farmacológicos

  1. Analgésicos: Medicamentos para aliviar el dolor, como paracetamol, ibuprofeno, opioides, etc.
  2. ⁠Antidepresivos: Medicamentos que pueden ayudar a aliviar el dolor crónico, especialmente en casos de dolor neuropático.
  3. ⁠Anticonvulsivos: Medicamentos que pueden ayudar a aliviar el dolor neuropático.
  4. Otros muchos fármacos de diverso mecanismo de accion
  5. Perfusiones endovenosas de lidocaína: La lidocaína es un anestésico local que produce un bloqueo del dolor a nivel regional. Cuando se administra por vía intravenosa puede producir un bloqueo del dolor que no responde a otros tratamientos. La infusión de lidocaína se realiza por vía intravenosa y se administra lentamente durante unos 60 a 90 minutos, con control del ritmo cardiaco y de la tensión arterial ya que al ser un fármaco antiarrítmico podría producir alguna alteración en el ritmo cardiaco o en la tensión arterial.
    Las indicaciones más frecuentes de este tratamiento son:
    • Dolor postherpético.
    • Fibromialgia.

Tratamientos no farmacológicos

  1. Terapia física: Ejercicios y técnicas para mejorar la movilidad y reducir el dolor.
  2. Técnicas no invasivas:  
    • Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS): Técnica que utiliza corrientes eléctricas para estimular los nervios y aliviar el dolor.
    • Iontoforesis: En los pacientes indicados, la iontoforesis puede obtener resultados muy favorables y sin complicaciones para el paciente. Es una vía de administración de medicamentos que consigue una alta concentración del fármaco en el lugar de acción concreto y con mínimos efectos secundarios. Consiste en introducir los fármacos a través de la piel por la acción de una corriente constante que ioniza los fármacos y consigue una mayor penetración a través de la piel
    • Radiofrecuencia transcutánea
    • HIFU . Técnica muy moderna, situándonos a la cabeza de las técnicas mas actualizadas en el mundo.  El HIFU utiliza ondas de ultrasonido focalizadas de alta intensidad para generar calor en tejidos específicos. Este calor localizado puede destruir pequeños nervios o modificar la actividad de los tejidos dolorosos sin la necesidad de cirugía invasiva. HIFU no requiere incisiones y se realiza de manera ambulatoria
  3. Terapia cognitivo-conductual: Técnicas para manejar el estrés y la ansiedad relacionados con el dolor
  4. Fisioterapia: Técnica que implica la manipulación de los tejidos blandos para aliviar el dolor y la tensión muscular.
  5. Procedimientos intervencionistas
    • Infiltraciones: Inyecciones de medicamentos en las articulaciones o tejidos blandos para aliviar el dolor.
    • Bloqueos nerviosos: Inyecciones de medicamentos en los nervios para bloquear la transmisión del dolor. Esta técnica se realiza en quirófano ambulatorio y es muy sencilla. El especialista, mediante control radiológico que le ayuda a localizar la zona
    • Bloqueos epidurales: La técnica consiste en la introducción de un medicamento (anestésico local y/o corticoide) a través de una aguja especial en la columna vertebral lumbar, en un lugar llamado “espacio epidural” para tratar dolores de la región cervical, lumbar, pelvis y piernas.
      • Normalmente se administran anestésicos locales y opioides para conseguir controlar el dolor agudo, dolor postoperatorio y crónico.
      • Además, al combinar estos fármacos no es necesario utilizar tanta dosis de cada uno de ellos, ya que su acción se potencia. Se realiza con anestesia local.
      • En ocasiones, se puede colocar un catéter en el espacio epidural de manera permanente para administrar de modo repetido la medicación sin tener que realizar punciones reiteradas, que aumentan las complicaciones para el paciente.
    • Radiofrecuencia: 
      • En el caso del dolor neuropático, la radiofrecuencia consigue beneficios a largo plazo entre el 35-70% de los pacientes.
      • La radiofrecuencia es una técnica en la que se aplica ondas de radiofrecuencia a través de una aguja en la zona nerviosa responsable del dolor.
      • Estas ondas de radiofrecuencia forman calor y crean un campo eléctrico que destruye los tejidos nerviosos implicados, suprime la transmisión del impulso nervioso y, como consecuencia, alivia el dolor, preservando la función motora.
        Las indicaciones más frecuentes de la radiofrecuencia son:
        • Neuralgia del trigémino.
        • Cefalea en racimos.
        • Dolor facial atípico.
        • Dolor por patología lumbar (síndrome facetario).
        • Síndrome cervical.
        • Dolor crónico del hombro.
        • Neuralgia intercostal.
        • Dolor maligno intratable.
        • Hiperhidrosis.
          El tratamiento se realiza en quirófano ambulatorio, requiere la utilización de un equipo de control radiológico para que el especialista localice adecuadamente la zona a tratar, tiene una duración aproximada de una hora, es ambulatorio y sólo requiere leve sedación y anestesia local.
  6. Medicina regenerativa: Campo en constante evolución que busca reparar o reemplazar tejidos dañados o enfermos. En el contexto del dolor, las técnicas de medicina regenerativa pueden ayudar a aliviar el dolor crónico y mejorar la función de los tejidos afectados:
    • Terapia con células madre: Las células madre tienen la capacidad de diferenciarse en diferentes tipos de células y tejidos, lo que las hace prometedoras para reparar tejidos dañados y aliviar el dolor.
    • Plasma rico en plaquetas (PRP): El PRP es un concentrado de plaquetas que contiene factores de crecimiento y proteínas que pueden estimular la reparación de tejidos y reducir el dolor.
    • Terapia con factores de crecimiento: Los factores de crecimiento son proteínas que pueden estimular la reparación de tejidos y la regeneración de células.
    • Ingeniería de tejidos: La ingeniería de tejidos implica la creación de tejidos artificiales o biomateriales que pueden ser utilizados para reparar o reemplazar tejidos dañados.
    • Terapia génica: La terapia génica implica la introducción de genes específicos en las células para modificar su comportamiento y promover la reparación de tejidos.
    • Aplicaciones en dolor
      • Dolor musculoesquelético: Las técnicas de medicina regenerativa pueden ser utilizadas para tratar lesiones musculoesqueléticas, como tendinitis o lesiones de ligamentos.
      • Dolor articular: Las técnicas de medicina regenerativa pueden ser utilizadas para tratar enfermedades articulares, como la osteoartritis.
      • Dolor neuropático: Las técnicas de medicina regenerativa pueden ser utilizadas para tratar lesiones nerviosas y promover la regeneración de los nervios y tejidos 
        Es importante mencionar que las técnicas de medicina regenerativa aún se encuentran en etapas de investigación y desarrollo, y no todas han sido aprobadas para su uso clínico. Es fundamental consultar con nosotros para determinar si estas técnicas son adecuadas para cada caso específico.
  7. Estimulacion medular:
    • La estimulación medular, también conocida como estimulación de la médula espinal (EME), es una técnica de tratamiento para el dolor crónico que implica la implantación de un dispositivo que emite impulsos eléctricos para estimular la médula espinal. El objetivo es bloquear o reducir la transmisión de señales de dolor al cerebro.
    • Funcionamiento
      • Implantación del dispositivo: Se implanta un dispositivo que consiste en un generador de impulsos y electrodos que se colocan en la médula espinal.
      • Estimulación eléctrica: El dispositivo emite impulsos eléctricos que estimulan la médula espinal y bloquean la transmisión de señales de dolor al cerebro.
      • Ajuste de parámetros: Los parámetros de estimulación se ajustan para optimizar la eficacia del tratamiento y minimizar los efectos secundarios.
    • Beneficios
      • Alivio del dolor: La estimulación medular puede proporcionar un alivio significativo del dolor crónico en algunos pacientes.
      • ⁠Mejora de la calidad de vida: Al reducir el dolor, los pacientes pueden experimentar una mejora en su calidad de vida y funcionalidad.
      • ⁠Reducción de la medicación: Algunos pacientes pueden reducir o eliminar la necesidad de medicamentos para el dolor.
    • Indicaciones
      • Dolor crónico: La estimulación medular se utiliza para tratar el dolor crónico que no ha respondido a otros tratamientos.
      • Dolor neuropático: La estimulación medular puede ser efectiva para tratar el dolor neuropático, como el dolor por lesión nerviosa o la neuralgia.
      • Dolor por síndrome de dolor regional complejo: La estimulación medular puede ser efectiva para tratar el dolor por síndrome de dolor regional complejo.
    • Riesgos y efectos secundarios
      • Infección: Como con cualquier procedimiento quirúrgico, existe un riesgo de infección.
      • Dolor en el sitio de implantación: Algunos pacientes pueden experimentar dolor o molestia en el sitio de implantación del dispositivo.
      • Efectos secundarios neurológicos: Algunos pacientes pueden experimentar efectos secundarios neurológicos, como entumecimiento o debilidad muscular.
        La estimulación medular es una opción de tratamiento avanzada, que debe ser considerada en consulta con un profesional de la salud especializado en dolor crónico.
  8. Bombas intratecales
    • Es un dispositivo seguro y eficaz.
      • En pacientes bien seleccionados, logra un adecuado control del dolor, pudiéndose utilizar por periodos prolongados y consiguiendo una mejor calidad de vida en personas con dolor crónico que no responde a otros tratamientos.
    • La técnica consiste en la implantación de un catéter (tubo de plástico muy fino) que se coloca directamente dentro del líquido cefalorraquídeo mediante una pequeña incisión en su espalda, a nivel de la columna lumbar.
    • El fármaco analgésico está dentro de una bomba programable que puede ser externa o se puede implantar (normalmente, se coloca mediante una incisión, en el abdomen).
    • Está indicada en pacientes con dolor severo que no han respondido a otros tratamientos y en pacientes que sufren espasticidad, por ejemplo, en personas con esclerosis múltiple.
    • Una de las ventajas de esta técnica es que, como la medicación se administra directamente en el espacio intratecal, en donde se encuentran todas las vías nerviosas, las dosis necesarias son mucho menores que las que se utilizarían por vía oral y, por lo tanto, los efectos secundarios son mucho menores.
    • La intervención se realiza con anestesia local, bajo control radiológico. A veces puede realizarse bajo sedación y el paciente debe permanecer ingresado mínimo 24 horas.
    • En la mayoría de los pacientes, se consigue una reducción muy satisfactoria del dolor y mejora considerablemente su calidad de vida.

Tecnología y equipamiento avanzado

Los avances en medicina y tecnología han transformado el abordaje del dolor crónico y agudo, permitiendo desarrollar técnicas más precisas, eficaces y menos invasivas. En la Unidad del Dolor de HM Hospitales estamos plenamente capacitados para tratar desde casos comunes hasta situaciones de alta complejidad que requieren experiencia especializada y un conocimiento profundo del dolor.

Contamos con un equipo multidisciplinar que incluye psicólogos y fisioterapeutas, lo que amplía y enriquece nuestra oferta asistencial, permitiéndonos abordar el dolor desde una perspectiva integral: física, emocional y funcional.

Disponemos de tecnología de última generación, reconocida a nivel internacional, lo que nos permite ofrecer diagnósticos más certeros y tratamientos adaptados a las necesidades específicas de cada paciente.

Entre las técnicas más innovadoras que aplicamos en nuestra unidad destacan:

  1. Radiofrecuencia: Para interrumpir la transmisión del dolor a través de los nervios.
  2. Estimulación de la médula espinal: Implantación de electrodos que modulan las señales de dolor antes de que lleguen al cerebro.
  3. Neuroestimulación periférica: Estimulación de nervios específicos en zonas concretas del cuerpo.
  4. Radiofrecuencia de alta frecuencia (HIFU): Técnica no invasiva que actúa mediante ultrasonidos de alta intensidad.
  5. Infusión de fármacos mediante bombas implantables: Administración continua y controlada de medicación directamente en el sistema nervioso central.
  6. Terapias regenerativas y con células madre: Para restaurar tejidos dañados y reducir el dolor crónico.
  7. Terapia cognitivo-conductual combinada con fisioterapia: Enfoque integral que aborda tanto el componente físico como el psicológico del dolor.
  8. Uso de nuevos fármacos (biológicos y neuromoduladores): Tratamientos innovadores dirigidos a mecanismos específicos del dolor.
  9. Sistemas de monitorización y seguimiento del dolor: Utilizan inteligencia artificial para analizar la evolución del paciente y ajustar los tratamientos de forma personalizada.

La incorporación de estas técnicas permite una mayor precisión en el tratamiento y una mejora significativa en la calidad de vida de nuestros pacientes. En HM Hospitales, apostamos por la innovación constante para seguir ofreciendo soluciones avanzadas y personalizadas a cada caso, especialmente en aquellos dolores que no responden a tratamientos convencionales.

Preguntas frecuentes

¿Cuándo debemos pedir consulta en la Unidad de Dolor?

Debes considerar pedir cita en nuestra Unidad de Dolor si experimentas alguno de los siguientes síntomas o situaciones:

  • Dolor crónico
    • Si tiene dolor persiste durante un período prolongado, es posible que requiera atención especializada.
    • Si su dolor interfiere con la vida diaria*: Si el dolor afecta su capacidad para realizar actividades cotidianas, trabajar o disfrutar de hobbies.
  • Dolor intenso o severo
    • Dolor que no responde a medicamentos: Si los medicamentos para el dolor no son efectivos o tienen efectos secundarios intolerables.
    • Dolor que requiere dosis altas de medicamentos: Si necesitas dosis altas de medicamentos para controlar el dolor.
  • Síntomas específicos
    • Dolor neuropático: Si experimentas dolor neuropático, como dolor por lesión nerviosa o neuralgia.
    • Dolor musculoesquelético: Si experimentas dolor musculoesquelético, como dolor de espalda, cuello o articulaciones.
    • Dolor por cáncer: Si tienes cáncer y experimentas dolor relacionado con la enfermedad o el tratamiento.
  • Síntomas específicos
    • Dolor neuropático: Si experimentas dolor neuropático, como dolor por lesión nerviosa o neuralgia.
    • Dolor musculoesquelético: Si experimentas dolor musculoesquelético, como dolor de espalda, cuello o articulaciones.
    • Dolor por cáncer: Si tienes cáncer y experimentas dolor relacionado con la enfermedad o el tratamiento.
  • Impacto en la calidad de vida
    • Problemas de sueño: Si el dolor afecta tu capacidad para dormir o mantener un patrón de sueño saludable.
    • Problemas de ánimo: Si el dolor afecta tu estado de ánimo o causa depresión o ansiedad.
    • Limitaciones en la actividad física: Si el dolor limita tu capacidad para realizar actividades físicas o disfrutar de hobbies.

Si experimentas alguno de estos síntomas o situaciones, es importante consultar con nuestra Unidad o cuando es aconsejado una segunda opinión derivada por cualquier otra especialidad.

¿Qué es un especialista en dolor?

Durante miles de años, los médicos han ayudado a sus pacientes a aliviar los dolores con una variedad de medicamentos y tratamientos. Como otras áreas de la medicina, un nuevo subgrupo de médicos se ha especializado en el tratamiento del dolor. Se concentran en el control de todo tipo de dolores y estudian las causas del mismo, las reacciones del cuerpo ante el dolor, la forma en que los diferentes medicamentos calman o eliminan el dolor y la manera en que se pueden utilizar otros tratamientos para calmar muchas afecciones dolorosas.

¿Qué sucede cuando visita a un especialista en dolor?

Tras una completa evaluación de diagnóstico inicial, se determina el tratamiento que debe seguirse. Debido a los rápidos avances de la medicina, hay una amplia variedad de medicamentos y tratamientos para el dolor agudo, crónico. A los pacientes se le recetan generalmente medicamentos antes de recibir otras formas de terapia. Además, su médico especialista en dolor puede determinar que una combinación de medicamentos y tratamiento es lo adecuado para usted. Su terapia será adaptada a sus necesidades y circunstancias específicas. Intentamos aliviar el dolor con métodos farmacológicos y no farmacológicos para mejorar la calidad debida lo más pronto posible, muchas veces evitando cirugías o tratamientos más invasivos

¿Qué es el dolor lumbar?

El dolor lumbar es un síndrome que se presenta en 80 a 90 por ciento de la población adulta en algún momento de su vida y frecuentemente se manifiesta con episodios repetitivos. El dolor agudo o crisis se define como la situación que provoca intolerancia a la actividad cotidiana, por dolor en la parte baja de la espalda o por síntomas en los miembros inferiores, durante un período inferior a los tres meses.  

¿En que consiste el tratamiento?

el abordaje del dolor producido por patología vertebral se integra dentro del modelo biopsicosocial ayudándonos de programas farmacológicos y no farmacológicos, siendo lo más habitual la combinación de ambos tratamientos simultáneamente.

Se conoce que la base del éxito del tratamiento del dolor vertebral reside en la rapidez de su inicio, sin embargo, no siempre responde a tratamiento farmacológico o este es mal tolerado y la cronicidad hace que aparezcan mecanismos periféricos y centrales de sensibilización y modulación que amplifican y persevera la percepción dolorosa. Esta situación hace necesaria la aplicación de procedimientos intervencionistas, que deben considerarse parte del abordaje multidisciplinar y tienen una triple utilidad: diagnóstica, pronóstica y terapéutica. Deben realizarse por personal adecuadamente cualificado y requieren un seguimiento con infraestructura especializada (Unidad de Dolor).

¿Que son las terapias intervencionistas en dolor lumbar?

Las estrategias intervencionistas están dirigidas normalmente hacia estructuras nerviosas que, supuestamente, actúan de mediadoras en la experiencia del dolor. Los mecanismos de acción son sumamente variables, desde bloqueos reversibles con anestésicos locales hasta la inducción con estimulación medular y la ablación con energía de radiofrecuencia. Otras técnicas de administración de medicación por vía intratecal mejoran el índice terapéutico eficaz de los fármacos. 

El enfoque debe basarse en una terapia escalonada para garantizar mayor eficacia con el menor riesgo y un coste razonable. Estas se aplican con el objetivo de mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes y evitar consumo de medicación crónicamente. La edad no supone ningún factor limitante para la realización de las mismas, ni desde el punto de vista técnico como eficacia.

¿En que consiste el tratamiento?

el abordaje del dolor producido por patología vertebral se integra dentro del modelo biopsicosocial ayudándonos de programas farmacológicos  y no farmacológicos, siendo lo más habitual la combinación de ambos tratamientos simultáneamente.

Se conoce que la base del éxito del tratamiento del dolor vertebral reside en la rapidez de su inicio, sin embargo, no siempre responde a tratamiento farmacológico o este es mal tolerado y la cronicidad hace que aparezcan mecanismos periféricos y centrales de sensibilización y modulación que amplifican y persevera la percepción dolorosa. Esta situación hace necesaria la aplicación de procedimientos intervencionistas, que deben considerarse parte del abordaje multidisciplinar y tienen una triple utilidad: diagnóstica, pronóstica y terapéutica. Deben realizarse por personal adecuadamente cualificado y requieren un seguimiento con infraestructura especializada (Unidad de Dolor).

¿Que son las terapias intervencionistas en dolor lumbar?

Las estrategias intervencionistas están dirigidas normalmente hacia estructuras nerviosas que, supuestamente, actúan de mediadoras en la experiencia del dolor. Los mecanismos de acción son sumamente variables, desde bloqueos reversibles con anestésicos locales hasta la inducción con estimulación medular y la ablación con energía de radiofrecuencia. Otras técnicas de administración de medicación por vía intratecal mejoran el índice terapéutico eficaz de los fármacos. 

El enfoque debe basarse en una terapia escalonada para garantizar mayor eficacia con el menor riesgo y un coste razonable. Estas se aplican con el objetivo de mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes y evitar consumo de medicación crónicamente. La edad no supone ningún factor limitante para la realización de las mismas, ni desde el punto de vista técnico como eficacia.

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