Hacemos balance de la situación de la pandemia.
La ola, el tsunami de la 4rta ola, parece que va retirando el agua y empezamos a ver la superficie de la tierra.
A pesar de que seguimos con un alto nº de fallecimientos notificados, 138 ayer, ya sabemos que la realidad actual es mucho menor pero que existe un retraso en la transmisión de los datos de las CCAA al Ministerio que produce este decalaje.
La incidencia a 14 días está ya en 160 contags/100 mil habs y a 7 días x 2 esta en 120 y bajando. El nº de pacientes sintomáticos en los últimos 7 dias sólo esta en 15 pacientes/100 mil habitantes (recordemos en el apogeo de esta 4rta ola estaba en 80) y la positividad en las pruebas en un 6% cuando llegó a estar en 20%.
Lo razonable es que tengamos una etapa de calma chicha en la que no son esperables nuevos repuntes las próximas semanas. Ahora bien no debemos volvernos locos, ni bajar la guardia, porque en algún momento tendremos algún susto sin ninguna duda.
En mi opinión, ahora debería empezar una campaña de concienciación de las instituciones públicas de lo importante que es tratar de seguir manteniendo determinadas restricciones relacionados con las aglomeraciones, las mascarillas, distancia social, etc.
Creo que habría de concienciar de la importancia de poder hacer test de antígenos hasta en los lavabos de los restaurantes. Yo hasta los daría gratis.
Si eres negativo pues a correr. Y si eres positivo imprescindible concienciar de la importancia de guardar los aislamientos de forma correcta. Ahora más que nunca debemos de ser responsables de lo que pueda pasar en un futuro. Y debemos de tratar de tener la pandemia lo más controlada posible.
Además, parece que por fin la comisión de vacunas ha aprobado la 3era dosis para pacientes con el sistema inmune comprometido y es cuestión de tiempo de que se amplie a las personas mayores. Más allá de nuevas posibles cepas resistentes a las vacunas, la realidad es que los anticuerpos van progresivamente bajando y los mayores son los más vulnerables.
Y para acabar un comentario en relación con la vacunación de los países menos desarrollados. Ojalá se pudiera llevar las vacunas a los brazos de todas las personas del mundo. Pero hay que bajarse del guindo. En estos países existen además de problemas de logística, problemas relacionados con la corrupción, la falta de control real de los ciudadanos y sobre todo cuando la gente se muere de hambre, de malaria o de tuberculosis os podeis imaginar lo que les puede importar el Covid.
No podemos esperar a que la pandemia se resuelva porque se erradique en todo el mundo. Ellos tienen problemas mucho más importantes que el Covid.
Tenemos una nueva oportunidad de hacer las cosas bien. Hagámoslas