Preparando la próxima conferencia del XXVII congreso de la Asociación española de derecho sanitario sobre la comunicación en la pandemia, he estado revisando, por primera vez, los “partes de guerra” de la primera ola.
No ha sido fácil repasar todo aquello. Se me han puesto, más de una vez, los pelos como escarpias. La angustia de entonces ante la impotencia de no poder asistir a todos los pacientes como se debía. Los ojos acuosos al recordar el sufrimiento de los familiares que dejaban a los enfermos ingresados y a muchos trabajadores rotos de dolor y cansancio.
La verdad es que no se muy bien porque empecé a escribirlos. Inicialmente la idea era tratar de mantener una linea de información continua, tanto con nuestros trabajadores como con nuestros pacientes, con la finalidad de dar a entender que dentro del escenario apocalíptico que se nos venía encima la dirección del grupo estaba 100% tanto con unos como con los otros.
Ahora, una vez revisados, tengo claro que si los mantuve era porque había que dar a conocer la labor que hicieron nuestros sanitarios. Y digo los de HM porque es lo que viví, pero hay que extenderlo a todo el sector. Eso no era “su trabajo” como alguno dice con ánimo crítico.
Todo el mundo se puso a hacer lo que era su trabajo…. por 3. Muchos de ellos se les saco de su trabajo para hacer otro que, o no habían hecho nunca, o que llevaban años sin hacer.
Y todos los hicieron corriendo un riesgo desconocido de contagiarse de una enfermedad que mataba diariamente a cientos de pacientes delante de ellos. Muchas veces sin los medios de protección adecuados. Y lo hicieron sin mediar protesta en ningún momento. Hay que pararse a pensarlo detenidamente.
No era “su trabajo” aunque lo que había que hacer sólo lo podían hacer ellos. Es la vocación por el servicio a los pacientes que con la pandemia alcanzó su máxima exposición.
Ahora que es muy posible que se hayan acabado las grandes olas y que podamos empezar a recuperar la actividad sin estar bloqueados por el Covid es cuando tiene que empezar a ponerse en valor las profesiones sanitarias en nuestro país haciendo las reformas necesarias para que no haya que volver a enfrentarlos a situaciones similares.
Situaciones que no necesitan trabajadores, si no héroes sin capa, sólo con bata.
Lo mejor, la sensación de alivio, al pensar que pertenece al pasado.
Acaba el domingo, buena semana. Vamos!
Pd - pandemia, filomena …. y ahora un volcán. No nos privamos de nada la verdad.