Es lo que son dos pacientes cercanos a los 60 años que están ingresados en uno de nuestros hospitales de HM en Madrid, desde hace más de 4 meses. Ni más ni menos. Por su edad, todavía no pudieron vacunarse.
Durante mucho tiempo, apenas se les daba alguna posibilidad de que superaran el destrozo que el virus les había producido en sus pulmones, pero el trabajo incansable, el cariño del personal de la UCI y una resistencia propia de héroes de leyenda, parece que va haciendo posible lo que hace unas semanas era imposible y se haya empezado el proceso que se llama de “destete”. Para ir desenganchandoles del respirador. A los 2 a la vez.
A pesar de que la mejoría de los datos sigue su curso, ayer nos notificaron en un sólo día 155 fallecidos. Algún papel se habría traspapelado en algún sitio porque estas cantidades ya no son normales, a estas alturas, por mucho retraso que haya en las comunicaciones.
Esta última ola ya nos ha dejado casi 5 mil fallecidos. Del total de contagiados sólo el 5,5% eran mayores de 70 años. Aún así, ellos han representado el 32% de los hospitalizados y el 80% de los fallecidos.
Todo el mundo habla de que estamos en deuda con los mayores por lo que paso con ellos en las residencias en la primera ola. El mayor homenaje a los ancianos es estudiar los efectos de las vacunas en ellos para que los expertos de los que depende, tengan evidencia científica -dado que con la evidencia clínica, 80% de los fallecidos, no les parece suficiente- de que a pesar de estar todos vacunados, la gente mayor tienen un sistema inmune más debilitado y necesita de una dosis adicional, de refuerzo, 3era o como políticamente sea correcto llamarla.
Con ellos no creo que haya más excusas para iniciar ese refuerzo, antes de que comience el frío y antes incluso que acabar con la vacunación de los grupos más jóvenes por que los que al final acaban falleciendo son ellos y sólo ellos.
Es decir, si hay que priorizar, en mi opinión, creo que es más importante reforzar la inmunidad de nuestros mayores para protegerlos bien, que seguir nuestra carrera hacía conseguir el 100% de la población vacunada porque al final, dado que las vacunas no son esterilizantes y el virus nos acompañara hasta Dios sabe cuando, los que más lo van a padecer son los mismos de siempre.
Lo importante no son los % de vacunación, lo importante al final es que el virus se lleve por delante a los menos posibles.
No perdamos el foco por favor